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Digitizing Peru's Print Revolution at Jul 22, 2022 08:04 PM

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o como el aborto de un plan proyectado de
antemano, [en que se ha querido presentar co¬
mo autor al jeneral Presidente], o como el esta¬
llido de una sublevación militar la más insensa¬
ta é inicua. Esto es lo que habrán podido deducir
los que solo hayan leído las siguientes comuni¬
caciones que copiamos del Mercurio de Valpa.
raiso del Ex-vice—Presidente, y el señor jeneral
Miller.

La publicidad con que hace tiempo. circu¬
lan en la ciudad estos documentos, y los co¬
mentarios que han sufrido sus cláusulas, nos ha
obligado a darles la preferencia en la materia
de que nos ocupamos, ofreciendo presentar en
seguida a nuestros lectores, las comunicaciones
habidas entre el sr. jeneral Prefecto del Depar¬
tamento y el sr. Presidente del Congreso, inédi¬
tas hasta hoy. Estos datos esclareciendo más
el orijen de los sucesos memorables que motiva¬
ron la violenta caída del jeneral La-Fuente,
harán tomar a la cuestión su verdadero aspecto,
presentándola bajo una forma capaz de resol¬
verse con solo las luces de un mediano criterio.

El jeneral La-Fuente al Congreso consti¬
titucional del Perú.—A bordo de la corbeta Nort¬
Americana S. Luis, surta en el Callao a 19 de
abril de 1831.

El vice-presidente de la república se ve en
la dolorosa necesidad de anunciar a los repre¬
sentantes de la nación, que las ocurrencias so¬
brevenidas en estos últimos días lo obligan a de¬
jar por algun tiempo la capital. El vice-presi¬
dente de la república no huyó del peligro, ni
cede a vanos temores; tampoco se considerá co¬
mo un culpable fujitivo que teme el pronuncia¬
miento de la ley. No SS.: una fuerza mayor con¬
ducida por un criminal estravío, movida secre¬
tamente por una inesplicable perfidia, lo pone
en el caso de preferir su emigración a los hor¬
rorosos males que pudiera arrastrar la guerra
civíl.—El congreso nacional calificará las inten¬
ciones turtuosas y los infundados recelos de un
hombre, a quien el que suscribe ha prodigado
quizás hasta el ecseso, las pruebas irrefragables
de una confianza sin límites, y de una sumisión
ciega.—La desmoralización de las tropas, el
desprecio de las leyes, el desobedecimiento a las
autoridades lejítimas, las tentativas del asesina¬
to, tales han sido los resultados visibles de este
plan tenebroso.—A tan formidables enemigos,
es en vano oponer la buena fe, la legalidad y
una conducta irreprensible. En semejantes ca¬
sos, la prudencia aconseja que se deje el triun¬
fo a los malos, en tanto que la voz de la justi¬
ticia pronuncia sus fallos y da a cada uno lo
que merece.—Pero no por esto conviene san¬
cionar con una pueríl condescendencia las ma¬
quinaciones destructoras del órden social; y apo¬
yado en estos principios, el vice-presidente de la
república protesta solemnemente ante el congre¬
so nacional, de todos los actos gubernativos que
tengan lugar desde la noche del 16 de este mes,
hasta el regreso del Excmo. Sr. presidente de
la república, declarándolos ilegales, nulos, con¬
trarios a la constitución, atentatorios al órden,
opuestos a las leyes fundamentales, y contami¬
nados con el vicio de la reveldía; cuya protes¬

ta hecha en toda forma,[+] deposita el que subs¬
cribe en manos del congreso, para que como
custodio de las leyes, la tome en consideración
y le de los efectos que haya lugar; declarando
al mismo tiempo, que por el atentado cometido
en la noche del 16, considerá violado el pacto
social, y mira como usurpadora e intrusa toda
autoridad ejecutiva que inmediatamente succe¬
da.—El vice-presidente de la república afortifi¬
cado con el testimonio de su conciencia, y apo¬
yado en la aprobación del pueblo, se hallará
siempre pronto, cualquiera que sea su destino
a dar cuenta ecsacta de su administración, y
a responder a cuantos cargos pueden hacerle
sobre ella: para lo cual solo aguardará que el
congreso lo emplace, luego que restituido al
ejercicio de su autoridad constitucional el pre¬
sidente de la república, pueda garantizar al que
subscribe la seguridad personal, que toda socie¬
dad bien organizada concede al que reclama
justicia.—El vice-presidente tiene la honra de
ofrecer al congreso nacional la espresión de su
consideración y respeto.—Firmado—Antonio
Gutierrez de La-Fuente.—[Se continuará]

