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t.

las mejoras de Thorne, fuera uno de aquellos que
se hacen del objeto que se litiga por convenio de
partes 6 por espresa orden judicial, podria tener
quizá alguna apariencia de racionalidad la preten¬
sion de que se traslade á la tesoreria. Pero que¬
rer abusar de un ofrecimiento hecho por mi,sin ha¬
ber sido compelido por fuerza superior; de un de¬
pósito que no importa en realidad mas que una
fianza, que era lo único que podia exijirseme en el
caso en que la ofrecí de motuproprio,para sorpren¬
der al gobierno supremo, es la prueba mas pa¬
tente que Thorne ha podido dar de sus malignas
intenciones, y aun de la conciencia de su sin razón.

El depósito de que se trata no es en realidad,
Señor Exmo., mas que una simple fianza,ni ha po¬
dido ser otra cosa, puesto que se ignora todavia
el monto de las mejoras de Thorne. Cuando yo
coloque los viente mil pesos [ $ 20,© ] de su va¬
lor en manos de las personas que se constituyeron
fiadores de dicha suma, lo hizeá ciencia cierta de
que el valor de las mejoras era muy inferior á es¬
ta cantidad, y de que mis fiadores no tendrían que
hacer desembolso alguno, ínterin llegase la época
de la liquidación y pago de las mejoras que traté
de afianzar por este depósito. Si don Jaime Thor¬
ne tiene tanta ansia de asegurar la cantidad que le
pertenezca,no puede apetecer [bien lo sabe] fiado¬
res mas abonados que los tres individuos presen¬
tados por mí. La mayor prueba de que en efecto
el no trata sino de perjudicarme, privandome por
un tiempo indefinido del libre uso de mi capi¬
tal, es su morosidad en concurrir a la terminacion
del litijio, y la prisa que por otra parte,se da en que
estos veinte mil pesos [ $ 20,© ] se trasladen del
poder de los fiadores que responden por ellos a las
arcas de la tesoreria. Sobre todo, Exmo. Senor,
ya he dicho a U. E. que este deposite no ha side
sino un ofrecimiento voluntario de mi parte;y aho¬
ra puedo anadirle me hallo en el caso de declarar
formalmente que los senores Prevost, Riglos y Ro¬
driguez no son realmente sino fiadores de las can¬
tidades que cada uno del ellos garantiza, ni han po¬
dido jamas considerarse bajo otro aspecto. Todo y
cada uno se constituyeron responsables para pagar
solamente aquello a que ascendiesen las mejoras,
despues de justipreciadas y liquidads. En tanto
que esto no suceda, no ellos no yo estamos obliga¬
dos a nada. El dia que la cuestion de las mejo¬
ras quede decidida,los tres senores nombrados pa¬
garan a Thorne lo que deba haber. Pero hasta
entonces no son ni tienen mas responsabilidad
que la de fiadores.

Mas es necesario elevar al conocimiento de
U.E. otros varios hechos que acabaran de con¬
vencerle del animo torcido que has descubierto mi
temerario colitigante en todos los incidentes de es¬
ta causa, y al que acaba de poner el sello con la
ultima peticion que ha elevado hasta U. E. Po¬
dria esto parecer impertinente, por hacerse ante
una autoridad, a la que por la misma altura de la
rejion en que ejercita su poder no esta sometido el
conocimiento del negocio. Pero mi objecto no es
otro que el desvanecer las siniestras prevencio¬
nes que habra tratado de imprimir en U. E. aquel
hombre que tan ominoso ha sido a mi y a mi fami¬
lia, a de inclinarle en favor de su hostil y desca¬
bellada pretension. Mi pluma no es guiada en es¬
ta parte sino por un sentimiento honroso, --- por el
amor de mi reputacion que no quiero dejar a mer¬
ced de las aleves imputaciones de un adversario
maldiciente. ¿Cómo podria, yo que la amo con
tanto ardor dejar indefenso mi crédito en manos
de este hombre que no repara en los medios de
dañarme? Una carrera honrosa de servicios á la
Nación y una vida laboriosa y honesta me han
granjeado este crédito que voy á defender, y que
no puedo poner en paralelo con el de un estranje¬
ro sin mas relaciones ni vínculos con el pais que
los innumerables acrhedores que le persiguen? Es,
pues, para mí un deber inescusable y un sentimien¬
to irresistible presentar en su verdadero punto de
vista al enemigo que se atreve á vulnerar mi honor.

Thorne, señor Exmo. no cuenta en su apoyo
con el voto de uno solo de los acrehedores, here¬
deros y demás partícipes de la testamentaria del
jeneral Orue,si se esceptúa á la viuda de aquel je¬
neral,que por la notoria imbecibilidad de su espíri¬
tu mantiene encadenada a sus voluntades. Todos los
otos, ó por lo menos, una gran mayoría de los que
tienen derechos mas preferentes ó cuantiosos á la
masa de los bienes estan acordes con las garantias
que yo les he ofrecido, y han pronunciado solem¬
nemente su voluntad de que la hacienda me sea
entregada y salga de las mano de este individuo.
¿Ni quién pensaria de otro modo,cuando es sabido
que sesenta mil pesos ($ 60,©) poco mas ó menos
de la testamentaria en billetes del crédito público
pignorados en poder de don Miguel Blanco por
este albacea rodeado de deudas personales, se ha¬
llan proximos a rematarse por el desprecio con
que ha mirado el cumplimiento de las condiciones
del prestamo que contrato sobre esta prenda, con
abuso notorio de su administracion? Cuando na¬
die ignora que otra suma de treinta mil pesos
($ 30,®) en los mismos billetes, y pignorada tam¬
bién en manos de don Rafael Saco sufrirá pron¬
to igual destino por causas identicas? ¿Cuando
es notorio que otras muchas cantidades y valores
de la testamentaria se hallan en igual caso? Uno
de los principales recursos con que Thorne conta¬
ba para poder satisfacer alguna parte de sus enor¬
mes creditos era lo que me arrancase por esas me
joras, que con el objeto de acallar por algun tiem¬
po a las acrehedores que le persiguen, ha tratado
de ponderar hasta un punto increible. Varias ve¬
ces le he provocado a una transacion privada, de¬
seoso de cortar el litijio desagradable en que me
ha complicado; pero despues de resignarme a
grandes perdidas y de ofrecerle un valor escenden¬
te con mucho al que realmente tienen estas ecsage¬
radas mejoras, se han roto todos nuestros conve¬
nios por la versatilidad y la mala fé de este hom¬
bre. Aflijirme de todas maneras, apurar mi su¬
frimiento por una refinada persecución, esperan¬
do traerme por el esceso del despecho a sus inmo¬
deradas pretensiones, y abusando de mi conocida
resolución de pasar por todos los sacrificios posi ¬
bles, á trueque de asegurarme en el tranquilo do ¬
minio de esta hacienda, á cuyo remate fui invitado
por él mismo, esta ha sido la norma de sus proce¬
dimientos y el blanco de todos sus esfuerzos. Al
efecto no ha perdonado medio, por villano ni es¬
candaloso que fuese. El ha inducido á un juez de
Paz á que, injiriéndose en el conocimiento de la
causa con violación del fuero priviiejiado á que
corresponde y con menosprecio de la jurisdiccion
superior a que se halla sometida, decretara y eje¬
cutase el embargo de dos partidas de azucar fabri¬

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