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aquellas islas de calidad que no hacen poca
en poder disponer una todos los años. Y como
está contingente el arribo por esto falta
tantas veces el socorro que no faltara si lo
primero se previniera y tuvieren los virreyes
de esa Nueva España navíos para Filipinas
cuando de allá no viniere. Y si esto se ejecutara
fuera menester dar orden a los gobernadores
de Filipinas, que cuando despachan dos
naos se queda la una invernando en
el puerto de Acapulco para asegurar el
socorro el año siguiente de que se siguen
notables inconvenientes y mucho gasto a
mi real hacienda. Y que sobre esto
mismo tengo ordenado que los géneros
que se han de enviar a Filipinas estén
en el puerto de Acapulco por todo octubre,
pero como no es seguro el venir
todos los años navíos ni se previene por
si no viniere, no se previenen tan poco los
géneros: con que se despachan tarde y mal
las naos o han de invernar por haber
llegado tarde, con que se quedan sin socorro
las islas. Y que todo esto se asegurará
si fuera cierto el ir todos los años, navío,
o venida de las islas o prevenido en la
Nueva España. Y habiéndose visto por los
de mi consejo real de las Indias con lo que
sobre ello pidió mi fiscal, he tenido por
bien de dar la presente, por la cual os mando
veáis la cédula a que inserta y la guardéis