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marianaar27 at Nov 02, 2021 09:32 PM

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cual la virtud es un nombre vano, y el republica-
nismo un principio ilusorio. Por el contrario de
nada sirven los mas grandes aprestos de defensa,
ni el entusiasmo de los guerreros, si parcialidades
insensatas desgarran el seno de la patria, si aspi-
raciones personales toman el lugar de la jenerosa
abnegacion que distingue a los hombres dignos de
la libertad, si rivalidades pueriles o vituperables
suscitan demoras u obstaculos a la grande obra de
la consolidacion del Estado. ¿Quien seria bastan-
temente osado para invadir un pais donde reinase
el orden, la moderacion y el profundo respeto a
las leyes? Por violenta que fuese la ambicion, o
irreflecsivo el orgullo estranjero, se estrellarian in-
faliblemente contra el muro de bronce que presen-
taria una union estrecha y fraternal entre todos los
conciudadanos, acompañada de una tranquilidad ma-
jestuosa y de una resolucion firme de ser tan libres
de toda coyunda estranjera, como del afrentoso yu-
go de las pasiones desordenadas.

La union, pues, es una de las primeras nece-
sidades del Peru, y si esta lo es en todos tiempos,
lo es mas imperiosamente en las actuales circuns-
tancias, en que se columbran al travez de una ne-
bulosa lejania, miras de arrancarle su independen-
cia, con independencia que le ha costado tantos
sacrificios. No basta decir--"hay un jenio tutelar
en el Peru: cuando la cituacion de los negocios
parece mas desesperada, algun acontecimiento im-
previsto viene a disipar los peligros como por en-
canto; cuando el horizonte se presenta mas carga-
do de negros celajos, un viento propicio los aleja
y descubre la hermosa serenidad del firmamento.
Caundo la patria se halla amagada es necesario
que se reunan todos los corazones y que todos los
pechos sean inlamados de un solo fuego. Es ya
tiempo de que terminen todas nuestras disenciones
de que no resuene ya el eco destemplado y fu-
nesto de la deunion: parezcan para siempre las
miras y los intereses parciales, que no esten de
acuerdo con el bien jeneral. Hagamos una mutua
y universal reconciliacion: promovamos de comun
acuerdo los intereses de la Patria. En el templo
de la libertad no deben levantarse altares, sino a-
brirse sepulcros a la discordia. El nombre caro
de Peruanos debe ser un lazo indisoluble de amor
fraternal: ahoguemos nuestros resentiminetos, olvi-
demos nuestras pasadas desgracias y no tratemos
sino de poner termino a nuestros males y de ha-
cer que el Peru se levante al rango majestuoso de
una nacion culta.

Recorriendo las paginas de la historia del mun-
do, vemos que los estados mas pequeños y aun
despreciables en la balanza de las potencias, han
opuesto siempre la mas noble y heroica resistencia
a las invasiones de las naciones mas formidables
por sus recursos, su estension y el numero de sus
fuerzas militares, con solo el poder de la union
de los sentimientos que a cada ciudadano y a ca-
da soldado ha dado el poder multiplicado de to-
dos los demas. Esparta era un puñado de hombres
reunidos en un palmo de terreno que no se divi-
saba en la superficie de la Grecia, y en Platea,
Salamina, Maraton y las Termopilas, dieron al mun-
do y a los siglos el ejemplo de lo que puede el va-
lor y la union de los ciudadanos aun contra el po-
der de imperios colosales y la fuerza de millares
de soldados. La Polonia que es un pais entera-
mente abierto y con una poblacion de seis millo-
nes de hombres pudo balancear largo tiempo las
fuerzas de dos de las mas formidables potencias
militares del continente europeo; ha ofrecido tam-
bien, no ha mucho, otro ejemplo de ese poder ma-
jico de la union.

Nuestro ejercito del Sur se halla al frente de
Bolivia con el objeto grandioso de impedir que el

