El Fiera-Bras

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EL FIERA-BRAS.

Lope de Vega

Hendí, rompí, derribé, Rasgué, deshicé, rendí, Desafié, desmentí, Vencí, acuchillé, maté;

Del enemigo insolente Purgada la tierra dijo: Yi no ha quedado conejo Que pueda ponerse al frente.

NUMERO 6.°] CUZCO 30 DE ENERO DE 1836. [MEDIO REAL.

GRANDES NOTICIAS.

VIVA

LA PATRIA.

LOS VALIENTES DE YANACOCHA EN EL CASTILLO DEL SOL.

REPÚBLICA PERUANA.

Secretaria Jeneral de S. E. el Presidente—Cuar¬ tel Jeneral en la Hacienda de Baquijano a 19 de enero de 1836—Hustrisimo Señor Jeneral Coman¬ dante Jeneral del Ejército Unido del Norte

Ilustrísimo Señor—Con esta fecha digo al Sr. Secretario Jeneral de S. E. el Gran Maris¬ cal Jefe Superior del Ejército Unido lo que sigue.

Convencido S. E. el Presidente de la Re¬ pública de la necesidad de hacer una tentativa sobre las fortalezas del Callao, vino personal¬ mente a esta hacienda y dispusó que cuatro com¬ pañias de la División de la Guardia, a las ór¬ denes del esforzado Jeneral Moran hiciesen un ataque; la Columna ejecutó este movimiento a las tres de la mañana de este día con el mayor orden, serenidad, arrojo y valor: fué recibida por un vivo fuego de Artillería que no produjó otro efecto que entusiasmar más y más a nues¬ tros valientes que con un coraje digno de los

que defienden la causa Santa de ley, tomaron simultaneamente la fortaleza del Sol, el Arsenal y la población del Callao en la que habían cons¬ truido un fortín. Han caído prisoneros el Es¬ pañol Gonser que mandaba dicha fortaleza, D. Juan Aliaga que acababa de llegar de Arequi¬ pa, muchos oficiales, y más de cien individuos de tropa; el primero ha sido fusilado en este instante por su pésimo compartamiento. La per¬ dida del enemigo ha sido considerable, y la nues¬ tra consiste en seis individuos de tropa muer¬ tos y once heridos, y entre estos de alguna gra¬ vedad el Teniente Coronel D. Juan Jose Arrieta.

El denotado Jeneral Moran, todos los Jefes, oficiales y tropa que han empendido esta import¬ ante jornada han manifestado un valor y deci¬ sión sin ejemplo.

Los sediciosos se hallan reducidos al recin¬ to de la fortaleza de la Independencia y sin a¬ gua; de modo que no pueden durar dos días sin rendirse.

Los pormenores de este feliz acontecimien¬ to tendré la honra de impartirlos a U.S. oportu¬ namente.

Sirvase U. S. elevar este parte al conoci¬ miento del Exmo. señor Gran Mariscal Jefe su¬ perior del Ejercito unido, y felicitarle a nombre de S. E. el Presidente por los rápidos progre¬ sos de la causa del orden.

Tengo el honor de transcribio a U. S. I. para su intelijencia y demás fines.

Dios guarde a U. S. I.

Ilustrísimo Señor.

Mariano de Sierra.

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PARTE OFICIAL.

República peruana—Comandancia jeneral de la costa—Huaura enero 12 de 1836.

An benemérito señor jeneral del departamen¬ to de Lima. —Señor jeneral.

A las diez de la noche del día de ayer re¬ mití a U. S. una comunicación con el capitán Huerto en que le anoticiaba el arribo de dos buques, en los que se decía eran conducidos doscientos hombres a las órdenes del Coro¬ nel Layseca, y la determinación que había tomado de marchar para (?) Pativilea a reunirme con el Sub-prefecto con quien me encontré a las ocho del día de esta fecha, y en el momento procedimos a reunir las par¬ tidas que se hallaban por diferentes puntos; y habiéndose hecho esto en menos de dos horas se formó una fuerza de cincuenta y tantos hom¬ bres, y marchamos sobre este punto: al atrave¬ sar el puente de este pueblo fue descubierta u¬ na partida enemiga compuesta de trece indivi¬ duos de tropa y conducida por el sargente mayor d. Nicolas Prada; y habiendo sido atacada fue aro¬ llada hasta el pueblo de Huacho en donde fue sor¬ prendido el cuartel, y muerto el referido sargen¬ to major Prada, y herido un valiente de la partida llamado Jeronimo Infantes, pasadose ins¬ tantaneamente el sargento major graduado don Francisco Bolivar con toda la columna, arma¬ mento, municiones y demás útiles.

