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Demonstración de la verdad que saca contra las mentiras del papel de Don Juan de Rosales
El general Don Francisco de Figueroa, castellano de Cavite
Amicus. Amicus Plato sed magis amica veritas.
Amigo, ya es tiempo de decir verdades que así se lo escribí los días pasados al señor Don Juan Manuel y bien sabe vuestra majestad que ninguno mejor que yo puede decirla, siquiera contra lo que se miente en el papel de vuestra majestad. Yo quiero decirla antes que me obliguen a decirla aunque no quiera. Sálvese quien pudiere, que aunque yo he mojado en el plato más que todos, no será la primera vez que salgo con las manos limpias, aunque las demás queden manchadas. Por lo menos, he de probar ventura que quizás no estará cansada de asistirme, y si lo estuviere y me ahorcasen, servirá me de confesión. Esto me obliga a responder a su
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papel y porque estoy muy en los puntos de todo he de responder a él punto por punto. Ya veo que no soy letrado, pero pocas letras son menester para decir lo que pasó. Y faltando vuestra majestad al hecho poco cuidado, me dará responder al derecho, que sin lo primero, es nulo.
En el primer número, dice vuestra majestad es obligación precisa decir la verdad y torpeza decir lo que no es. Según el sabio, qui quod novit loquitur index iustitiae est qui autem mentitur testis est fraudulentus. Y que llevado de este afecto, saca vuestra majestad esta demostración jurídica a este número. Digo dos cosas, lo primero que se acuerde vuestra majestad bien de este texto para lo de adelante y procure corresponder a su afecto, porque yo con él solo le he de argüir. Lo segundo, que podía vuestra majestad haber escusado el término demostración jurídica y se podía dar por sobradamente dichoso si fuera probabilidad y el señor Don Juan Manuel por muy servido de vuestra majestad.
En el número segundo, refiere vuestra majestad el hecho sobre que había vuestra majestad de fundar todo el derecho que vuestra majestad pretendía del señor Don Juan, pero tal es el derecho que su merced tiene, como el hecho que vuestra majestad refiere de minuto, truncado, alterado e invertido. Vamos al caso. Dice vuestra majestad que al pasar a la obediencia del gobierno militar que su majestad manda, tenga el señor oidor más antiguo se presumió entrase en dicho gobierno el señor Don Francisco Coloma, pero que le contradijo el señor Don Francisco Mansilla. Yo quisiera
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preguntar a vuestra majestad quien lo presumió si vuestra majestad que aquí lo escribe o el señor Don Juan Manuel que lo manda imprimir. El señor Don Juan sabe vuestra majestad no lo presumió, pues dijo allí mismo aquella mañana antes que se excitase la controversia a uno de la ciudad que la había de haber. Y para que es andar por rodeos hartas veces, nos lo ha dicho a las dos como se urdió esta tela. Baste decir que le estaba bien él no lo presumir, y así mal permite que se imprima esto, vuestra majestad aunque lo presumiese, no presume tanto de sí como discreto que juzgue hacia al caso su presunción para ponerlo en este papel contra la del señor Oidor Mansilla, a quien vuestra majestad debe, si tiene presunción, mostrarse más agradecida de lo que aquí se muestra con su presunción. Y porque no olvidemos el texto del sabio, que vuestra majestad cita en su primer número, pregunto, ¿no sabe vuestra majestad lo que le pasó a la ciudad cuando fue a dar cuenta al Señor Coloma de la prisión del gobernador? Si dice vuestra majestad que sí, como ajusta vuestra majestad en esta noticia su presunción y el qui quod novit loquitur, si dice vuestra majestad que no, como ajusta vuestra majestad la carta que vuestra majestad cita en el número [57]. También dice vuestra majestad en ese número, se iba agravando la controversia con circunstancias que casi parecían contra la decencia de tan soberano tribunal. Vuestra majestad es como los predicadores de estos tiempos que con un [casi] hacen un santo simple la santísima trinidad. Y no dice vuestra majestad su [casi] con tanta simpleza que no de mucho que reparar aún a los más simples y de que
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hacer caso aún a los entendidos, pues el decir con lo que alegó el señor fiscal sin decir lo que alegase que está dicho con simpleza y que no hace mucho al caso para la frívola escusa de recusarle, señor mío. Esto no es lo concertado, o borrar el texto del sabio del número primero, o si quiere que vamos con el qui quod novit loquitur. Ya ve vuestra majestad que es forzoso que no cumpliendo vuestra majestad con lo primero, hayamos de añadirle a vuestra majestad lo segundo del texto, y diciendo vuestra majestad, que llevado de ese afecto, saca este papel, no podremos sufrir le cuadre a vuestra majestad lo demás de lo que le tenemos afecto.
Lo demás que vuestra majestad cita en este número que es en siete renglones, no tiene cosa ninguna que se ajuste al hecho, antes todo lo contrario, pues sabe vuestra majestad que toda la real audiencia puso el bastón en el señor maestre de campo Don Agustín de Zepeda. Sabe vuestra majestad se salieron de la sala los señores Coloma y Mansilla y quedaron en ella el señor Don Juan y señor fiscal para determinar la competencia y que entonces estaba el bastón en poder del señor maestre de campo. Sabe vuestra majestad que se salieron de la real audiencia sin determinarlo allí. Luego porque no le estaba bien al señor Don Juan Manuel que pidió autos y que, pasando junto con el señor fiscal delante de los dos señores que estaban en la sala de afuera, dijo por dos días mientras los autos se vean, traería su merced el bastón.
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Pues con esta verdad irrefragable como ajusta vuestra majestad la renunciación de político y militar dada en la real audiencia pues ni entonces se la dieron, ni jamás se han vuelto a ver juntos en ella. Quien se la dio fuimos nosotros, y así a nosotros nos lo debe agradecer no a los señores oidores que no le darán sino una soga para que se ahogue.
En el número 3, pone vuestra majestad el auto con que dice vuestra majestad renunciación. Sepa vuestra majestad, ya lo sabe que este auto es [suplicando] y bien. Se echa deber, se hizo aprisa, pues en él hay tantas contradicciones, en que me admiro no haya reparado vuestra majestad que lo imprime, porque aquellas palabras dijeron que se traigan los autos que precedieron sobre dicho antigüedad. No las entiendo que señores son los que la dijeron Coloma y Mansilla eran parte y esa era acción de jueces Don Juan Manuel y el señor fiscal, esos sí que las podían decir. Pero cuando lo dijeron, no estaban presentes el Señor Coloma ni Mansilla. Pues si esto es evidente ajuste vuestra majestad lo demás de este número, que tal puede ser careciendo de solido fundamento. Y si no, dígame vuestra majestad si es verdad que se dieron político y militar [ínter] que determinaba, como [ínter] que determinaba no ejerció, solo el señor Don Juan político y militar y con eso había verdadera la causa queda para que no cesase el curso de los despachos. Estas palabras echaron a perder todo el auto.