despetismo se entronice en esta republica, y de de-
volvera su tranquilidad, su decoro, su ecsistencia
y sus leyes. Este objeto que por si solo va de-
corado con todos los atributos de una gloria digna
del siglo y de la libertad, ha sido concebido por
el ilustre Restaurador de la independencia del Peru
y reclamada por todos los votos de los pueblos. Pero,
dejando esta materia de que todavia no nos ceu-
pamos por ahora, volvamos a la union. Ella es
aun mas necesaria entre los bravos campeones del
ejercito. ¡Dignos defensores del nombre nacional!
Permitidnos añadir nuestra debil voz a la de todos
vuestros concindadanos que os ruegan acabeis de
darnos esta patria por la que hemos suspirado tan-
tos años, esta patria, unica prenda que puede ase-
gurar nuestra dicha, unico punto de reunion, al re-
dedor del cual se agrupen los peruanos para de-
fender sus derechos, unicos objetos que ecsistiran
su entusiasmo, inspirando esa concordia que debe
producir nuestra ventura y darnos enerjia para re-
peler las asechanzas de cualquiera ambicioso. Vol-
ved tambien su repose y su dicha a una republi-
ca hermana que implora vuestra jenerosidad. Sed
unidos y os ornareis con los laureles de la inmor-
talidad. Vosotros recibireis la mas dulce recompen-
sa en las bendiciones de dos naciones libres; y aque-
llos de entre vosotros que mas particularmente ha-
yan merecido la confianza del Heroe que preside
a vuestros destinos podran alcanzar la honra y la
dulce satisfaccion de corresponder a ella combatien-
do y muriendo por la causa mas hermosa. Per-
donad nuestra presuncion, siquiera en favor del puro
sentimiento que la causa. En vuestras manos esta
la suerte de dos republicas: elias triunfaran de los
males que las aflijen, o que las amenazan, si como
lo esperamos, haceis el noble sacrificio de vuestras
afecciones privadas, de vuestro reposo, de vuestro
amor propio ante las aras del bien publico. Per-
maneciendo unidos entre vosotros, sin escuchar mas
vez que la de la ley y la de vuestra disciplina; no
perdiendo nunca de vista las virtudes del gran ciu-
dadano que os preside; del Padre de los pueblos;
del Jeneralisimo Presidente D. Agustin Gamarra;
el Peru puede prometerse tranquilidad y dicha que
no seran destruidos nunca. Pero, si por una fata-
lidad que jamas seria suficientemente llorada, no se
concentra en vosotros la mas perfecta union, la mas
perfecta identidad de sentimientos; habreis cabado
el sepulcro a donde, despues de horribles convul-
siones, ira a hundirse vuestra patria, sin el consue-
lo de ninguna esperanza. En vano sonreira la
fortuna a alguno, ensalsandole criminalmente sobre
sus concindadanos: efimero seria su triunfo; otro
faccioso le arrancaria el poder, para perderlo a su
vez, en medio del torbellino de las intrigas, y de
la sangre de las proscripciones, hasta que el estran-
jero se aprovechase de estas circunstancias para re-
ducirnos al miserable estado de colonos, y las ru-
das plantas de soldados insolentes hollasen el her-
moso suelo del Peru. Vosotros participarais de
esta servidumbre, aun mas acibarada para vuestras
almas con el recuerdo de haberla preparado y con
la maldicion de vuestros compañeros de esclavitud!
(Se continuara)

El Presbitero don Antonio Muños
abre su estudio de latinidad, y espli-
cacion de puntos de religion, para la
instruccion de la juventud, en el puente
de Santa Teresa, en la casa de los ca-
pellanes de dicho monasterio, contigua
a la casa de Vargas.

IMPRENTA DEL GOBIERNO POR P.E.GONZALEZ.

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cual la virtud es un nombre vano, y el republica-
nismo un principio ilusorio. Por el contrario de
nada sirven los mas grandes aprestos de defensa,
ni el entusiasmo de los guerreros, si parcialidades
insensatas desgarran el seno de la patria, si aspi-
raciones personales toman el lugar de la jenerosa
abnegacion que distingue a los hombres dignos de
la libertad, si rivalidades pueriles o vituperables
suscitan demoras u obstaculos a la grande obra de
la consolidacion del Estado. ¿Quien seria bastan-
temente osado para invadir un pais donde reinase
el orden, la moderacion y el profundo respeto a
las leyes? Por violenta que fuese la ambicion, o
irreflecsivo el orgullo estranjero, se estrellarian in-
faliblemente contra el muro de bronce que presen-
taria una union estrecha y fraternal entre todos los
conciudadanos, acompañada de una tranquilidad ma-
jestuosa y de una resolucion firme de ser tan libres
de toda coyunda estranjera, como del afrentoso yu-
go de las pasiones desordenadas.

La union, pues, es una de las primeras nece-
sidades del Peru, y si esta lo es en todos tiempos,
lo es mas imperiosamente en las actuales circuns-
tancias, en que se columbran al travez de una ne-
bulosa lejania, miras de arrancarle su independen-
cia, con independencia que le ha costado tantos
sacrificios. No basta decir--"hay un jenio tutelar
en el Peru: cuando la cituacion de los negocios
parece mas desesperada, algun acontecimiento im-
previsto viene a disipar los peligros como por en-
canto; cuando el horizonte se presenta mas carga-
do de negros celajos, un viento propicio los aleja
y descubre la hermosa serenidad del firmamento.
Caundo la patria se halla amagada es necesario
que se reunan todos los corazones y que todos los
pechos sean inlamados de un solo fuego. Es ya
tiempo de que terminen todas nuestras disenciones
de que no resuene ya el eco destemplado y fu-
nesto de la deunion: parezcan para siempre las
miras y los intereses parciales, que no esten de
acuerdo con el bien jeneral. Hagamos una mutua
y universal reconciliacion: promovamos de comun
acuerdo los intereses de la Patria. En el templo
de la libertad no deben levantarse altares, sino a-
brirse sepulcros a la discordia. El nombre caro
de Peruanos debe ser un lazo indisoluble de amor
fraternal: ahoguemos nuestros resentiminetos, olvi-
demos nuestras pasadas desgracias y no tratemos
sino

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