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NECROLOGIO.
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El 15 de julio de éste presente año de 1833
ha muerto en Lima el señor doctor don José
Hipólito de Unánue, uno de los padres de la
literatura peruana—Nació en 13 de agosto de
1758 en la ciudad de Arica. Hizo sus prime-
ros estudios en Arequipa — Un curso de filoso-
fia del ilustrisimo fray Francisco Palanco, fué
la base de su saber, que ha sido celebrado no
solo en Lima, sino en los países mas ilustra-
dos de la Europa — Monsieur Chaumete ha reco-
gido el catálogo de las obras que ha escrito du
rante su vida-- Al referirle al autor de éste ar-
tículo sus primeros pasos en la senda de la sa-
biduría, le aseguró que la terminologia aristote-
lica que enseñaban en aquellos tiempos, es úti-
lísima para dar mayor precicion à las ideas.
Le habló con aprecio de las obras de Luna-
rejo — Sin embargo ¿el ingles Miller ha tenido
la inconsideración de decir que el señor Una-
nue, no ha descolla lo en la Política? El sa-
bio hace la revolución de las ideas, dejando á
la temeridad el ejecutarla.
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COPIA DE CARTA.
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Lima noviembre 13 de 1833. Amante ami-
go. Esta mi carta será contraída á participarle
las noticias mas seguras del dia, y con ellas sub-
sanaré la falta en que hé incurrido sin escribirle
en los anteriores correos, la que há causado el
trastorno de la demora de la balija de esa car-
rera, que á las veces há sido despachada de aqui,
sin que hayan llegado las comunicaciones.
Cuando se creian sofocadas las maquinacio-
nes de esa turba de anarquistas, que desgracia-
damente plagan nuestro suelo; vemos que se re-
producen otras mas criminales, para poner la Re-
pública en la última combustion. Creo que el
mismo capitolio arrastrado por el torrente de las
prevenciones, proporciona elementos desorganiza-
dores, pervirtiendo la opinion pública, ya por
medio de escritores folicularios espensados por
esos vampiros, ya por maquinaciones abiertas,
según se dice jeneralmente, y aun se agrega que
no falta alguna chispa miserable y ridicula, inte-
resada por algún estranjero. Son muy conocidos
sus objetos desde el año 29; no se han extin-
guido, pero tampoco encontrará procélitos, por-
que ya es muy raro el corazón, que deje de ser
peruano en medio de nuestros choques, que no
pasan de domésticos y familiares.
El comandante Salaverri que con sus demás
satélites habian sido presos en Chachapoyas por
el paysanaje, sedujo con grandes ofrecimientos
à un sarjento de la compañia que lo conducía
à Trujillo, en donde debia ser puesto en juicio.
Con dicha compañía á su disposición, logró apri-
sionar à la oficialilad y al señor jeneral Ravga-
da, regresando al lugar, teatro de sus desórde-
nes y tropelias. El batallón Zepita con mas de
trescientas plazas y una partida de Lanceros,
hà marchado al mando del benemérito jeneral
Vidal, y dos compañias al del señor Porras, cu-
ya decision y conocimientos son tan notorios.
Dirijida la espedicion por estos valientes jefes,
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no tardará el feliz desenlace de estos desgracia
dos acontecimientos.
Antes de anoche debió realizarse una cons-
piracion en la plaza del Callao, cuyos planes
eran asesinar al Gobernador de ella y otras per-
sonas; sacar fondos del vecindario para sostener
la rebelión, colocando en la Presidencia à D.
M T. que se halla en la bahía del Callao.
Para la ejecución de tan infames planes, con-
siguieron seducir unos cuantos sarjentos de esa
guarnición y también de ésta capital. ¿Y don-
de le parece à U. se halla el foco de éstas pér-
fidas y negras convinaciones? Está..........está
........está. Se han valido, y han enrolardo
para tan fatal empresa, à los hombres mas obs-
curos en la sociedad, y de otros privados por
su ineptitud para tomar parte en nuestros asuntos
domésticos. Tales son un Torres Valdivia espa-
ñol, que sirvió en las filas de Colombia; otro
de la misma nación Andrade, que estuvo com-
prendido en la revolución de Guabique. En fin
otros mas de ésta misma calaña, à quienes se
les juzga con rapidez. ¡Hasta cuando seremos
el juguete ridículo de los estranjeros!
Por éstas terribles ocurrencias se há llama-
do al Jeneral Presidente, à pesar de su resis-
tencia, haciéndolo conocer, que la salud de la
pátria importa mas que la suya. Lo esperan
para el 20 sin falta, pues si asi no lo hiciese
se recargaria de tremendas responsabilidades an-
te la Nación.....
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¡Hombre, con mil demonios! no me deten-
ga U.— ¿Pero à donde diablos camina U. tan de
prisa? --- A los infiernos, à ver si huyendo del
frio se ha marchado allá la policía — Buen viaje,
mi amigo; pero serenese U. un poco, porque se
le exalta la bilis y la Colera-Morbus anda algoz
cerca --- Plegué à Dios, que no se asome por acá,
porque si por fatalidad nos visita, le sucederá lo
que al viajero, que después de correr el mundo
se establece en el pais mas análogo à su natu-
raleza y mas cómodo para su buena vida; sin re-
medió que el cólera se casa entre nosotros, por-
que en ninguna parte puede hallar inmundicias
mas abundantes y de mejor calidad , que las que
tenemos en esos inaccesibles basureros, que ve-
mos en la ciudad, adornados con pestíferos mon-
toncitos de diversas colores, entre los cuales es
bien común encontrar dos perros y tres gatos
muertos en el mas completo fermento, llenando
el ayre de municipales aromas — Tiene U. razón;
la policia es abominable — ¿Que policia sino hay
tal? — Pues, que no está cometida al Coman-
dante de Seguridad pública?—No señor, hace
tiempo que la sacaron de su casa con violencia
à ésta señora, para entregarla à la honorable Mu-
nicipalidad. ¡A la Municipalidad policía! si no
se vé ni en los sombreros de los señores muni-
cipales— Pues vea U. ai mi trabajo para encon-
trarla, y mi prisa en andar en su busca — ¿Qué
tal? No hay que tal que se tenga, sino que
aqui, es preciso al entrar cada uno en su casa, re-
petir à boca llena: amplias lava me — Pues tra-
bajo le doy à U. en buscar la policia—Mas le
doy yo à ella, à U. y à todo el pueblo con la
honorable Municipalidad. (Dos]
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IMPRENTA PUBLICA POR P. EVARISTO GONZALEZ.

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