A Digital Repatriation of a Lost archive of the Spanish Pacific: The Library of The Convent of San Pablo (Manila, 1762)

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Alonso de Carvajal. “Alzamiento de los Sangleyes del año 1639 y 1640.” Ca. 1640s.

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es cosa de gran ponderacíon que con haber quemado a Calamba [nuestra] estancia, y la mitad de [Butin] todo San Pedro, el pueblo de la Estancia de Acuña, y andar talando y quemando, ni a las tierras de Arguelles, ni de un estero a otro de San Nicolas a San Pedro no llegaron ni han hecho mal a tierra de la Virgen, [ya yo] me vuelvo Fray Juan de Guevara. Los que trajeron a la Virgen dieron nueva como los sangleyes estaban en San Pablo que la tarde antes habían puesto fuego a la casa y iglesia. Y lo mismo dijo el aq teniente de a caballo con que fue orden al sargento mayor marchase, y la compañia de caballos y estancieros con quien se juntó Don Juan Esquerra con su gente, y envió a Venavides con veinte y cinco mosquesteros por el rio en champáncillos, llegaron estos a las cuatro de la tarde, y los de a caballo poco despues. Los sangleyes se habían fortificado en el potrero de piedra y cerrado las entradas con que la caballería no les podía dañar. El ayundante Venabides, por el embarcadero a donde había multitud y se habían fortificado, les dio algunas cargas ellos con piedras y [masabais,] y tres arcabúses se defendían. Pero él los apretó gravamente y les fue ganando el embarcadero, y ellos retirandose al potrero. Los padres de la compañia trataba de paces porque tenían preso al Padre Francisco Vicente, y a los dos hermanos. Si bien fueron con e los de a caballo el padre que era ministro y se entregó en lugar del Padre Vicente que ellos no habían querido matar. Con la prisa que les dieron por el embarcadero ellos trataron medios de paz, y se vino a Manila a eso. Aunque no sabiendolo Venabides los apretó y hizo ir retirando. Y apretandolos por las espaldas abrieron portillo por donde, aunque iban matando muchos, fueron huyendo. Siguieronlos los de a caballo y Don Juan. Acá [vino voz] se había muchos pasado por frente del Juan Claudio a nado y en embarcaciones de la otra banda del río y que venían a juntarse con los de Santa Cruz porque realmente se hallaba poca gente y se supo los [socorrieros] con bastimentos. Temióse no los acabasen de levantar, y alborotasen el Parian. Vino nueva y el alcalde mayor [a traerla] que en Polo se iban juntando muchos y aunque habían quemado a Meycauayan (que el temor daba oidos a cualquiera nueva, y los negros las daban como se les ofrecían) despacharon a Don Juan Esquerra con la gente de a caballo y a Don Francisco con una companía de Japones. Corrieron a Polo y Meycauayan

Last edit 6 months ago by Repatriating a Lost Archive--Dir. Christina H. Lee
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