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EL CORONEL PREFECTO
DEL DEPARTAMENTO,
A SUS HABITANTES.

CUZQUEÑOS:— Se acerca el dia en que la invicta espada del
Padre de la Confederación, añada un lauro a las glorias de nuestro va¬
das. La Expedición Chilena ha pisado nuestro territorio tan sagrado
como nuestra independencia, y sean cuales fuesen sus pasos, ella camina
a su afrentosa tumba, con el oprobio de propios y de estraños. ¡Ojala
que arrastrados de su enajenamiento no huyan el rostro a la batalla!: las
costas del Sud serán montes y sepulcros.

PAYSANOS:— ¿En que glorias no habéis tenido parte desde
los primeros dias de la interesante historia de nuestra Patria? ¿Adónde
no han estado los Cuzqueños, y los abundantes recursos de su rico pais?
Yo os veo llenos de una noble indignación contra esos pretendidos Res¬
tauradores, que intentan arrebatarnos honra, bienes y libertad. Yo se
que no hay uno de vosotros que no prefiera la muerte al baldon, y que
no haga el ultimo sacrificio por conservar con gloria el respetable nom¬
bre de la GRAN FAMILIA CONFEDERADA.

COMPATRIOTAS: —Vosotros os habéis presentado al Gobier¬
no, aun interrumpiendo sus tareas, a ofrecer vuestros servicios, a expre¬
sar la gratitud que rebosa en vuestros corazones hacia nuestro Supremo
Protector, y vosotros sois los mejores custodios de la tranquilidad de
nuestros hogares. ¡Desgraciado del que se atreva a turbarla!

AMIGOS:— Un Ejercito lleno de victorias va a responder al te¬
merario orgullo de los invasores; y si majicamente crecieran las lejiones
enemigas, todos todos formaríamos bajo la bandera tricolor de nuestro
Estado y en torno del Estandarte de la Confederación, la gloriosa Cru¬
zada en defensa de nuestros sagrados pactos. Nada hay que temer, cuan¬
do los pueblos defienden a los pueblos. Esperemos el triunfo, y dare¬
mos gracias al Dios Omnipotente.

Cuzco 15 de Octubre de 1837.

Anselmo Centero