Pages That Mention Fernando Verbiest, S.J.
Carta de Fray Álvaro de Benavente al Padre Zamora desde Cantón, 1684.
183
animo de pelear pues bien se puede creer, que a mí no me faltaba bachillería, y a otros ciencia, para habernos opuesto al señor obispo, y dadlo muy bien en que entender; y valiéndonos de opiniones administrar a su pesar, mas no tenemos tanta valentia contra tanto empeño, y más no esperando como no esperamos, que el Rey nuestro señor agotado el empeño necesario para estas materias, que arto tiene hecho el Rey de Portugal y no le vale antes ha ido de mal empeor, nipón defender que veinte ocho. Regulares estén exentos en la China ha de quebrar con el Papá, ni este ha de volver atras, y más si como en la petición presentada en Manila se alga van en buenos en estas cosas, los ocultos fines de Francia, considérense bien los despachos todos de Roma del libro que remito, y se vena si el Papá burla, y como el empeño de poner absolutamente estas misiones en manos de los franceses es declaradisimo, pues a un pobre italiano que es el obispo argolicense (que quirca por disimular envían) no trae mas potestad, que la de un criado del Señor Pallu y con la mesma sujeción que la que se pretende en los pobres regulares, y cualquiera clérigo frances provicario puede mas que el con su mitra. Muy poco somos no somos para resistir este raro, y así en caso que la resistencia se ordene suplicó a vuestra reverencia padre nuestro, que nos exima de esto a los que aca estamos, y envie otros valerosos, y litigantes, que no esten tan a sombrados como nosotros:
Lo segundo que parece se nos puede mandar, es que no estemos como puros [Genm] en nuestros rincones ha que dicho se repare en el escandalo y novedad, que ha de causar el vera que a todos negamos los sacramentos (puesto que ni el confesar y predicar como menos regulares sacerdotes, y no como párrocos ni misioneros a los padres franciscanos que sean presentado el dicho Filiberto se lo ha negado) y se puede seguir el mismo daño que arriba digo de conocerse la dignidad o mandarinato del Señor Pallu y su provicario, y esto parece que no puede ser cosa de tres o cuatro a pues es necesario tiempo para que el Rey nuestro señor haga su diligencias en Roma, que en confirmación de que ha de ser inútil todo, añado que a vista del embajador de España (y aun dicen que lo contradijo) se le dio al Señor Pallu el vicariato de la isla Hermosa de que tiene su majestad la posesión y derecho que sabemos, vea vuestra reverencia que traza de emendar las disposiciones para la China; Yttem que estándonos así suspensos esperando resolución de Madrid y Roma, en este intermedio, y a los vicarios y provicarios franceses, abran revuelto las cristiandades, y no sabrán acreditado de modo, que después seamos inútiles puede se temer esto por las notas, que envió dichas esta misión es delicadísima, y todos obrar con gran tiento, y al presente el Padre Verbiest, (que no sabe la llegada del Señor Pallu) no escribe a los padres franciscanos y nosotros que mieremos como se obra y sea con cautela, remito la carta para que se bea, y vuestra reverencia mande guardarla en el archivo para que conste como no semos portado, por si sucediere algo no nos carguen la culpa, al padre comisario de San Francisco escribe con mag-
185
que no admita epiqueia) ha esto digo, que se considere el desamparo de estas misiones, y que si hay mala intención de la otra parte (que quizá no abra y yo no juzgo esto) es cosa dura dejarles libre un campo en que fuero de la Compañía que amas de 100 años, las demás religiosos de Sto. Domingo y San Francisco trabajan más a de 50, nosotros casi nada hemos trabajado, mas entiendo que lo que a nosotros se ordenaré, se ordenará a todos; y cierto que si esto se ordena, con ser así que casi todos, en general hablo, estamos, violentos en cuanto toca al natural en este Reino, y cada uno desea un resquicio para poder escapar del, sin descontentar a Dios y su conciencia, con todo es materia, que por lo que toca a lo sobre natural nos ha de quebrar el corazón, y no menos a los Agustinos que a los demás por que no se siente aveces menos la muerte de un hijo niño que la de un hijo adulto, antes en los padres suele ocasionar mayor dolor, y más si daban de si esperanzas; resolución es esta que todos juzgamos se debe antes pesar, y considerar mucho pues de ella pende el bien de un tan gran imperio, y si hay malicia de la otra parte, aun es más ponderable. Y cuanto a lo temporal dejado esto totalmente a los franceses, si sube alguno al estado que los padres Juan Adamos Chel y Fernando Verviest dicho se esta lo que se puede temer. Mejor ponderará vuestra reverencia padre nuestro y otros prelados de esas islas, quero esto, y así bástame haber apuntado estos inconvenientes:
Supuesto todo lo dicho me atreveré ha decir una alcaldada confiado en que vuestra reverencia padre nuestro me sufrirá cualquier necedad, y más estando tan acostumbrado ha tolerar disparates mios, y han digo que lo que parecía de menor inconvenientes. Que supuesto el empeño de la Sede Apostólica, y la poca esperanza que hay de que ni por intervención de su majestad católica se temple, antes si se irritemas, como ha hecho con las instancias de Portugal, y supuesto que el Señor Pallu procede con toda sinceridad, y no confines ocultos y deseo de echar de aquí los regulares, pues aunque se ofrezcan algunas sospechas, no es justo sin mayor fundamento y prueba creer esto de un obispo, ha quién en salza consumas alabanzas la Sede Apostólica aprobando Su Santidad, Zelo y demás virtudes en estas suposiciones los prelados de esas islas podían (con despachos Implicados) proponerle los inconvenientes de la ejecución de los decretos, y la imposibilidad moral de que los españoles se sujeten aquí a ellos, y juntamente proponerle alguna forma de concordia al modo de la que los regulares párrocos tienen con los señores ordinarios de Filipinas o ha modo de la que tienen con los de la America, de suerte que la autoridad de los vicarios que dase, reconocida, y los regulares que da sen con gobierno durable y tolerable, y pacifico, para en adelante, lo cual si el Señor Pallu quisiese admitir, asi el, como el Señor Argolicense (de quien tenemos alguna confianza por ser regular, y decirse no lea gradan las disposiciones francesas) y el Señor Basilitano, y las religiosos podían proponerlo a la Sede Apostólica, para que viniese en dicha concordia, y así parece se obraba a los grandes inconvenientes, que se ven en los otros caminos, y si el Señor Pallu no quisiere oír concordia alguna, sino con fuentes dictamen es llevan adelante lo comenzado delante de nuestro señor me parece se justificará más la causa, y de aquí a que por parte de los prelados se le propongan esta concordia aquí procuraremos pasar lo mejor
Carta a Fray Álvaro de Benavente desde Pekín del Padre Ferdinand Verbiest SJ. 25 enero 1684
2
Todos los que hacen mandarines [allá] fuera y finalmente llegan algunas luces a esta [corte]. Muchos que de diversas provincias llegaron aquí me refirieron algunas cosas que los misioneros [allá] fuera hacen con mucha confianza, de que no me [huelgue] oírlas. Quiera Dios que no vengan a los oídos del rey o de estos tribunales, que tienen particular cuidado sobre los extranjeros. Con esto mucho me encomiendo en los santos sacrificios de vuestro padre. Pekín a los 25 de enero 1684.
De vuestro padre
mínimo siervo en Cristo Fernando Verbiest, S.J.
Al muy reverendo padre Fray Álvaro de Benavente de La sagrada orden de nuestro santo Padre Agustino
en
de Pekín
{Al margen izquierdo: Fernando Verbiest, S.J.}