La linda poblana: zarzuela en dos actos

Al Lector.

Esta obra que tienes en las manos, no va con la recomendacion comun, suplicando perdonar los defectos, ni sometiendo se ã la adulacion, para abrirse la alabanza por medio de un temór afectado.

Su autor conoce, en alguna parte, el fondo de las composiciones Dramaticas, como versado en ellas mucho tiempo, y confiesa sinceramente, ã su parecér, el merito de cada una.

Censór de si mismo, halla en la presente, estilo propio al parage, naturalidad de argumento, arreglo al arte, y Caracter propio a los personages sostenido hasta el fin.

Descubre la intencion de corregir las costumbres, abatiendo el vicio, y ensalzando la virtud, con sentencias --

concluyentes, y tratables ã la inteligencia de todos.

No imagines le hace fuerza ã producir esto, un entusiasmo de amor propio, si el deseo de emmendar las deformidades de nuestras representaciones antiguas; y como la presente la juzga algo libre, quando su satisfaccion la gradues de ignorancia, parece disculpable.

Fuera herrór pensar librarse de la critica, justa é injusta que deve aguar= dar todo el que escrive.

Asi como no hai en el Orbe Drama sin objecion, tampoco hai gusto para jusgarle que no esté sugeto al Yerro, en una ú otra parte: Por esta razon és forzoso haya diversidad de dictamenes.

Si ofendido del aparente engreimiento deseas encontrár defectos, el propio te advierte el primero, y es titularse esta opera Castellana o Zarzuela: La Linda Poblana: y exami-

nada no viene mui bien con la conclusion alegorica: Mas has de saber que el Publico, amante de la nobedad, lo muebe ã curiosidad tal véz una vóz agradable. En la region que nos hallamos puede atraér concurrencia de expectadores una cosa escrita del Paiz, cuio Tito. lo expresa. Debe el ingenio prudente en ciertas ocacio= nes, preferir sus interezes a un tribial reparo, y assi como hija legitíma, pone nombre ã su fatiga: si no te adaptare confirmala en tu mente el que quisieres.

Tambien se confiesa lo impropio en las Zarzuelas de ponerse ã cantar un actór que finge estár en el lanze mas amargo de su vida: Pero no se hade negár, que la musica muebe el interior persuadiendo los afectos con una dulce viveza, y empeña la ilusion. El gusto de nuestro publico lo ha manifestado claramente.

A cuenta de los Yerros debe contrapesar la dificultad de acertár una accion que consta de representado, y Cantado, reducida forzosamente ã solos los Yndividuos que tiene el Teatro con las dos abilidades. y ã sus genios. Ultimamente, hallaras

diversion leyendola, si la encuentras buena, por serlo, y si mala riendote de ella.

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