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los barrios, aun del interior, no puede menos,
que con su putrefacción, ser el orijon de tantas
enfermedades con quo está placado el vecinda-
rio. Los escurbutos, las disenterias y otros mil
males corresponden muy bien à esa criminal in-
acción de la policia. Por ella, quizá tocaremos
los amagos de la Cólera morbo, cuyos estragos
se sienten ya en una de las inmediatas seccio-
nes de nuestro continente americano. Si somos
presa de ésta atroz epidemia; ¿á quien dirijire-
las gracias de nuestra gratitud y agradeci-
miento? ¡Será à la honorable Municipalidad,
al Comandante de seguridad de pública, ò al
Gobierno, en cuyos elojios leímos un impreso,
por haber arreglado la policia en un estado muy
sublime? Yo creo señores editores, que éste ra-
mo no se ha tocado en su reforma, pues no ha-
ce muchos dias, que el presidente de la hono-
rable Municipalidad blasfemaba en el pretil, por
no haber podido reunir la corporación para el
despacho de una porción de comunicaciones de
la Prefectura, exijiondo el desempeño à los en-
cargados por la ley.
Las casas de juego, teatro de la ruina de
los padres de familia, se estienden hasta las
tiendas de comercio, donde públicamente se po-
ne en ejercicio éste reprobado pasatiempo, ata-
cando escandalosamente la moral pública. En
otro comunicado remitiremos à UU., señores edi-
tores, una lista para que se publique los nom-
bres de los señores concurrentes à la tienda de
juego, supuesto que la policia ha desaparecido
enteramente. Ninguna clase de estímulos con-
siguen el mas pequeño remedio. Quizá en la
presente renovación de la honorable Municipali-
dad resultarán ciudadanos mas interesados en las
mejoras de su pais y mas penetrados de espíri-
tu público.
Hace poco tiempo se enveradaban algunas
calles, se cuidaba el alumbrado, se recojian las
basuras por jornaleros, y so obligaba à 1a lim-
pieza de las respectivas pertenencias. Todo ha
desaparecido, y una indiferiencia estoyca, brilla
en el aspecto de los funcionarios encargados por
la ley. En obsequio de mis conciudadanos y de
la salubridad del pueblo, tomaré la tarca de con-
tinuar mis comunicaciones sobre éste interesante
ramo en el tosco lenguaje de mis sentimientos,
con cuya protesta me despido, señores éditores,
hasta el siguiente número.
[Perico de las Palizas.]
............................................................................
AVISO IMPORTANTE.
....................................
El señor don José Felipe Loayza á tiempo
de recibir el Santo Sacramento de la Eucaristia
el domingo próximo pasado, hizo ante el Dios de
los cielos y tierra, la protesta siguiente.
"Soy un pecador anciano que me hallo pi-
sando con pies trémulos el terrible umbral del
sepulcro. ¡Yo no sé Dios mio, si siendo de tu
agrado, te dignarás cortar el hilo de mi vida de
hoy à mañana, para volverme á la nada de que
me formaste¡ Ya entro, Señor, en mí misino:
conozco que nada he hechó para merecer tu
eterna gloria recién se mueve mi corazon, para
hacer penitencia por mis grandes culpas; ya me
vuelvo á tí ¡Redentor mio! no me abandóneis
pues la muerte casi siempre nos sorprendo de
repente.
.............................................................................
Fortaleced mi fé, enterneced mi corazón, ilumi-
nad mi obscuro entendimiento, para que mis pa-
siones sean desterradas de mi pecho, y las vir-
tudcs entren à senlar en él su soberano imperio.
Pocos dias me quedan para trasportarme ¡ay de
mi! à tu tremendo tribunal. Por esto es, que
humildemente renuncio el mundo, y mis intere-
ses; y ya que jamas serví á los hombres, so-
corriendo al indijente siquiera con una limosna;
ahora que ya me alumbra el farol de la muerte,
y siento desfallecer aquel vigor que mó animaba,
en la mocedad, ante vos ¡Señor, Juez eterno,
castigador de los que mal obraron, confieso!
1? Que poseo unas sobervias haciendas en
éste departamento, que aumentan los tesoros que
procuré con tanta ambición, con perjuicio de mis
prójimos; tengo casas y algunas decenas consi-
derables de talegos, fuera de otros bienes con
que tu misericordia me colmó.
2? Que no tengo mas familia que la mu-
ger que me dió tu Iglesia—parientes muy pocos,
y riquezas muchas.
3? Que sé, que si no renuncio mis bienes,
por los de la gloria, tengo de condenarme irre-
misiblemente para presa de todos los picaros de-
monios que habéis dispuesto en los infiernos, pa-
ra martirizar à los mortales, especialmente à los
avaros como yo.
4? Que por lo que acabo de confesaros
¡Señor! dispongo de mis bienes del modo siguiente.
Que la gran hacienda de punas llamada Lau-
ramarca, cuyo valor y productos, es capaz de
mantener un Apostolado y medio con toda abun-
dancia, dejo para mi muger, y pocos parientes,
pues tienen bastante para mantenerse con la ma-
yor decencia—La que tengo en la pampa de
pólvora, dejo para el colegio de Educandas, ese
interesante plantel, que será el ornato de mi
pátria y la felicidad de mis prójimos; haciendo
ésta donación, por el ofrecimiento que hice de
10,® [...] $ en tiempo que fué Prefecto el señor
Gamarra, para éste útil establecimiento.
Que la casa, que me hallo fabricando en la
calle de matará, diciendo que era para ejercicios,
la dono al hospital de San Andres que carece
de fondos. La de la callé de San Bernardo, à
mi esposa y parientes, y la otra de la misma
calle de matará al hospital del Espíritu Santo.
Mis libros al colegió de Ciencias, menos mis ta-
legas, que esas son para los albaccas, igualmen-
que la plata labrada y demás bienes, aunque
yo diga que son para los hijos del finado don
Manuel Azcona vecino de Paucartambo de quien
fuí albecea y debo. . .dejarles porque se hallan
pereciendo, á pesar de que su padre tuvo dos
tantos mas de mis, riquezas; yo les cause la rui-
na, me arrepiento."
En seguida recitó la siguiente oración.
Ya yo me vuelvo à vos
¡mi Dios!
También à tu Madre Maria
hoy dia.
Recibe mi arrepentimiento
al momento;
¡Ten misericordia de mi
que te ofendí;!
Y pues tu gracia perdí,
Por aumentar mis tesoros,
Hoy renuncio con mis lloros
Los bienes que adquirí. (El que le oyó.)
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Blasfema el mundo de este genero monstruoso y
melodiosas, que entre acentos mujeriles, forma-
ba una dulce armonía; fijé la atención, recorrí
con 1a vista toda la circunferencia de la plazué-

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