[+] No es nueva la idea de estender en casos
semejantes, y aun peores protestas en toda forma.
Este arbitro está considerado como el última¬
tum de los lances apretados, y como único medio
de señorear libre, liso, llano, y eternamente sin el
remiendo del maldito EX, que tanto desaire hace
a la persona, el título que se adquirió en tiempos de
Bonanza. El Ex-Presidente Riva-Aguero, fue
entre nosotros el que dió el primer formal modelo
de estas ridículas protestas. Por la de ese sr.
la Nación ha contraído una deuda que según
su calculo aprocsimado sube ya a 300,000 $, y
que probablemente subirá a 300 millones, a no
ser que por algún arcáno que no preveemos, nos
veamos libres de los 36,000 $ annuales con que
formalmente nos conminó la enunciada primojéni¬
ta protesta. Por ella se nos ha procurado la rara
satisfacción de tener Presidentes de la Repúbli¬
ca Peruana, vagando en busca de aventuras por
Flandes, Inglaterra, Francia, [por un triz, en
España] y Chile; faltaba solo un vice para que
estuviese completa la República flotante: El sr.
La-Fuente a quien por una estraña casualidad
ha cabido en suerte, seguir las huellas de su
compadre, ha querido imitarlo hasta en este úl¬
timo procedimiento, que [según el sentir de sus
mismos amigos], es el paso de la más caballerez¬
ca ridículeza que pudo adoptar. La analojía que
tiene esta incidencia con la del dichoso primer
modelo, ha llamado nuestra atención; y es por
esto que nos hemos contraído a ella con espe¬
cialidad, prescindiendo de los demás puntos que
abraza tanto esta comunicación como la siguien¬
te, pues nuestro objeto al insertarlas repetimos,
no es otro, que dar a los predichos acontecimien¬
tos toda la luz que necesitan para que puedan
ser juzgados con acierto.

AVISO—Los ciudadanos que deseen dar
publicidad a algunos proyectos de ley, antes
de su admisión en las cámaras, podrán remi¬
tirlos rotulados a los editores del Observador en
la imprenta del sr. Concha, que se insertarán
gratuitamente. [IMP. REP. DE CONCHA.]

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o como el aborto de un plan proyectado de
antemano, [en que se ha querido presentar co¬
mo autor al jeneral Presidente], o como el esta¬
llido de una sublevación militar la más insensa¬
ta é inicua. Esto es lo que habrán podido deducir
los que solo hayan leído las siguientes comuni¬
caciones que copiamos del Mercurio de Valpa.
raiso del Ex-vice—Presidente, y el señor jeneral
Miller.

La publicidad con que hace tiempo. circu¬
lan en la ciudad estos documentos, y los co¬
mentarios que han sufrido sus cláusulas, nos ha
obligado a darles la preferencia en la materia
de que nos ocupamos, ofreciendo presentar en
seguida a nuestros lectores, las comunicaciones
habidas entre el sr. jeneral Prefecto del Depar¬
tamento y el sr. Presidente del Congreso, inédi¬
tas hasta hoy. Estos datos esclareciendo más
el orijen de los sucesos memorables que motiva¬
ron la violenta caída del jeneral La-Fuente,
harán tomar a la cuestión su verdadero aspecto,
presentándola bajo una forma capaz de resol¬
verse con solo las luces de un mediano criterio.

El jeneral La-Fuente al Congreso consti¬
titucional del Perú.—A bordo de la corbeta Nort¬
Americana S. Luis, surta en el Callao a 19 de
abril de 1831.

