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EL JENERAL
MIGUEL SAN ROMAN,
JEFE DE ARMAS
Y PREFECTO ACCIDENTAL DEL DEPARTAMENTO.
Al Benemerito Pueblo Cuzqueño.

CUZQUENOS: La gloriosa reacción que tuvo lugar en la noche que ha prece¬
dido à ia brillante aurora de este dia os ha restituido vuestra seguridad y vuestras
preciosas garantias, arrebatadas por manos infames y traidoras, restableciendo el orden
legal establecido por vuestros mismas votos. Desaparecieron los miserables satélites
del jenio de las revoluciones y con ellos el mas escandaloso ejemplo de desmoraliza¬
ción, de corrupción, de intrigas y de ingratitud.

CONCIUDADANOS: Un antiguo soldado de la independencia no podia mi¬
rar con frialdad vuestra suerte sujeta à los caprichos de cuatro aspirantes imbeciles,
y de un hombre bestial y cruel como el ingrato Coronel Bosa, que traicionando à la
confianza que le hizo el Gobierqo iba à sumerjir el pais en un abismo de eternas
desgracias. Volé del Departamento de Puno à tomar el mando político de éste, por
salvaros. Está concluida la obra y me congratulo con vosotros por haber puesto en
reacción nuestros derechos, nuestras leyes y nuestros magistrados constituidos.

CUZQUEÑOS: Habréis leido sin duda una proclama que en dias pasados
se dió al publico bajo de mi sombre. ¿Creísteis que fué obra mia? No; que es¬
clusivamente lo fué de la intriga mis rastrera, que abusó de la imprenta y de mi
nombre por alucinaros. Conocéis mi buena fé; y con ella y con la sinceridad mas
pura, os aseguro, que jamas tube parte en ella, ni por escrito ni de palabra. Sabeis
que todo lo hacia el club que disponía de los destinos, de los fondos, de las fuer¬
zas y de la prensa.

COMPATRIOTAS: Notorias fueron vuestras inquietudes, vuestras sozobras
y la reprobación que manifestasteis en los asarosos dias en que cuatro Jefes traidores
pusieron à la Pátria al borde del precipicio. Vuestro disgusto se leia en vuestros
semblantes; y si entonces veiais amagadas y atacadas vuestras propiedades, echadas por
tierra vuestras garantias, allanadas vuestras casas, en fin espuestos los pueblos à ser¬
vir de pabulo à la misma llama que os iba à consumir; reposad hoy tranquilos, dis¬
frutando de vuestra seguridad personal, de vuestros bienes, de vuestra industria, y sed,
como siempre, el modelo de la moral pública, del orden y del amor patriótico. Ayu¬
dad al Gobierno y él os asegura la paz y la dicha. Recordad los sacrificios que
habeis hecho contribuyendo à la grandiosa obra de ia restauración con ese vetera¬
no de la independencia, con ese hombre protejido por los Cielos, que sin haber go¬
zado de los placeres de sus triunfos, solo ha recojido congojas y adquirido canas.

CUZQUEÑOS: Reunamonos todos y aniquilemos hasta el jermen de las re¬
voliciones; concluyanse los partidos y no se piense mas, que en la ventura publica,
y en constituir esta Nación que tantos sacrificios es cuesta.
por manos

Cuzco 17 de Enero de 1841

MIGUEL SAN ROMAN.