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hacen según dicen con pretexto de no dejar perder
los derechos reales. Cosa que pide remedios y que la
comodidad a los marineros se reduzca al modo que
había según lo ordenado antes del año de mil seiscientos
treinta y cuatro en que se alteró sin autoridad
bastante así en el permiso de sus cajas y
cajones como en lo que se les daba en el puerto antes
de salir de Filipinas, y en el permiso del
puerto de Acapulco según y como lo tengo dispuesto.
Y que en llegando la nao al dicho puerto
se disponga la descarga sin aguardar la orden
de México. Con que se abreviará el despacho
y se evitarán los inconvenientes que se les [siouen]
a los marineros y demás gente que viene en
las naos. Y asimismo me ha representado
que de lo poco que llevan para volver a sus casas
compren algunas cosillas y que aunque
estas y lo procedido de sus cajas marineras
y más permiso es orden mía que no paguen
por ellas derechos y no den lugar a ello. Y en
todo los aprietan con que se huyen y todo queda
desavisado. Y si se ofrece invernar ni
los dan sus raciones y suelen por entero
ni al partir se les pagan todas sus libranzas
por entero ni el último se las pagaron sino
por mitad. Con que ya son más bien parados
los que se huyen y faltan al trabajo, que
los leales pues aquellos con válidos, que buscan
cobran sus libranzas sin asistir al trabajo.
Y es gran dolor para ellos el ver que diez o doce
capitanes que pasan con otros tantos soldados
cada uno lleva un año de sueldo
adelantado ellos y sus oficios que lo ordinario
no han servido. Y que los marineros que
llevan el peso de todo ni aún lo que se les debe