La única tropa que ha podido escapar han sido diez hombres con el coronel Layseca que no logró hacer efectivo el pago de la contribu¬ ción que echó.

Este grande triunfo es debido al verdadero patriota D. Matias Dulanto Sub-prefecto de es¬ ta provincia, por su grande actividad, y al en¬ tusiasmo jeneral de estos pueblos.

Recomiendo a U. S. al capitán D. Maurl¬ cio Barrenechea, y al teniente D. Manuel Bu¬ ceta quienes se han portado con la delicadeza que es propio a oficiales de honor.

Tengo la honra dee impartir a U. S. tan plau¬ sible noticia para que se sirva ponerla en cono¬ cimiento de S. E. el Jeneral Presidente — Dios guarde a US. — Señor Jeneral—José Antonio Barrenechea.

OTRAS.

Por comunicaciónes de S. E. al Presidente

de la República sabemos que en el Puerto de Chorrillos ha comprado una hermosa CORBETA de guerra a la que le ha dado el nombre de JENE¬ RAL SANTA CRUZ. Este buque está ya en ope¬ raciones en el mar.

En la refriega del día 6 en las inmediacio¬ nes de Lima salieron heridos Solar y Torres, je¬ fes de los rebeldes.

El Jeneral Presidente de la República he comprado en Lima dos mil fusiles y con este armamento aprovechará del increíble entusiasmo de aquella ciudad por la causa del Gobierno.

Se han presentado muchos jefes y oficialees de Salaverri.

Las fuerzas que manda S. E. en la Capital son más que sobradas para recibir a Salaverri caso que vuelva escapando de Arequipa como sucederá infaliblemente.

En nuestros numeros anteriores hemos pu¬ blicado algunos documentos de la capital de Lima y ahora agreguremos algunos artículos para que por ellos se pueda formar juicio del estado de la opinión respecto de Salaverri. Todo muestra que los dignos habitantes de aquella erguida ciu¬ dad han sifrido la opresión más brutal y el tra¬ tamiento más soes. Aun no han salido de los peligros cuando multitud de hombres ilustres sin arredrarse por compromisos, corren a posecio¬ narse de las imprentas, para desahogar sus sen¬ timientos y para exitar el pueblo al heroismo. El pueblo se inflama y se deteermina a romper sus ominosas cadenas: basta de sufrir dice, y se lanza sobre sus opresores. Los esclavos y agentes del rebelde son destrozados y sus mise¬ rables restos corren despavoridos a asilarse en las murallas. Eh ahí Salaverri, la opinión ge¬ neral que decías, en tu favor. Eh ahí el nom¬ bramiento de los pueblos para que los goberna¬ ses, Eh ahí tu misión.... ¿Y conoces la ver¬ güenza? Rebelde, Impostor, Asesmo de Perua¬ nos ilustres, caerá sobre vuestra criminal cabeza la venganza de los pueblos que has destrozado, y ella será condigna a la enormidad de tus a¬ tentados.

Después de once meses de luto y conster¬ nación general, en que el más feroz de los ti¬ ranos ha puesto una gran parte de la repú¬ blica—después de once meses de la resurreción de las horcas y de los rollos, en que se han frecuentado los cadalsos: después de once me¬ ses de robos, asesinatos, violaciones terribles— después de once meses que un general, saltea¬ dor por herencia, y tirano por naturaleza ha

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ejercido su furibundo genio en torno de misera¬ bles y detestables porsélitos: después de once me¬ ses que ha estado sepultado nuestro código fun¬ damental, por unas manos encallecidas por el pi¬ llage y toda clase de crímenes; han fugado por fin a encerrarse entre los muros, saqueando an¬ tes todas las oficinas, unos cuantos militares des¬ almados, que no pudiendo aparecer en la socie¬ dad ni rolar entre los hombres, han buscado u¬ na caberna para ponerse a cubierto de sus crimi¬ nales estravios; y merced a su fuga cobarde é ig¬ nominiosa, hoy aparece nuestra linertad en su ca¬ rro triunfante presentándonos empolvadas nues¬ tras garantías. Aparece la libertad repito, pero vestida de purpuro, pidiendo venganza por la san¬ gre de tanta víctima inmolada al furor de un ri¬ dículo y despiadado mercenario: y trayendo en su diestra afilado el acero que le pusieron a sus dis¬ posición nuestras leyes, para que mientras exis¬ tían sumidas en el sepulcro de la tiranía, porcal¬ mase y pusiese en egecución la más justa de las venganzas.

