La linda poblana - 21

Angela és quien és, y tu
la persigues por sér prenda
de mi primer matrimonio,
mas ella te ama y venera.

Ansa. . . . En tu presencia . . . ¡Hay Esposo!
¡Que sus apariencias creas!
No he sido Madrastra suya.
Una Madre verdadera
ha visto en mi, aun a pesár
de sér su correspondencia
los atrebimientos. Tu ignoras
de que manera
se porta, el pico que tiene,
su vanidad, y soberbia.

Seb. . . . ¡Anselma! . . . siempre la vi
a tus preceptos sugeta.
Es humilde, es virtuosa : : :

Ansa. . . . ¿Virtuosa? Ya la paciencia
me falta . . . ¡Virtuosa! Atiende
ã tu casa, mira, zela;
asi, conocerás quienes
se miran se secretean . . . .
Don Camilo el Mayordomo
ha dado ã entender : : :

Seb. . . . Hé cesa.
¿Dn. Camilo? . . . No presumas
tal desbarro . . una experiencia
continua, me lo há hecho vér

Angela és quien és, y tu
la persigues por sér prenda
de mi primer matrimonio,
mas ella te ama y venera.

Ansa. . . . En tu presencia . . . ¡Hay Esposo!
¡Que sus apariencias creas!
No he sido Madrastra suya.
Una Madre verdadera
ha visto en mi, aun a pesár
de sér su correspondencia
los atrebimientos. Tu ignoras
de que manera
se porta, el pico que tiene,
su vanidad, y soberbia.

Seb. . . . ¡Anselma! . . . siempre la vi
a tus preceptos sugeta.
Es humilde, es virtuosa : : :

Ansa. . . . ¿Virtuosa? Ya la paciencia
me falta . . . ¡Virtuosa! Atiende
ã tu casa, mira, zela;
asi, conocerás quienes
se miran se secretean . . . .
Don Camilo el Mayordomo
ha dado ã entender : : :

Seb. . . . Hé cesa.
¿Dn. Camilo? . . . No presumas
tal desbarro . . una experiencia
continua, me lo há hecho vér