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à él por naturaleza, y es una desgracia que el
patriotismo se haya amalgamado con elementes
estraños à costa de la opinion de la parte sana
è interesada. Otro pais en circunstancias iguales,
no habria padecido lo que el Cuzco, y no ha-
brian sido tal vez expulsados ignominiosamente
sus Disputados cuyas virtudes y conocimientos
habrían influido à su vez en nuestras mejoras,
contrapesando con su honradez à las tentativas
del desorden. El resultado es, que el Cuzco ha
quedado sin representantes precisamente en el
tiempo oportuno de su necesidad, y mientras se
han rehecho en otras partes las elecciones am-
biguas, el yace en el silencio de la indiferencia.
El destino de las Naciones rueda sobre bases
conocidas y seguras: la imparcialidad y la igualdad
de la ley son las principales y las mas indispen-
sables: ellas establecen la unidad en sentimientos
y en operaciones, produciendo la paz y concordia
en los ánimos la prosperidad y felicidad en los
pueblos. Hay un equilibrio entre la fuerza y el
poder entre estos y los derechos nacionales que
de necesario mantener à toda costa sin permitirse
el discrepar en un ápice. Los pueblos conocen
sus intereses, y los insectos que voltigean en
su atmosfera, tarde ò temprano se hacen víctimas
de su poder. El Gobierno mejor, será siempre
el que los conserve en paz, y las aspiraciones
por injustas ó por impotentes al cabo deben
sufocarse con sangre. Los individuos perecen,
pero las Naciones marchan por el plan de sus
instituciones. ¡O Convención todo lo que im-
portas! Cuando aquellas se fundan en las per-
sonas y no en las cosas, no pueden tener suceso.
La historia nos da estos estimables ejemplos y
la historia ya nos anuncia lo que debemos ser.
La Convención está encargada de muy ca-
pitales y eminentes atenciones. Se dice que
comienza por domar el despotismo: si es asi,
cumple con la ley mas sagrada; pero es necesa-
rio definir bien los principios, buscarlos en su
origen y no confundirlos. La balanza de la
opinion es la misma que la de la esperiencia y
ella debe ser exacta y libre del corrompido am-
biente de ia ambición y de las pasiones.
Interesa el amor de la Patria, interesa mas
su prosperidad. La crisis que nos espera im-
porta la de nuestros destinos. ¿Como perma-
necer pasivos ó inertes en lo que nos toca tan
de cerca? Si hemos pasado por una desgracia,
la de haber sido rechazados nuestros Diputados:
no pasemos por la mayor, la de carecer de
ellos en la Convención: apresuremos à reelejir-
los en union, en paz, y guiados de espíritu
publico.
Soy de UU. S. S. S.
X. Z.
.......................................................................
Señores Editores del Atalaya:—El Correo de
Encomiendas, se ha cansado y aunque hay otro
diario de Cayra no pasa hasta la Convención
à instruir à sus Diputados para que sancio-
nen y reformen por ley los puntos siguientes.
1. Que la parroquia de San Blas siendo
de provision civil y contra todo Derecho Canó-
nico debe incluirse en el concurso. Que su pár-
roco actual debe dar residencia de sus opera-
..........................................................................
ciones y motivos por que fundió los blandones
de Santa Catalina, los de su parroquia, pectoral
del Santo y domas alajas; por que prendió á Je-
su-Cristo en su efigie de Nazareno el martes de
cuaresma 26 de marzo, encerrándolo en el bau-
tismerio pidiendo derechos del paso por su barrio
ofreciendo quitar la túnica que era nueva y ven-
dible imitando à otro Judas.
2. Para que las Cortes Superiores obser-
ven la ley del diploma que deben observar en
sus asistencias diarias y funciones respetables.
3. Para que de este modo los jueces
inferiores y subalternos le guarden el debido de-
coro sin presentarse engorrados masónicamente,
emponchados à la cintura como chalanes y con
chamarritas, media blanca y chaquctitas de color,
que parecen sastres cívicos, inválidos, tuertos, co-
jos y mancos.
4. Para que también se evite asi el que
se sienten los señores militares en las poltronas
de terciopelo qúe corresponde à la Corte Supe-
rior ni los individuos de ella carguen plumas del
E. M.
5. Para que se realice la visita de es-
cribanias, descubriendo en sus faltas el origen de
muchos pleitos, y que sus poseedores tengan el
arreglo del arancel sin cobrar ad libitum, y son
reparos que hace.
El cristiano aldeano.
...............................................................
Señor Administrador de la Imprenta:—Aunque es [...]
notorio que no tengo parte alguna en el papel intitulado "el
Atalaya", y que hace mucho tiempo que no me ocupo en
escribir para la prensa, fuera de algunos versos producidos
en los ratos de ociosidad, y del mal desempeñado periodico
ministerial, no deja de haber uno que otro pobrete de los
que no saben "distinguir de colores", que ha querido acha-
carme algunas de las producciones del "Atalaya" y on es-
pecial la "letanía" del numero 3. No soy beato ni preo-
cupado; pero tampoco libertino. Sé y guardo el respeto que
merece nuestra Santa Relijion y cuanto a ella toca, y con
justicia me doy por ofendido con que alguno quiera atribuir-
me una obra tan ajena de mis principios — Yo ruego à U.
Señor administrador, quiera hacer una pública declatoria esten-
siva hasta el estremo de manifestar si tiene siquiera sospe-
chas de que se haya publicado en el "Atalaya" alguna obra
mia, descubriendo à este respecto cuanto le sea permitido,
à fin de librarme del insoportable subsidio de ser objeto de
necias acusaciones privadas en esta materia y en cuantas se
publican por la prensa del Cuzco—Si la manifestación de U.
no basta al efecto, protesto perseguir por la via que hubiese
lugar en derecho a la persona ò personas à quien pudiese
justificar la calumnia.
Es de U., señor administrador, el que no gasta el
tiempo sino en los intereses de su familia.
Dr. Francisco Mariano de Miranda.
....................................................................
Sr. D. D. Francisco Mariano de Miranda.
Siendo dirijidas à mi administración las sus-
cripciones de los comunicados y demás pápeles
que se publican en esta imprenta de mi cargo,
puedo asegurar en obsequio de la verdad, que
U., según antes he dicho en el número 16 del
Correo de Encomiendas, no escribe un solo ren-
glón fuera del periódico ministerial, escepto al-
gunos versos que en cualquier papel ó periódico
se insertan bajo su nombre. No solo no exis-
te en mi poder papel suscrito por U., sino que
hace largo tiempo que no veo su letra sino en
los orijinales de la Minerva—Satisfaciéndole con
esta pequeña declaratoria, me suscribo de U.
S. S.—P. Evaristo Gonzalez.
..............................................................................................
CUZCO 1833—IMPRENTA PUBLICA POR P. EVARISTO GONZALEZ.

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