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WriteonDude at Dec 18, 2023 06:54 AM

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APENDICE.
AL ECO DE SOCABAYA.
.......................................................................
No negó triunfo alguno la fortuna,
A quien glorias le diera hasta en la luna.
.................................................................................
Numero 1.] CUZCO DICIEMBRE 15 DE 1837. [UN REAL.
.................................................................................
¡VIVA LA PAZ! VIVA LA CONFEDERACION!
..................................................................................
EL PROTECTOR SUPREMO
A LAS NACIONES CONFEDERADAS.
Habitantes de la confederación: la guer-
ra con Chile ha terminado del modo mas
inesperado y ventajoso, en el momento de
ir á decidirse por el medio terrible de las
armas. Hemos hecho la paz, y hemos da-
do al mundo un testimonio de los sentimien-
tos jenerosos que distinguen a los Ameri-
canos. La paz que acabamos de hacer es
el triunfo de la civilización. El tratado
que la sanciona es un pacto de benevolen-
cia mutua, de respeto y de consideración
al honor y a los intereses recíprocos de
los que lo han celebrado. No le ha pre-
cedido una victima, ni se ha vertido pa-
ra hacerla una gota de sangre, ni sus clau-
sulas contienen una sola de aquellas con-
diciones humillantes que emponzoñan la paz
con recuerdos ominosos de rencor y de
ultraje.
El esplendido acontecimiento que los
anuncio, fecundo en vastas e importantes
consecuencias, ademas de alejar de vuestro
territorio los desastres de la guerra, con-
solida y realza el pacto de la Confedera-
ción, asegura los resultados que de el es-
perais, confirma la politica conciliadora y
pacifica con que nos anunciamos al mun-
do, y sanciona las ideas de orden legal y
de respeto á las instituciones, que son el
principio vital de nuestra existencia poli-
tica.
Pueblos confederados: podéis entrega-
ros con toda confianza a vuestras ocupa-
ciones domesticas; a explotar los ricos do-
nes de que os ha colmado la Providencia.
Ya no teneis enemigos que os inquieten,
y os pongan en la necesidad de tomar las
armas. Los ilusos gobernantes de las pro-
vincias Arjentinas, que aun alimentan la
quimera de insignificantes hostilidades, a
que sus pueblos mismos se resisten, cede-
ran muy en breve a la necesidad y a la
evidencia de nuestro poder. Muy pronto
tendré la dicha de anunciaros—La Confe-
..................................................................
deracion Peru-Boliviána esta en paz con
todo el mundo.
Bolivianos, Peruanos del Sur y del
Norte: la paz era la primera y la mas ur-
jente de vuestras necesidades: ya esta sa-
tisfecha. Ahora conoceréis prácticamente las
ventajas del admirable sistema que habéis
adoptado. Toca a vosotros fecundar sus
resultados benéficos, y consérvanos como
el don mas precioso del Cielo. Os toca
afianzar la pas por medio de la conserva-
ción del orden, de la contracción á las ocu-
paciones utiles, de la actividad social, del
desarrollo de todos esos productos de la
industria, que solo pueden madurar a la
sombra del reposo y de la confianza. Solo
con la paz puede lograrse que se descu-
bran los elementos de prosperidad y en-
grandecimiento de que no habéis podido
gozar hasta ahora.
Arequipeños: sereis bien recompensa-
dos de vuestros sacrificios, en los que, co-
mo en otras ocasiones, habéis ostentado
vuestra decision y vuestro patriotismo. Ha-
béis adquirido nuevos derechos a la consi-
deración de todos los pueblos de la Con-
federación, y del Gobierno, por la lealtad
a toda prueba que ha lucido en vuestra
conducta.
Habitantes de la Confederación: yo os feli-
cito con toda la efusión del ojubilo y del cari-
ño, por la paz que la Providencia nos ha con-
cedido. Que ella sea tan durable como nues-
tros Andes, y que podais presentaros al
Nuevo Mundo como el modelo de las Na-
ciones felices y ordenadas, es cuanto am-
biciona vuestro compatriota
Andres Santa-Cruz,
Palacio Protectoral en Arequipa a 21
de Noviembre de 1837.
.....................................
EL SUPREMO PROTECTOR
AL EJERCITO DEL CENTRO.
Soldados! La paz os ha sido enviada
por la Providencia, en los momentos en
que ibais a conquistarla con vuestro valor.
