A Digital Repatriation of a Lost archive of the Spanish Pacific: The Library of The Convent of San Pablo (Manila, 1762)

Pages That Mention Don Miguel Pagontalan

Celoso imprudente, anotaciones y memorias del Padre Fray Pedro Mesa

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muchos, amenazando de muerte a los que no les [quisiesen] seguir. Con esta tropa acometieron a los conventos de Tigbauan y Guimbal donde se defendieron y los rechazaron Don Fernando Sulabao y Don Miguel Pagontalan, sus gobernadores, y a balazos los hicieron retirar. Con esto, y viendo que de Iloilo venía el castigo, se hicieron fuertes en un monte.

Tres semanas había que había llegado el Capitán Francisco de la Rea a suceder en estos oficios al dicho general Don Francisco de Atienza, a quien envió dicho nuevo alcalde con una tropa a castigar y reducir a los alterados. Los cuales unos daban por descargo que los traían forzados, Mateo y sus secuaces. Otros decían que, porque los querían llevar al puerto de Cavite. Y por último el dicho Mateo y dicho Juan cargaban la culpa de su alteración al padre prior de Tigbauan. Si bien no probaban cosa alguna más que decir que les hacía muchos agravios. Se dio parte al padre vicario provincial para que hiciese los cargos a dicho padre prior de Tigbauan, el cual respondió y probó enteramente que a Mateo envió a prender porque, estando actualmente casado y viviendo la primera mujer en Ajuy, se casó segunda vez en Damilisan. Y a Juan lo había castigado porque dejó a su mujer y estaba públicamente con otra. Pero lo que resultó de todo esto fue que a estos dos malhechores, después de haber quemado tantos pueblos e iglesias y causado tantos daños, les hicieron capitanes. Y al padre prior de Tigbauan le quitaron el priorato sin más razón que decir convenía hacerlo así para sosegar aquel motín. Mas no se aquietaron los dichos Juan y Mateo porque prosiguieron ambos mucho peor que de antes, diciendo en público que habían de matar al dicho padre prior que los había castigado. A pocos días murió mala muerte. El dicho Juan y Mateo se fueron a vivir a Bugasong ya en el pueblo, ya en los montes. Y buscándole el padre ministro para que se confesara porque constaba por el padrón no haberlo hecho, le reprendió en la iglesia, previniéndole se preparase para el día siguiente después de misa confesarse. Mas él se previno con otros dos compañeros

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