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tres mil ciento y diecinueve y siguientes, cuyo valor regulo en
ocho mil cuatrocientos y setenta y ocho pesos, más ochenta marquetas
de cera que tuvieron doscientos y treinta y seis quintales, una arroba
y quince libras, cuyo valor aprecio y estimo en cuatro mil doscientos
y cincuenta y cinco pesos, que todas juntas importan treinta
mil cinco y noventa y un pesos. Y le condeno en los dichos treinta
mil ciento y noventa y un peso de su valor para
la cámara de su majestad.

Y en cuanto haber remitido a la dicha Nueva España
gran cantidad de mercaderías de particulares personas sin registro
en usurpación y fraude de los reales derechos de su majestad, especialmente
el año de cuarenta y ocho. De Santiago de Prado tres marquetas
de cera que pasaron siete quintales y sesenta y seis
libras, cuyo valor regulo en ciento y treinta y siete pesos
y seis reales. A Luiz Vásquez de Medina, vecino de México,
siete petacas con los géneros que constan de los empaques que están
en estos dichos autos a hojas tres mil ciento y una
y siguientes, que montaron segunda valuación, y cuenta contenida
en dichos empaques, nueve mil trescientos y ochenta
y seis pesos cuatro reales, menos las costas. A Álvaro de Lorenzano,
vecino de la dicha ciudad de México, de su cuenta,
una petaca con los géneros que se refieren en el empaque
que está desde hojas tres mil ciento y seis de estos
autos que importó, bajadas las costas, mil doscientos y setenta
y un peso. A Tiburcio de Urrea, una petaca de su cuenta con
los géneros que refiere el empaque de hojas tres mil ciento
y once de estos dichos autos, que importó su valor mil trescientos
y noventa y un peso. A Juan Vásquez de Medina, de
su cuenta nueve petacas con los géneros que se refieren
en el empaque que están en estos dichos autos a hojas
tres mil ciento y doce que importaron, quitar costas, doce
mil seis y noventa pesos y cuatro reales. Y todas estas partidas
juntas, veinticuatro mil setecientos y noventa
y cinco pesos y seis reales, las cuales dichas partidas
declaro haber caído en comiso y le condeno
en los dichos veinticuatro mil setecientos