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{Al margen derecho: 166}
Las cartas, que ha recibido el Rey del Virrey de Nueva España, Don Juan Francisco de Guemes Horcasitas, ha tenido la noticia de la llegada a Acapulco de los dos navos de esas islas nombrados el Rosario, y Nuestra Señora del Pilar, y aunque por el exceso de haber despachado más que el que a ese comercio está permitido podía Su Majestad dejar de aprobar esta expedición, y atendiendo a las estrecheces, que padecía el comercio de esas islas, y a la instancia, que en su nombre ha hecho su apoderado; ha venido por esta vez en aprobar el envío de los expresados dos bajeles; mandándome prevenir a Vuestra Señoría que en adelante disponga, que ese comercio se regle enteramente a lo que le está concedido, así
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para el despacho de navíos, como para el embarque de caudal, y efectos, que deben retornar en ellos sin exceder un peso más de lo que está permitido, pues a lo contrario tiene Su Majestad mandado se comise todo el exceso que hubiere imponiéndose por el Virrey de Nueva España otras arbitrarias moderadas penas, que se le han prefinido, no solo para condigno castigo de la infracción de la orden de Su Majestad pero aún, para que sirvan de ejemplar en lo succesivo, y lo mismo quiere Su Majestad se practique por Vuestra Señoría haciendo un riguroso fondeo, y examen de los caudales, y efectos, que retornarán los expresados bageles a fin de aprehender todo lo que excediera de la permisión, y evitar con el castigo de los trasgresores todo fraude, y abusos introducidos en el comercio de esas islas con la Nueva España a cuyo fin aplicará Vuestra Señoría de más de la pena del comiso
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del exceso, las que le parecieran necesarias para evitar con el escarmiento, y ejemplo semejante desorden en lo sucesivo. Dios guarde a Vuestra Señoría muchos años 2 de enero de 1748.
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{al pie de la página: Señoría Marqués de Obando}