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y setenta, un peso, dos reales y nueve granos que sacó en cabeza del dicho
Lucas Vetus. Y se añade por calidad de delicto que pesando la dicha cera
trescientos y setenta y cinco arrobas, cuatro libras y media, mandó al dicho Lucas
Vetus en cuyo poder, estaba no pusiera más de doscientas y ochenta arrobas defraudando
lo más que pesaba, y que valiendo entonces, a razón de a veinte pesos
haberla hecho rematar a los dieciocho pesos referidos. Debo declarar y declaro
por perdidos y pertenecientes a la real cámara los dichos géneros y serán
contenidos en este capítulo, en cuya consecuencia, le condeno en los dos mil
y veintiséis pesos y un real que importaron los géneros que sacó en la almoneda
del dicho General Cristóbal Romero, y en los mil doscientos y setenta y
un peso, dos reales y nueve granos, en que se le remató en cabeza del
dicho Lucas Vetus, la cera perteneciente al dicho Capitán Esteban de
Arce y más. Le condeno en mil pesos y todos los aplico al dicho real
cámara de su majestad.

36. En cuanto al cargo treinta y seis que le hizo sobre haber tenido
juegos muy gruesos de naipes en su casa, en que jugaron y perdieron
grandes cantidades de dineros, y haber quedado destruidas muchas personas
por causa de ellas, y haber obligado, con violencia a que jugasen,
enviado ayudantes a que los sacasen de su casa con orden que
no volviesen sin ellos. Le condeno en cuatro mil pesos para la cámara
de su majestad y gastos de fortificaciones.

37. En cuanto al cargo treinta y siete, que se le hace de haber trajinado
desde los pueblos de sus encomiendas los géneros, especies
y frutos que tributaban en los champanes de su majestad que se
enviaban a conducir sus reales tributos y [bandalas] sin que pagase
fletes por su parte y trajino en dos mil pesos para la cámara
de su majestad.

38. En cuanto al cargo treinta y ocho, que se le hace de haberse
hecho pagó de su propia autoridad y mano de las deudas contraídas
por causa del dicho juego como de Juan Gutierrez en cantidad
de ocho mil pesos, del capitán Don Álvaro del Castillo en otro ocho mil,
del General Julián de Torres en mil, quitándole al susodicho
de poder absoluto unas cargas de cacao que le venían consignados
de la Nueva España, y a Juan Gonzales, la ropa y mercadería
que le traía del Reino de Macasar, el Capitán Juan Gomez de Paiva