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Siam se da por enteramente satisfecha y paga
de la cuantía que el reverendo Padre Patricio Saenz
le debía.

Los dichos padres me hicieron tambíen
grandes relaciones de la mucha cortesía
y de la gran caridad con que vuestra
paternidad reverendísima los trató en todo el tiempo
que estuvieron en la ciudad cidad de la Manila
y [de eso] no me extrañe yo habiendo experimentado
en el tiempo que estuve en la misión
de la China cómo natural y común
es a la orden de San Augustin
hacer bien a todos y rendirles los servicios
que pude, escribiendo eso a vuestra
paternidad reverendísima. Se [renovan] las especies del
mucho amor y concordia con que viví
con los misionarios [hápticos] de aquella
sacra orden y principalmente con los
reverendos Padres Juan de Rivera y Miguel Rubio
y se queda [fe] yo más tiempo en