08 - January 18, 1954

AGUIRRE, J.A.

Gouvernement d'Euzkadi

Paris, 26 de enero de 1954

Sr. D. Jon Bilbao Editorial CARTELES S.A. Apartado 188 LA HABANA

Mi querido Jon:

Con verdadera alegría recibo su carta del 18 del corriente, que contesto inmediatamente para establecer en esta forma una correspondencia que creo absolutamente necesaria en estos momentos.

En efecto, por Manuel de Irujo, quién me envió la carta que Vd. le escribió, me enteré de los proyectos de la empresa publicitaria que hoy han quedado establecidos entre su suegro y el propietario de la revista BOHEMIA, Don Miguel Angel Quevedo, de quién me acuerdo mucho por las atenciones que me prodigó durante mis estancias anteriores en La Habana. Añadidas a BOHEMIA las revistas CARTELES y VANIDADES queda constituído un consorcio publicitario de verdadera potencia. Me alegro por su suegro y por todos Vdes. pues espero que esta situación de privilegiada influencia le servirá para situarse en el campo de la libertad, dándo a esta palabra el caracter universal que merece entre hombres que pertenecemos al Occidente. Pero sobre todo me ha llenado de alegría la noticia que Vd. me da de su nueva ocupación en el consorcio como Jefe de todos los archivos. Mi más cordial enhorabuena. Yo también creo que esto le da a Vd. una independencia muy necesaria,y el contacto permanente con los directores de órganos de expresión e información tan importantes. No cabe duda de que posición tan influyente ha de dar a Vd. posibilidades numerosas de ponerse en relación con los elementos intelectuales y políticos del país, pudiendo, en esta forma, ser útil no sólo a las cuasas generales sino a aquella a la que hemos dedicado nuestro entusiasmo y nuestra vida.

Voy a hablarle con mucha claridad. Durante muchos meses he estado muy preocupado con la actitud adoptada por su suegro que ha sido notada por muchas gentes nuestras en los dos continentes e incluso en el enterior del país con mucho desagrado. Determinadas fotografías en las que aparecía llevando consigo a otros elementos conocidos de la colectividad en compañía del Embajador Lojendio eran, ciertamente, como para levantar entre nuestra gente sorpresa e irritación. Yo me figuro los motivos de esta actitud, y también me doy cuenta que podía impulsarle un falso conocimiento de la situación, sobre todo en lo que respecta a las relaciones hispano-americanas. Sobre este extremo tuve ocasion de hablar con Vdes. en mi ultima visita,de breves horas, en La Habana en el año 1951, y las circunstancias no han cambiado en absoluto desde entonces. Pero aunque las apariencias, guiándonos por los signos externos pudieran engañar a más de uno, es difícil concebir que hombres que aparecen a la cabeza de nuestras colectividades puedan colocarse en posición de amistad con los enemigos de la libertad. Nuestro pueblo no entiende de esta clase de posturas pues aunque a quienes marchan de turista a la peninsula les tratan con consideración, y mucho más cuando el trato está en proporción directa con la conveniencia, nuestros compatriotas no han cambiado y no olvidan que en aquella tierra se ha producido una gran tragedia, con muchos dolores y lágrimas y que todavía sufren muchas gentes

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la prisión y la persecución constante.

Al preparar mi viaje a América el año pasado estudié la situación en cada país pues sabe Vd. que poniendome en viaje deseo siempre aprovechar hasta el máximo las visitas y contactos en los diferentes países. Estos son Venezuela, Cuba, México y los Estados Unidos. Los Estados Unidos hace un año acababan de elegir Presidente y no sabíamos qué reformas de estructura y de peronas podían producirse en la Administración. Por lo tanto era conveniente aplazar la visita y esperar. En Cuba acababa de producirse un cambio [strike] que [/strike] las noticias que de ahí recibíamos no era las más a propósito para una vista mía. Fallando estos dos países era costoso el hacer el viaje sólo por Venezuela y México. Mi ausencia en los otros dos países hubiese sido señalada aún cuando podía haber ido a Washington en el momento que hubiera deseado.

Este año las cosas son distintas, en primer lugar, tengo la invitación pendiente de Venezuela, y en México me esperan en cuanto les avise la fecha de mi desplazamiento. En Washington tengo ya desde ahora entrevistas interesantes a realizar pues la situación no sólo no ha cambiado para nosotros sino que estoy por decir que el aspecto de relación política personal ha mejorado. Faltaba Cuba, y su carta ha venido a disipar una incognita que me atormentaba, principalmente por la posición equívoca de determinadas personalidades de esa colectividad.

Me anuncia Vd. que probablemente en abril inaugurarán el nuevo Centro Vasco. ?Quere Vd. creemrme que es la primer noticia que tengo de éste hecho ?. ?De qué Centro se trata ?. ?Es el antiguo trasladado o otro lugar, o se trata de [strike] uno [/strike] nuevo ?. ? Qué orientación va a tener el nuevo Centro ?. El hecho que Vd. me indica de que mi viaje podría coincidir con ese momento me hace creer que el espíritu antiguo se conserva por lo menos en la masa general. Si todas estas perspectivas se cumplen yo haría lo posible por coincidir en Cuba para la inauguración del Centro. Sería para mí, personalmente, una gran ilusión y por otra parte el hecho tendría una significación muy favorable ante todos los vascos.