El vice-presidente de la república se ve en
la dolorosa necesidad de anunciar a los repre¬
sentantes de la nación, que las ocurrencias so¬
brevenidas en estos últimos días lo obligan a de¬
jar por algun tiempo la capital. El vice-presi¬
dente de la república no huyó del peligro, ni
cede a vanos temores; tampoco se considerá co¬
mo un culpable fujitivo que teme el pronuncia¬
miento de la ley. No SS.: una fuerza mayor con¬
ducida por un criminal estravío, movida secre¬
tamente por una inesplicable perfidia, lo pone
en el caso de preferir su emigración a los hor¬
rorosos males que pudiera arrastrar la guerra
civíl.—El congreso nacional calificará las inten¬
ciones turtuosas y los infundados recelos de un
hombre, a quien el que suscribe ha prodigado
quizás hasta el ecseso, las pruebas irrefragables
de una confianza sin límites, y de una sumisión
ciega.—La desmoralización de las tropas, el
desprecio de las leyes, el desobedecimiento a las
autoridades lejítimas, las tentativas del asesina¬
to, tales han sido los resultados visibles de este
plan tenebroso.—A tan formidables enemigos,
es en vano oponer la buena fe, la legalidad y
una conducta irreprensible. En semejantes ca¬
sos, la prudencia aconseja que se deje el triun¬
fo a los malos, en tanto que la voz de la justi¬
ticia pronuncia sus fallos y da a cada uno lo
que merece.—Pero no por esto conviene san¬
cionar con una pueríl condescendencia las ma¬
quinaciones destructoras del órden social; y apo¬
yado en estos principios, el vice-presidente de la
república protesta solemnemente ante el congre¬
so nacional, de todos los actos gubernativos que
tengan lugar desde la noche del 16 de este mes,
hasta el regreso del Excmo. Sr. presidente de
la república, declarándolos ilegales, nulos, con¬
trarios a la constitución, atentatorios al órden,
opuestos a las leyes fundamentales, y contami¬
nados con el vicio de la reveldía; cuya protes¬

ta hecha en toda forma,[+] deposita el que subs¬
cribe en manos del congreso, para que como
custodio de las leyes, la tome en consideración
y le de los efectos que haya lugar; declarando
al mismo tiempo, que por el atentado cometido
en la noche del 16, considerá violado el pacto
social, y mira como usurpadora e intrusa toda
autoridad ejecutiva que inmediatamente succe¬
da.—El vice-presidente de la república afortifi¬
cado con el testimonio de su conciencia, y apo¬
yado en la aprobación del pueblo, se hallará
siempre pronto, cualquiera que sea su destino
a dar cuenta ecsacta de su administración, y
a responder a cuantos cargos pueden hacerle
sobre ella: para lo cual solo aguardará que el
congreso lo emplace, luego que restituido al
ejercicio de su autoridad constitucional el pre¬
sidente de la república, pueda garantizar al que
subscribe la seguridad personal, que toda socie¬
dad bien organizada concede al que reclama
justicia.—El vice-presidente tiene la honra de
ofrecer al congreso nacional la espresión de su
consideración y respeto.—Firmado—Antonio
Gutierrez de La-Fuente.—[Se continuará]

[+] No es nueva la idea de estender en casos
semejantes, y aun peores protestas en toda forma.
Este arbitro está considerado como el última¬
tum de los lances apretados, y como único medio
de señorear libre, liso, llano, y eternamente sin el
remiendo del maldito EX, que tanto desaire hace
a la persona, el título que se adquirió en tiempos de
Bonanza. El Ex-Presidente Riva-Aguero, fue
entre nosotros el que dió el primer formal modelo
de estas ridículas protestas. Por la de ese sr.
la Nación ha contraído una deuda que según
su calculo aprocsimado sube ya a 300,000 $, y
que probablemente subirá a 300 millones, a no
ser que por algún arcáno que no preveemos, nos
veamos libres de los 36,000 $ annuales con que
formalmente nos conminó la enunciada primojéni¬
ta protesta. Por ella se nos ha procurado la rara
satisfacción de tener Presidentes de la Repúbli¬
ca Peruana, vagando en busca de aventuras por
Flandes, Inglaterra, Francia, [por un triz, en
España] y Chile; faltaba solo un vice para que
estuviese completa la República flotante: El sr.
La-Fuente a quien por una estraña casualidad
ha cabido en suerte, seguir las huellas de su
compadre, ha querido imitarlo hasta en este úl¬
timo procedimiento, que [según el sentir de sus
mismos amigos], es el paso de la más caballerez¬
ca ridículeza que pudo adoptar. La analojía que
tiene esta incidencia con la del dichoso primer
modelo, ha llamado nuestra atención; y es por
esto que nos hemos contraído a ella con espe¬
cialidad, prescindiendo de los demás puntos que
abraza tanto esta comunicación como la siguien¬
te, pues nuestro objeto al insertarlas repetimos,
no es otro, que dar a los predichos acontecimien¬
tos toda la luz que necesitan para que puedan
ser juzgados con acierto.

AVISO—Los ciudadanos que deseen dar
publicidad a algunos proyectos de ley, antes
de su admisión en las cámaras, podrán remi¬
tirlos rotulados a los editores del Observador en
la imprenta del sr. Concha, que se insertarán
gratuitamente. [IMP. REP. DE CONCHA.]