Cobardes nuestros rateros opresores, como lo son todos los criminales, no esperaron la pre¬ sencia de nuestros bravos defensores: bastó su nombre solo para aterrarlos, y para que arras¬ trándose en desorden, emprendiesen un ligero vuelo y se atrincherasen en las murallas. El nombre inmaculado de Vidal ha sido toda la fuer¬ za que se ha presentado a su imaginación ato¬ londrada; y el nombre solo de este ilustre pe¬ ruando, tan valiente como honrado, ha sido el que les ha impuesto que es llegado el tiempo en que espien tanto robo, tanto asesinato, tan¬ ta atrocidad, infracción tanta. Por fin ya hoy respira Lima un aire libre—un puñado de valien¬ tes ciudadanos hacen la respetabilidad de su le¬ gislación: el júbilo salta en todos los semblan¬ tes de los hombres, ya las voces de viva nues¬ tra constitución—viva Orbegoso, Santa-Cruz, Vi¬ dal &, se repiten con entusiasmo en una pla¬ za en que el pueblo existe a toda hora reuni¬ do, y en que puede decirse, sin peligro de er¬ rar, que nunca se ha visto como ahora tanto ciudadano junto.

Nuestros bravos han avanzado hasta la le¬ gua en busca de los tiranuelos; pero es impo¬ sible que consigan que se les presenten siguie¬ ra a una legua de distancia. Mañana recibirán los limeños entre sus brazos, 2000 jóvenes robus¬ tos, que desde las heladas crimas del volcán de Arequipa han venido a cooperar a nuestra re¬ dención; entran a Lima bizarros y vencedores a las órdenes de S. E. el jeneral Orbegoso; y

han jurado a presencia de dos pabellones uni¬ dos, que no regresarán a su país hasta que ha¬ yan desaparecido del nuestro, aquellas hordas de vándalos que acuadilladas por un infame li¬ meño, tanto mal han hecho a la patria. El nuevo departamento de Huayles que Salaverry intentó prohijar, es el primero que ha dado un egemplo de su patriotismo, volviendole la es¬ palda a su ridículo hacedor y pronunciándose por el orden. Se dice, y fundadamente, que la división que mandaba el desnaturalizado Fer¬ nandini, está toda en ................; pero aunque esto no fuese así, no cabe duda en q' ya murió Salaverry, y en que al rigor de la ley y de la opinión , morirán también los Solarers, los GAVILANES, los socios de Guerrero, los Ginereses y los Torres. En el siguiente núme¬ ro, nos encaragarémos de la muerte trajica de nuestra víctima el memorable Valle-Riestra; y demostrarémos perentoriamente que el cielo ha tomado parte en la venganza de su sangre.

LA VALLE—RIESTRA.

CANCIÓN.

Valle-Riestra, tu fúnebre tumba De dolor y de llanto anegada, A la patria la tiene enlutada; Todos quierren morir por la ley.

Al tirano que osó de tu muerte El terrible decreto dictar; Hoy le vemos cobarde espirar: Ya no aspira a mandarnos de Rey.

Corren y fuga ocultándo su crimen A las vastas anchuras del mar, Y allí mismo le vemos expiar Su delito tan cruel y feróz.

Ya no encuentra en la tierra sosiego Ni malvado su pecho reposa, Por que el ¡Ay! de tus hijos y esposa Lo persigue; y tu muerte precóz.

Descendiste al sepulcro angustiado Por que viste a tu patria oprimida, Y sereno el puñal fratricida Resististe en tu pecho leal.

Más tu victima clama a los cielos De la dulce venganza el furor, Y el Perú se reune alredor De tu loza, a tu sangre vengar.

[De la sombra de Valle-Riestra.]

A LA DEPLORABLE MUERTE DEL JENERAL PERUANO

D. FRANCISCO VALLE-RIESTRA.

Suena el hueco metal, y su tañido, De llanto el rostro, y de terror el alma Inunda del Limano. ¡Hondo jemido Se oye do quier! Despreció la calma.