Como me dice Vd. que le gustaría que le escriba sobre mis proyectos para realizar ahí lo mejor posible los planes más convenientes, voy a explicarle qué es lo que me proponía hacer en el próximo viaje. En primer lugar, mi idea primitiva y que todavía está en pié, era llegar a Caracas para el día de mi cumpleaños, es decir, el 6 de marzo pues aprovechando que cumplo 50 años recibi de gentes de aquel país, ya desde el año pasado, sugestiones amables de que sería un placer para ellos el aprovechar esta fiesta sentimental para fines de agrupamiento y otros de tipo económico. En Venezuela estaría no menos de 15 días, y era mi intención dirigirme desde allí a Cuba de paso para México, deteniéndome en La Habana algunos días, esta vez con un poco más de reposo que las anteriores. Escribí a Galindez diciéndole que explorase el ambiente con objeto de que pudiera aprovecharse mi estancia en La Habana para dictar algunas conferencias en la Universidad y en algun otro Centro cultural. Los temas que proponía eran los referentes al problema de la unidad europea, que en general se desconocen totalmente por esas latitudes y constituyen en estos momentos un asunto vital para Europa y para mosotros. Estos cursos y conferencias en la Universidad tenían también por objeto el llamar la atención de los vascos ahí residentes a quienes siempre gustó que sepamos producirnos en tribunas de algun prestigio que no sean exclusivamente las de nuestros Centros. Dado el ambiente raro que yo observé en los dirigentes de nuestra colectividad creía que este era un medio apto y oportuno para presentarnos

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en Cuba sin que tuviese mi viaje un aspecto de trágala. Pero Galindez me escribio después de haber hecho alguna exploración,diciendo que el ambiente no era apropiado para estas conferencias en la Universidad debido a razones políticas interiores. La referencia se la dió principalmente mi primo Ramón Sierra, quien creo que contestó un poco impulsivamente. Si me equivoco Vd. me dirá.

Después de Cuba pienso ir a los Estados Unidos, como estaba previsto. Su carta me hace cambiar de propósitos, y teniendo tan gran interés como tengo un llegar hasta La Habana estoy dispuesto a retrasar el viaje a Venezuela y hacerlo coincidir con el Dia de la Patria como fué en el año 1950 de tan gratos recuerdos. Y aunque el proyecto sentimental del día ser festejado si así lo desean los compatriotas de Venezuela. Asi pues las cosas, me interesa mucho que Vd. me conteste a estos planes: yo podría estar en Cuba en la primera decena de mayo. El día 9, por ejemplo, es domingo y si Vdes . celebrasen la inauguración del Centro Vasco en esa fecha yo podría arreglarme muy bien para trasladarme desde Venezuela con algunos días de anticipación, y pasar entre Vdes. los dí as que hiciesen falts. Para esto es necessario que yo esté seguro de que mis intenciones coinciden con las de Vdes. Asímismo quisiera saber si se puede organizar con ese motivo alguna conferencia cultural con el tema que arriba he indicado en el que estoy bastante impuesto por estudiarlo con mucho detenimiento y detalle y estar en relación con los políticos de este continente que lo estan desarrollando. Creo que es tema importante y oportuno. Pero me hace falta saber si sería posible desarrollarlo bien en la Universidad o en alguno de los Institutos de Derecho o culturales ahí existentes pues recuerdo que pronuncié una conferencia en un Centro de Derecho Internacional a la que pudieran algunos suponerse. Vdes. saben que yo no soy hombre que emplee ni el rencor ni las amenazas. Tengo demasiada seguridad en la justicia de nuestras causa apreciada hoy como ayer entre todas las gentes serias del mundo, así como la seguridad más o menos próxima del triunfo de nuestros ideales. Pretendo hoy como ayer unir a todos los vascos alrededor de una causa noble sin pretender, además, que todos piensen en todas las coasas de la misma manera. Pero si, en lo que es fundamental, como es el sentido de la libertad y la lealtad a nuestras tradiciones, sin lo cual no se concibe la manera de ser de ningun vasco.

Si hoy, con el cambio de sus circumstancias personales está Vd. en disposición y con arrestos de llevar adelante estos proyectos, mi satisfacción sería extraordinaria. Además, no sé por qué, mucha gente de nuestra colectividad creo que desea mi visita para restablecer un poco el espíritu de las gentes y las posiciones un poco difuminadas de los últimos tiempos. Creo que es a eso a lo que se refiere Vd. al decir que mi paso por Cuba permitiría la reorganización con un cierto plan y determinadas directrices. Ya me doy cuenta que será dificil hacer reuniones tan extensas como aquellas de mi primera visita a Cuba pero una vez sobre el terreno las cosas suelen desarrollarse en flecha si se tiene habilidad en saberlas presentar.

Comprendo también la dificultad que en estos momentos habría para entrar en contacto con personalidades cubanas y concretamente con el Presidente Batista. Creo, sin embargo, que el Presidente no olvidará que yo le he visitado cuando estaba a la cabeza del país y cuando estaba