El Jeneral en Jefe del Ejercito del Sur

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EL JENERAL EN JEFE DEL EJERCITO DEL SUR.

CAMARADAS: Despues de haber combatido en el Norte por la paz y la dicha de un pueblo hermano, la fortuna os ha señalado para cimen¬ tar al otro estremo, con vuestro heroyco valor el respeto e inviolabilidad del sagrado territorio de la Republica. No es un enemigo poderoso con justos derechos que defender, o con agravios positivos que vindicar, el que os provoca a la lid, ofreciendoos un campo nuevo de glorias: —es el cosa¬ co impotente de la America del Sur, el que no ha abandonado jamas la fantastica esperanza de colonizar vuestro suelo, el que ha visto con im¬ paciencia a la hija del Gran Bolivar elevarse con dignidad y ceñirse de laureles, el que conserva con encanto la memoria alhagueña de vuestras riquezas, de que os despojo varias veces en nombre de la Libertad:—es el vandalo y miserable Argentino que ha puesto al fin el sello a sus prepa¬ rativos hostiles, declarando a Bolivia la guerra mas inicua y escandalosa, el que se atreve a insultar a los esplendidos vencedores del Lago negro y de Socabaya ¿y tardeis un momento mas en castigar su osadia?

Pacificadores del Peru: Donde quiera que se os han presentado enemigos que combatir habeis obrado prodijios, y dado testimonios clasicos de vuestra constancia y valor ¿y que no se podra esperar de vosotros cuan¬ do marchais en defensa de los intereses mas caros para la patria, y de vues¬ tros propios hogares? Nonecesitais en esta vez de los favores de la For¬ tuna: ella os seguira encadenada al esplendor de vuestras armas, porque lle¬ vais en vuestros corazones la imagen querida de vuestro capitán general, que os ha mostrado primero el camino de la victoria.

Vencedores de Yanacocha y de Socabaya: Desde el Norte y el Centro vuestros compañeros y hermanos os contemplan con envidia por no poder dividir con vosotros de los abundantes laureles que se os preparan: la distancia se opone sin duda a sus ardientes deseos; pero no a que cor¬ respondais a su admiración, saludandoles con el clarin de la victoria que les hara escuchar vuestros triunfos.

Valientes del Ejercito del Sur: Hoy vais a pisar el territorio Argentino en auxilio de algunos pueblos que se han pronunciado en favor nuestro, que simpatisan con nosotros, y que imploran nuestra protección. Hacdles gustar de los bienes inapreciables que han acompañado a vuestras armas en todas partes: cicatrizad sus heridas prodigandoles vuestra fraterni¬ dad, y conservando inmaculadas vuestra disciplina y moral. Y si lograis des¬ pues de algun tiempo hacerles olvidar las violencias y depredaciones de sus casiques, habreis rendido un servicio importante a la humanidad y lle¬ nado satisfactoriamente la medida de sus deseos.

Antiguos companeros de armas: Nuestro Presidente y Capitán je¬ neral pronto estara entre nosotros a preguntarnos lo que hemos hechos ¿y que le podreis responder, sino volais en pos de algún triunfo para dicernir¬ le sus honores o en procecusión de la paz para presentarle la oliva? Cor¬ ramos pues, hasta conseguír lo uno o lo otro de nuestros enemigos, que no seran capaces de oponer ningun obstaculo insuperable a vuestro magnanimo valor.

Cuartel jeneral en Sococha a 5 de Septiembre de 1837.

Felipe Braun.

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