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Como sombra fugaz del pecho mía: Una fausta existencia solo queda Y al vago viento mi lamento frío Crimen es, el pensar, sentir se veda, Y entre sangre, y dolor y luto, y muerte Su huella estampa la nefanda suerte!

Al que esperanza de su Patria ha sido, De prudencia, y de honor bello dechade, Hijo, y Padre amoroso, fiel marido, Del valor, y virtud veráz traslado, Sincero amigo, y cariñoso hermano, Restaurador del orden, y el civismo, De la ley defensor, y del Peruano, Enemigo del fiero despotismo, Un traidor vil concibe allá en su mente Asesinarle baja, y torpemente.

Era la noche en rabia poseido La pluma toma con furor infando! Ábrete, tierra, y hunde al fementido, Del Perú la deshonra está sellando! Ya marcha, y llega el conductor malvado De la orden execrable a la presencia. Del feroz, que de crímenes manchado Y su existir debiendo a la clemencia Del mismo, a quien da muerte, se prepara A ser ejecutor de la sentencia Al desgraciado insulta su insolencia, Y en el lecho de amor en do reposa De los brazos lo arrancan, de su esposa.

El sol no bien lucía por oriente Ya del crimen atroz era testigo, Día de horror! O ser Omnipotente! Fulmina en su verdugo cruel castigo. Asesino falaz de un inocente. Gozate en tu maldad! Mira al Limano, Vé su llorosa faz: llamas despiden Sus iracundos ojos! — Inhumano! De Valle-Riestra la venganza piden, Y Dios se la dará! Sí, ya ha fijado En el libro inmutable del destino El terrible anatema: lo ha marcado Con sempiterno fuego! El se previno Traspasado morir por mil puñales.

Barbaro tiembla! Las divinos Cielos Principian tu suplicio, vé seguirte Una angustiada madre y sus hijuelos Tu paso detener, y confundirte Demandando tu víctima! Su sombra Atorradora, siempre se presenta Ante tu vista. ¡Inicio! Ella te asombra. De los remordimientos huir pretendes, Y más te cercan, cuando más lo emprendes.

Tu pecho ensenegado en sinsabores

No encontrará sesiego, paz, ventura, Vivirás rodeado de dolores; Huira de ti la humana criatura! En tu corazon fiero, y ecsecrado, De las desconfianzas, siendo el nido, A desesperación será entregado, Por escualídos monstruos circuido Y al fuego de las furias abrazado La maldición celeste te persigue Y hasta el profundo Tartaro te sigue!

Ni aún la muerte hallarás en tu despecho: Ella vendrá después de pena tanta: Y esa vil Banda que te cruza el pecho, Dogal será, que oprima tu garganta, Tu crimen espiado fratrieida, Baja entonces al seno del averno, De tus hijos la vara maldecida Quede a los siglos, cual padrón eterno! Y que llena de oprobio tu memoria De ejemplo, y de pavor sirva en la historia.

REMITIDO.

Señores Editores del Fiera-Bras.

Hemos visto el plano de la batalle de Yana¬ cocha litografiado en la Paz por el Señor Meu¬ zi y hemos sentido mucho que un profesor tan ha¬ bil como el Señor Meuzi no haya podido sanar con propiedad aquella obra importantisima por fal¬ ta de aparatos Litográficos. Confesamos que ha vencido mucho con su buen deseo, pero hubiera¬ mos querido que no se publicase sin la debida exac¬ titud un mapa que encierra la gloria de las armas bolivianas.

La escasa litografía de la Paz no ha pedido representar los eminentes cerros y escarpados cies¬ tenes de Yanacocha, dejando aparecer en su lugar como unos bosques, de que resulta no poderse co¬ legir el mento de las tropas de Bolivia en el asal¬ to de tan soberbias posiciones.

No queremos atacar la habilidad del S. Meu¬ zi en su arte, por que somos testigos de que la primera copia que hizo del plano levantado por el Teniente Coronel de Ingenieros de nuestro ejérci¬ to D. José Maria Romero que asistió a la bata¬ lla y se trasladó después al mismo campo para e¬ jecutar las operaciones científicas, fue muy bien hecho; solo desearíamos que teniendo otra vez a la vista el perfecto plano del S. Romero esmerase el S. Meuzi sus ensayos litográficos.

Es de U U. SS. EE. atento S. S.

Un aficionado.

Imprenta libre por P. Evaristo Gonzalez.

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