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marianaar27 at Nov 08, 2021 08:34 PM

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de Choncho-coro se incorporo al Ejercito el bata-
llon Carabineros procedente de Arequipa, lo mismo
que varios piquetes que los cuerpos habian dejado
a retaguardia.

Segun avisos obtenidos, se supo que el ejer-
cito enemigo se retiro sobre Ayo-ayo. Fue temado
prisionero el capitan D. Bernardo Sanches que se
acerco a reconocer el Ejercito; y se represento como
pasado el Subteniente D. Ildefonso Rodrigues.

Cuartel jeneral en Collpani Octubre 16 de 1841.
--El Ayudante jeneral encargado del E. M. J.--
J. Montoya.

La libertad restaurada.

Las proclamas de S.E. el Je-
neralismo de las armas peruanas en
marcha sobre el departamento de la
Paz, que hemos publicado, contienen sen-
timientos de verdad y de franqueza que
han marcado todos sus pasos desde que
la infatuada regeneracion boliviana vino
a revelarle el regreso del enemigo a-
serrimo de sus glorias y de la ventu-
rosa paz que disfrutaba el Peru bajo
de su sombra. Cuando S.E. se habia
propuesto restablecer en el territorio
boliviano el orden y las instituciones
que conculco el espiritu de faccion, sin el
fatal recurso de llegar a las armas: cuan-
do trataba de fijar los principios que
debian asegurar de un modo estable la
paz interior de dos republicas herma-
nas: cuando nos habiamos lisongeado que
el patriotismo y el talento reunidos in-
clinasen el juicio a preferir los intereses
generales de la nacion sobre los inte-
reses de un solo hombre, un acto de
traicion y de perfidia que solo tendra
lugar en los anales del crimen ha ve-
nido a sofocar nuestros deseos y a dila-
tar casi las esperanzas de ver estrecha-
dos con los vinculos sagrados de la a-
mistad a dos pueblos que habia desu-
nido la anarquia. El perjuro de Ba-
llivian en los momentos mismos que
prestaba aucilios a nuestras tropas que
ivan con el objeto de buscar garantias
para la seguridad de nuestras institu-
ciones nacionales, renegaba de su fe
politica y abogaba en secreto por la
causa que tanto detestan los Gobiernos
del continente americano. Por fin se
ha quitado la mascara y ya lo tene-
mos agregado a las mismas filas a que
pertenecieron los Agredas y Goitias;
proclamando el desorden y contestan-
do la legitimidad del jeneral Velasco
para facilitar el regreso de Santa-Cruz.
Bajo de la apariencia de que llevaba
a Bolivia la oliva de paz y la amistad
de los peruanos, si bien ha logrado po-

nerse a la cabeza del partido de los
prevaricadores, no es sino con el objeto
de sojusgar a su patria y abrir las puer-
tas al enemigo comun. Hoy autoriza
los atentados y desordenes que desapro-
baba ayer y acandilla a hombres a quie-
nes habia detestado desde el principio
de la revolucion y aquienes habia seña-
lado el eco de la indignacion universal.
Mas su audacia hoy llega al estremo
de hacer la guerra al ejercito peruano
sin mas principios que los que puede
figurar una politica falsa y sin mas de-
recho que el que pueden dar a un u-
surpador sus titulos precarios y su ad-
ministracion intrusa. Nada tenemos que
temer de los retos de una faccion des-
cabellada despreciable y ridicula. Los
gritos de un partido que marcha en o-
posicion con la voluntad general y en
contradiccion con los principios que pro-
clama la parte mas sensata de la Re-
publica Boliviana no son por cierto los
de la razon y de la injusticia. Nuestra
posicion actual es tan eminentemente
ventajosa que nos pone al abrigo de
toda vejacion y fuera de todo peligro.
Las desgracias que sobrevengan a a-
quel pais no seran obra nuestra sino
el resultado de una determinacion tan
desacirdada. Si Ballivian no vuelve al
orden y abandona el partido de los ce-
diciosos en breve esperimentara los fu-
rores de una venganza justa y las a-
marguras de la ecsacervacion a que lo
habra conducido su propia locura. S.E.
autorizado como se halla por el Supre-
mo Consejo del Estado para hacer la
guerra a Santa-Cruz y sus partidarios
en donde quiera que se hallen, debe em-
prenderla desde luego contra un poder
que ha traicionado las instituciones na-
cionales y ha violado la fe del Gobier-
no por entronisar a aquel. Es muy na-
tural que nuestro Jeneralismo Presi-
dente recuerde a sus antiguos opreso-
res, desconozca su origen ilegal y los
castigue exemplarmente, vengando en
cabeza de esos malvados los agravios
que recibio el Peru en los campos de
Yanacchocha y Socabaya. El valiente
ejercito que estirpo a los usurpadores
y que hizo temblar mas de una vez
las huestes bolivianas aun conserva los
timbres y laureles que adquirio en An-
cachs y no puede haber olvidado los
dias venturosos de su gloria.

IMPRENTA DEL GOBIERNO POR P.E.GONZALEZ.

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de Choncho-coro