Al Virrey de la Nueva España que vea la cédula en esta inserta y en su ejecución, y de los que de Nueva [España] se le ordena envíe a Filipinas todos los años los más vecinos de calidad y obligaciones que le sea posible. 1670, 1707.

Al virrey de la Nueva España que vea la cédula en esta inserta y en su ejecución y de lo que de Nueva [España] se le ordena envíe a Filipinas todos los años los más vecinos de calidad y obligaciones que le sea posible.

El rey= Mui reverendo en Cristo Padre Don Fray Payo de Rivera arzobispo de la iglesia metropolitana de la ciudad de México de mi consejo, mi virrey gobernador y capitán general de la Nueva España y presidente de mi audiencia real de ella, en interín, o a la persona, o personas a cuyo cargo fuere su gobierno. El rey mi señor y padre (que santa gloria haya) mandó dar y dio en ocho de marzo del año de mil seiscientos sesenta la cédula del tenor siguiente = El rey = Marqués de Leyva y de la Adrada Conde de Baños pariente a quien he proveído por mi virrey gobernador y capitán general de la Nueva España y presidente de mi real audiencia de ella, o a la persona, o personas a cuyo cargo fuere su gobierno. Yo mandé dar y di una [de] mis cédulas del tenor siguiente = El rey Marqués de Cadreita pariente de mi consejo de guerra mi virrey gobernador y capitán general de la Nueva España, o a la persona, o personas a cuyo cargo fuere su gobierno. En [la] carta que la ciudad de Manila me escribió en dos de agosto del año pasado de [mil] seiscientos treinta y ocho sobre diferentes materias y se ha visto en mi consejo real de las Indias hay un capítulo del tenor siguiente= Con la dicha ocasión se ve y este reino con notable falta de vecinos respecto de haberse ido acabando y de haber muchos años que no vienen a avecindarse a estas islas. Cuyo asunto se ha entendido

es la quiebra que han visto así en las cosas de este comercio como en la ejecución de las gracias y mercedes que la católica majestad del rey nuestro señor Don Felipe Segundo que esté en el cielo fue servido de hacer a los tales. Pues con lo que hoy se halla de cuenta esta república no llegan a noventa números tan lastimosos para cuyo remedio es muy conveniente. Vuestra majestad se sirva de mandar al dicho virrey ponga toda efectiva diligencia en nombrar cada año los más vecinos que le sea posible, y que sean personas de calidad y partes así para el servicio de vuestra majestad como para mayor lucimiento y autoridad de este reino. Y porque es justo que se acuda al remedio de semejante necesidad, os mando que por las vías y trazas que pudiéredes procuréis esto con toda la suavidad y prudencia conveniente que de ello mandare de vos por bien servido. Hecha en Madrid a tres de octubre de mil seiscientos treinta y nueve años.= Yo el rey= Por mandado del rey nuestro señor Don Gabriel de Ocaña y Alarcón = Y ahora un memorial que [se] ha presentado en mi consejo real de las Indias Máximo Sola de la compañía de Jesús me presenta los muchos aprietos en que se hallan las islas Filipinas (de donde ha venido por procurador de ellas) nacidos de diferentes causas, y entre ellas lo deteriorado en vecindad que se halla la ciudad de Manila cuando en otros tiempos se vio bien poblada quien y que justa. Y pide a los virreyes de esa Nueva España los envíen y que sean de calidad, que

corresponda a su necesidad y a lo bien y fielmente que me sirven los que se hallan en ellas. Y que si doy privilegio hidalguía a los vecinos de ellas después de diez años de asistencias razón bastante para que se [escura] el menor precio con que algún ministro trata a los dichos vecinos de Manila que tenía [la] obligación de saber el privilegio que yo les doy. Con todo importara que los que fueren hacer vecinos sean de calidad conocida y más ahora que esta aquella ciudad tan falta de ellos, que se puede decir que no tiene ya más vecinos que la gente de sueldos que están en plaza. Y que como las que asisten en Manila han de ser los alcaldes, encomenderos de la ciudad de México, y ocupar los oficios de aquella república y asistir a su gobierno deben ser de calidad y buenos republicanos como lo tengo encargados por cédula mía de octubre de [mil] seiscientos treinta y nueve en que mandé por las vías y trazas que se pudieren procuren mis virreyes de esa Nueva España enviar todos los años algunos vecinos a dichas islas Filipinas. Con que tendrán los de México encomenderos seguros y de satisfacción y que cuando sobran tantos españoles en la Nueva España pasarán muchos de calidad conocida tanto más si como se propone en dicha cédula, se guardaren con los que de nuevo pasaren las gracias y privilegios que le concedió mi abuelo y señor (que santa gloria haya). Y que no ayudaría poco si se les diesen los oficios y cargos de guerra en los galeones con que pasarán

honrados y acomodados. Y los que tuviesen la salida cuando se hallaren mal aún que sean casados y a los primeros que fueren se les ofreciere alguna comodidad en las islas o alguna honra de hábito a cosa semejante. Suplicándome atento a las razones referidas se haga merced de aplicar el remedio que me convenga. Y habiéndose visto en mi consejo real de las Indias con lo que pidió mi fiscal de él, deseando que las dichas islas se conservera en el lustre y comodidad que han tenido en ellas mis vasallos he tenido por bien dar la presente. Por la cual mando veáis la cédula arriba inserta y la guardéis y cumpláis como en ella se conviene. Y que en su ejecución y de lo que aquí se refiere procuréis con todo aprieto y cuidado el que todos los años vayan a las dichas islas los más vecinos de calidad y obligaciones que os sea posible, pues veáis lo mucho que importa a su conservación y aumento. Y a la seguridad de los comercios de esa Nueva España con las dichas islas que de ello me daré de vos por bien servido y de lo que obráredes me daréis cuenta en la primera ocasión que se ofrezca a manos de mi infrascrito secretario para que yo sepa como se cumple mi mandato. Hecha en Madrid a ocho de marzo de mil seiscientos sesenta años. = Yo el rey= Por mandado del rey nuestro señor= Don Juan de Subiza= Y ahora Don Diego de Villatoro procurador general en esta corte de la ciudad de Manila en las dichas islas Filipinas me ha representado entre otras cosas los muchos aprietos en que se hallan nacidos de no haberse observado

la cédula en esta inserta ni otras muchas despachadas sobre la conservación y aumento de ellas. Y me suplicó las mande reiterar y cumplir precisa e inviolablemente. Y habiéndose visto en mi consejo de las Indias con lo que dijo mi fiscal de él, atendiendo cuanto conviene que las dichas islas y sus moradores se mantengan en el lustre y comodidades que merecen vasallos tan leales, he debido por bien dar la presente. Por la cual os mando veáis la cédula arriba inserta y la guardéis y cumpláis precisa e inviolablemente sin contravenir a ella en manera alguna, aplicando vuestro mayor cuidado y celo que todos los años vayan de esa Nueva España a las dichas islas las más personas de calidad y obligaciones que sea posible para que se avecinden en ellas por lo mucho que importa a su conservación y a la seguridad y aumento de los comercios de esa Nueva España con las dichas islas. Y de la ejecución [y] cumplimiento de lo contenido en este despacho me daréis cuenta en la primera ocasión que se ofrezca, que así es mi voluntad y conviene a mi real servicio. Hecha en Madrid a treinta y uno de diciembre de mil seiscientos setenta y siete años.=Yo el rey= Por mandado del rey nuestro señor= Joseph de Veitia Linage. Al pie de esta real cédula están cuatro rúbricas, al parecer son de los señores del supremo consejo de las Indias. Yo el General Don Benito Carrasco que lo soy actual