.........................................................................

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APENDICE.
AL ECO DE SOCABAYA.
.......................................................................
No negó triunfo alguno la fortuna,
A quien glorias le diera hasta en la luna.
.................................................................................
Numero 1.] CUZCO DICIEMBRE 15 DE 1837. [UN REAL.
.................................................................................
¡VIVA LA PAZ! VIVA LA CONFEDERACION!
..................................................................................
EL PROTECTOR SUPREMO
A LAS NACIONES CONFEDERADAS.
Habitantes de la confederación: la guer-
ra con Chile ha terminado del modo mas
inesperado y ventajoso, en el momento de
ir á decidirse por el medio terrible de las
armas. Hemos hecho la paz, y hemos da-
do al mundo un testimonio de los sentimien-
tos jenerosos que distinguen a los Ameri-
canos. La paz que acabamos de hacer es
el triunfo de la civilización. El tratado
que la sanciona es un pacto de benevolen-
cia mutua, de respeto y de consideración
al honor y a los intereses recíprocos de
los que lo han celebrado. No le ha pre-
cedido una victima, ni se ha vertido pa-
ra hacerla una gota de sangre, ni sus clau-
sulas contienen una sola de aquellas con-
diciones humillantes que emponzoñan la paz
con recuerdos ominosos de rencor y de
ultraje.
El esplendido acontecimiento que los
anuncio, fecundo en vastas e importantes
consecuencias, ademas de alejar de vuestro
territorio los desastres de la guerra, con-
solida y realza el pacto de la Confedera-
ción, asegura los resultados que de el es-
perais, confirma la politica conciliadora y
pacifica con que nos anunciamos al mun-
do, y sanciona las ideas de orden legal y
de respeto á las instituciones, que son el
principio vital de nuestra existencia poli-
tica.
Pueblos confederados: podéis entrega-
ros con toda confianza a vuestras ocupa-
ciones domesticas; a explotar los ricos do-
nes de que os ha colmado la Providencia.
Ya no teneis enemigos que os inquieten,
y os pongan en la necesidad de tomar las
armas. Los ilusos gobernantes de las pro-
vincias Arjentinas, que aun alimentan la
quimera de insignificantes hostilidades, a
que sus pueblos mismos se resisten, cede-
ran muy en breve a la necesidad y a la
evidencia de nuestro poder. Muy pronto
tendré la dicha de anunciaros—La Confe-
..................................................................
deracion Peru-Boliviána esta en paz con
todo el mundo.
Bolivianos, Peruanos del Sur y del
Norte: la paz era la primera y la mas ur-
jente de vuestras necesidades: ya esta sa-
tisfecha. Ahora conoceréis prácticamente las
ventajas del admirable sistema que habéis
adoptado. Toca a vosotros fecundar sus
resultados benéficos, y consérvanos como
el don mas precioso del Cielo. Os toca
afianzar la pas por medio de la conserva-
ción del orden, de la contracción á las ocu-
paciones utiles, de la actividad social, del
desarrollo de todos esos productos de la
industria, que solo pueden madurar a la
sombra del reposo y de la confianza. Solo
con la paz puede lograrse que se descu-
bran los elementos de prosperidad y en-
grandecimiento de que no habéis podido
gozar hasta ahora.
Arequipeños: sereis bien recompensa-
dos de vuestros sacrificios, en los que, co-
mo en otras ocasiones, habéis ostentado
vuestra decision y vuestro patriotismo. Ha-
béis adquirido nuevos derechos a la consi-
deración de todos los pueblos de la Con-
federación, y del Gobierno, por la lealtad
a toda prueba que ha lucido en vuestra
conducta.
Habitantes de la Confederación: yo os feli-
cito con toda la efusión del ojubilo y del cari-
ño, por la paz que la Providencia nos ha con-
cedido. Que ella sea tan durable como nues-
tros Andes, y que podais presentaros al
Nuevo Mundo como el modelo de las Na-
ciones felices y ordenadas, es cuanto am-
biciona vuestro compatriota
Andres Santa-Cruz,
Palacio Protectoral en Arequipa a 21
de Noviembre de 1837.
.....................................
EL SUPREMO PROTECTOR
AL EJERCITO DEL CENTRO.
Soldados! La paz os ha sido enviada
por la Providencia, en los momentos en
que ibais a conquistarla con vuestro valor.
.........................................................................