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El Argos de La Liberdad

Sabido es el obgeto con que se tramó la revolucion del tres de enero último. Fautores de enormes atentados, sus caudillos, concibieron el ominoso designio de encadenar el pensamiento, para afianzar el mal seguro imperio de la revelion. La imprenta, ese don precioso que legára á la humanidad el genio de Guitemberg para que fuese la salvaguardia de sus derechos, cesó de ser el órgano de la opinion, de la verdad y de la justicia. En virtude de una órden inquisitorial intimada á los impresores por el que se titulaba entonces prefecto de este departamento se prohibió la publicacion de todo género de escritos; y solo salia a la luz el Conciliador, en euyas columnas asquerosas se estamparón con inaudita impudencia los reprobados principios del absolutismo. Allí se sancionó como fundamental dogma político, que la accion de la fuerza militar era la suprema lei del estado: se calificó de usurpadora á la Convencion, y de ilustres depositarios del voto público á los faeciosos que la disolviéron de mano armada: se atacó de ilejitimo el nombramiento de S. E. el presidente provisorio, hecho por los representantes de la Nacion, y se proclamó gefe supremo de la república al corifeo de un motin desorganizador: se trató, por último, de persuadir, que la libertad era anarquía, órden la advitrariedad, y la esclavitud el sumo bien de los pueblos. Las garantias sociales eran, en el concepto de los editores de aquel periódico, delirios de vicionarios, capciosidades de principistas de portal. Jamas se hubieran atrevido á propalar doctrinas tan absurdas con grave mengua de la soberanía nacional, sino se hubiesen juzgado seguros de nuestro sufrimiento. La memorable jornada del 28 de enero castigó su osadia; y les hizo conocer cuan instable es el poder fundado en los delitos, cuan sólido el de un pueblo que detesta la opresion. En ese dia grande nos reabilitamos en el ejercicio de nuestros derechos; y desde entonces se rompío el silencio á que se habian visto condenados nuestros escritores:-recrobramos el uso de la imprenta; y bajo sus gratos auspicions aparece el Argos de La Libertad. Ardua es la empresa que acometemos al escribir un periódico en las dificiles circunstancias presentes; ímprovo el trabajo á que nos dedicamos, y superior tal vez su magnitud á la debilidad de nuestras fuerzas. Tales consiteraciones nos arredran; empreo nos alienta el patriotismo. No faltarán críticos malignos que censuran nuestras tareas--nos curaremos poso de sus ataques; y reposando en la pureza de nuestras intenciones, invocaremos la indulgencia de los hombres juiciosos, y el apoyo de los amantes de la libertad. Nos abstenemos de presentar al público un prospecio plagado de grandiosas ofertas. Pasó ya el tiempo en que se alucinára con la jerga del chlrlatanismo: al presente solo se juzga por las obras. Ni queremos dar anza á que se nos aplique con justicia el célebro precepto del Venusino, Quid dignun tanto feret hic promissor hiatu? Nos cincunscribimos, pues, á indicar brevemente el obgecto que nos proponemos--sostener la causa pública por todos los medios que esten á nuestro alcance, y promover el adelantamiento de los diversos ramos que concurren á la comun prosperidad. Fieles á nuestra divisa, vijilaremos incesantemente a la conservacion de las libertades patrias: combatiremos sin piedad los abusos donde quiera que se encuentren; y respetando la vida privada de las personas, reprenderemos severamente sus actos públicos siempre que haven de refluir en perjuicio de la sociedad. Hé aqui, en suma, los principios que profesamos, y que sometemos al discernimiento de nuestros lectores. Nuestras fatigas quedaran sobradamente remuneradas, si al apurar nuestros esfuerzos por merecer su aprobacion, nos la dispensan benévolos.

Reseña Politica.

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rechazar la meditada agresion de los conspiradores. En verdad, al observar el modo uniforme, imponente y enérgico con que se han pronunciado casi todos los pueblos de la República por el órden constitucional, no habrá ya quien ponga en duda el triunfo de nuestra causa. Sucumbirán los facciosos, sin que les sea dado en su agonia ni aun el alivio de espiar sus delitos con un tardio arrepentimiento; y, para mayor tormento suyo, veran repetidos, por donde quiera que vayan, los acontecimientos altamente gloriosos del 28 de enero. Cuando, finalizada la presente lucha, se alza mas sólido el imperio de la ley, podremos decir al mundo entero llenos de un noble orgallo:—hemos contenido una insurreccion militar en el fragor de su estallido— hemos enfrenado para siempre á los tiranos.!

JENERAL MILLER.

tenemos la dulce satisfaccion de celebrar la llegada á esta capital del benemérito señor jeneral de division Don Quillermo Miller. Su eminente patriotismo le concitó el odio de los díscolos, y provocó el implacable encono con que la ha perseguido el jeneral Gamarra. Ni las privaciones que ha sufrido durante su destierro injusto, ni el rigo del infortunio, han podido debilitar en su alma virtuosa el entusiasmo con que ha sostenido constantemente la causa de los pueblos. Apenas llegó á su noticia que peligraba la libertad del Perú, se ha restituido presuroso al antiguo teatro de sus glorias, para castigar á los perfidos que aspiran á dominar un pais, por euya independencia ha derramado su sangre.

ESTERIOR

El paquete ingles que llegó ayer, ha conducido diarios de Londres hasta el 5 de setiembre. El rey en persona cerró las sesiones del parlamento el 29 de agosto, despues de haber sancionado las importantes medidas que éste habia dictado, entre las cuales figuran la derogacion del monopolio del comercio con la China; la revocaion de la carta del Banco Nacional bajo bases mad favorables al crédito público; la emancipacion de la esclavatura en las colonias; la reforma de las tempralidades de la inlesia Anglicana en Irlanda; la reduccion como de tres millones de libras esterlinas en los gastos anuales, y la diminucion de una cantidad casi ingual en los impuestos.— La Francia gozaba de la mas perfecta tranquilidad, y el rey se hallaba viajando por los departamentos, donde era

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