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EL COMANDANTE JENERAL
DE LOS DEPARTAMENTOS DEL SUR,
A LOS HABITANTES DE PANO.

COMPATRIOTAS—La suerle varia de la guerra, y la catástrofe que sufrió nuestro ejército
os hizo eaer bajo la férula del vencedor. Las tropas bolivianas, convertidas en hordas de devas¬
tacion y rapiña, han consumado su agresion y ocupan nuestro departamento; pero no estienden su precario dominio al corazon de los virtuosos Púnenos.

CONCIUDADANOS—El ejército disuelto en Bolivia se halia remplazado superabundantemente
on su patrio suelo.A porfía se enrolan los ciudadanos en las filas del ejercito nacional para repeler
la injusta agresion del estranjero, revindirar el honor del Perú, recobrar el lustre de sus armas, ven¬
gar la sangre de sus deudos, inmolados en el altar de la Patria y rescatar solemnemente las respe¬
tables cenizas de nuestro Jeneralisimo, infamadas por un enemigo inmoral è insolente.

PUNE OS—Me lleno de orgullo al contemplar, que os pertenezco por sangre y naturaleza, y
al recordar que ví la luz primera entre vosotros, que el departamento de Puno sostuvo por tres años
la mas cruda guerra á las aterrantes huestes españolas y que en la infausta y memorable época de
dominación boliviana opuso al usurpador la mas tenaz resistencia. Al ver el considerable número de
empleados, de funcionarios públicos, de ciudadanos respetables de todas edades y secsos, que han emi¬
grado á lejanos departamentos, sobreponiendose € los embarazos del tránsito y abandonándolo todo [à] la
rapacidad del invasor, crece en mi animo la confianza. De vuestro valor y denuedo, de vuestro patriótico
entusiasmo, de vuestra firme resolucion espero que será escarmentado el enemigo implacable que por se¬
gunda vez intenta subyugarnos. Sepultarnos con él, primero que doblar cobardemente la cerviz,
es nuestro deber.

PAISANOS—Mi retirada de ese heróico departamento, como lo sabeis, tuvo por osclusivo objeto
reorganizar un nuevo ejército, si nó mas disciplinado, al menos mas inocente que el primero. For¬
mado como se halla hoy, ha jurado con un ardimiento patriotico y sublime no deponer las armas
hasta no haberos libertado de esos bandidos, que [à] fuer de invasores os proclaman la paz para apo¬
derarse de vuestros hogares, de vuestros bienes, y de cuanto tengais de mas precioso sobre la tierra.
Contad con la decision de un ejército que se dispone ã marchar sobre el boliviano para no darle
tiempo [à] saborearse con los despojos de los vencidos. Contad con la cooperacion de las guar¬
dias nacionales del departamento del Cuzco que espontáneamente han querido tomar parte en las fa¬
tigas militares, en sosten de los derechos de la Nacion y del decoro de su Gobierno. Alentaos,
pues, amigos mios; fatigad al enemigo en todas direcciones; cortad sus comunicaciones con la baso
de sus operaciones que está en Bolivia: las provincias en masa os acompañan en tan patriótica em¬
presa. No está lejos el dia del combate, y el triunfo será vuestro.

Miguel San=Roman.

Cuartel jeneral en el Cuzco à 23 de Diciembre de 1841.

EL COMANDANTE JENERAL
DE LOS DEPARTAMENTOS DEL SUR,
A LOS HABITANTES DE PANO.

COMPATRIOTAS—La suerle varia de la guerra, y la catástrofe que sufrió nuestro ejército
os hizo eaer bajo la férula del vencedor. Las tropas bolivianas, convertidas en hordas de devas¬
tacion y rapiña, han consumado su agresion y ocupan nuestro departamento; pero no estienden su precario dominio al corazon de los virtuosos Púnenos.

CONCIUDADANOS—El ejército disuelto en Bolivia se halia remplazado superabundantemente
on su patrio suelo.A porfía se enrolan los ciudadanos en las filas del ejercito nacional para repeler
la injusta agresion del estranjero, revindirar el honor del Perú, recobrar el lustre de sus armas, ven¬
gar la sangre de sus deudos, inmolados en el altar de la Patria y rescatar solemnemente las respe¬
tables cenizas de nuestro Jeneralisimo, infamadas por un enemigo inmoral è insolente.

PUNE OS—Me lleno de orgullo al contemplar, que os pertenezco por sangre y naturaleza, y
al recordar que ví la luz primera entre vosotros, que el departamento de Puno sostuvo por tres años
la mas cruda guerra á las aterrantes huestes españolas y que en la infausta y memorable época de
dominación boliviana opuso al usurpador la mas tenaz resistencia. Al ver el considerable número de
empleados, de funcionarios públicos, de ciudadanos respetables de todas edades y secsos, que han emi¬
grado á lejanos departamentos, sobreponiendose € los embarazos del tránsito y abandonándolo todo [à] la
rapacidad del invasor, crece en mi animo la confianza. De vuestro valor y denuedo, de vuestro patriótico
entusiasmo, de vuestra firme resolucion espero que será escarmentado el enemigo implacable que por se¬
gunda vez intenta subyugarnos. Sepultarnos con él, primero que doblar cobardemente la cerviz,
es nuestro deber.

PAISANOS—Mi retirada de ese heróico departamento, como lo sabeis, tuvo por osclusivo objeto
reorganizar un nuevo ejército, si nó mas disciplinado, al menos mas inocente que el primero. For¬
mado como se halla hoy, ha jurado con un ardimiento patriotico y sublime no deponer las armas
hasta no haberos libertado de esos bandidos, que [à] fuer de invasores os proclaman la paz para apo¬
derarse de vuestros hogares, de vuestros bienes, y de cuanto tengais de mas precioso sobre la tierra.
Contad con la decision de un ejército que se dispone ã marchar sobre el boliviano para no darle
tiempo [à] saborearse con los despojos de los vencidos. Contad con la cooperacion de las guar¬
dias nacionales del departamento del Cuzco que espontáneamente han querido tomar parte en las fa¬
tigas militares, en sosten de los derechos de la Nacion y del decoro de su Gobierno. Alentaos,
pues, amigos mios; fatigad al enemigo en todas direcciones; cortad sus comunicaciones con la baso
de sus operaciones que está en Bolivia: las provincias en masa os acompañan en tan patriótica em¬
presa. No está lejos el dia del combate, y el triunfo será vuestro.

Miguel San=Roman.

Cuartel jeneral en el Cuzco à 23 de Diciembre de 1841.