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EL CONSTITUCIONAL.

Se publicará los Miercoles y Saba¬
dos de cada semana exeptos los festi¬
vos en la imprenta del CONSTITU¬
CIONAL, y se entragará á los señores
suscriptores por el precio de ocho rea¬
les pagados anticipadamente.

Los ejemplares sueltos se venden a
real, en el despacho de esta imprenta,
y en las tiendas de los señores Gran¬
de, calle de Mercaderes, y Dorado de
Judios donde tambien se reciben sus¬
cripciones.

No admite este periódico comunica¬
do alguno sobre asuntos personales,
pero si serán bien acogidos los que ha¬
blen de politica, y ataquen los abusos
de los poderes.

REPUBLICA PERUANA.

Num. 20) SABADO 15 DE FEBREERO DE 1834. Un Real.)

Estos son mis sentimientos.... Que las riendas del gobierno sean manejadas
por una mano sana y firme, y que sea corregida toda infraccion de la cons¬
titucion. Si esta es defectuosa, enmiendese; pero no se permita que sea holla¬
da mientras tenga ecsistencia.—Washington.

EL CONSTITUCIONAL.

Conducta de la Convencion con el Poder Ege¬
cutivo, y de este con la Convencion desde las
juntas preparatorias.

(CONCLUSION)

Cuando se acercaba la época en que debia
instalarse la Convencion Nacional tuvieron una
reunion en el pueblo de Sicuani los comandan¬
tes de las guarniciones de Ayacucho, Cuzco y
Puno. Sabido fué su obgeto, sabidas sus sesio¬
nes, y conocido el espiritu que presidia en ellas.
Nos remitimos á la voz pública que no podrá
desmentirnos al decir que se convino en estar
á la mira de las operaciones de la Convencion.
Si esta no marchaba por el òrden, es decir,
confirme á la voluntad del general Gamarra,
debian tomarse las medidas convenientes à fin
de frustrar sus decretos, y oponer en caso ne¬
cesario la fuerza despues de la maquinacion á
lo que fuese determinado por aquella asamblea.
Poco despues apareciò en el Cuzco un papel ti¬
tulado A LOS PUELOS, en el cual se amenazaba
á la Convencion sino celebraba sus sesiones fue¬
ra de Lima, con a desmembracion de los de¬
partamentos del Sur, resueltos en caso contra¬
rio á obrar, y no á escribir. [Doc. nùm. 84].
En ingual sentido se escribia en Ayacucho con
el nombre de el patriota verdadero, y se suponia
impreso en Puno, otro papel que titulaba al pueblo
peruano; y que verdaeramente saliò de la mis¬
ma oficinia y del mismo club que el del Cuzco.
En el Correo Literario de Puno se refutó vie¬
toriosamente aquella imputacion. [Doc. nùm. 85,
86 y 87]. Soprendia ver una impudencia tan
descarada en los escritores pagados por el ge¬
neral Gamarra, que se abanzaban á sentar doc¬
trinas anárquicas, y que á haber sido de otras
plumas, y haberse publicado en otros departa¬
mentos habrian sido considerados justamente co¬
mo la señal de revelion, y merecido con sobra¬
do motivo el enojo y la persecucion del gobier¬
no. La opinion pública se encargó simultànea¬
mente en diferentes puntos de rebatir esos escri¬
tos y cual impetuoso torrente ahogó en su cuna
ese feto monstruoso. Mientras tanto el supremo
gobierno ni tocó siquiera la materia en sus pe¬
riódicos, conteno en su corazon al ver esparcir¬
se las semillas del mal sacadas de su propio seno.

Entre los varios acontecimientos que tienen
relacion con la conducta del Poder Egecutivo
con la Convencion Nacional; creemos de nece¬
sidad contar los escandalosos destierros practi¬
cados en la época inmediata á la instalacion de
aquella augusta asambléa. Desde atras eran
frecuentes las proscripciones: sabido es que
sin precedente sentencia judicial, ni autorizacion
alguna del cuerpo representativo fueron manda¬
dos salir del pais los señores Zavala y Valdez:
que se impidió desembarcar al general Miller,
y al coronel Jaramillo: que el Vice-Presidente
de la Repùblica fué atacado en su casa por el
general Eléspuru y otros subalternos amigos to¬
dos del general Gamarra, y que este despues
de su regreso à la capital, lejos de haber re¬
probado su manejo, y sometidolos á un juicio
los acarició como siempre, y posteriormente les
concedió un ascenso en su carrera: notorio es
que Salaverry, Ninavilca y otros fueron arran¬
cados del poder de los jueces para ser traspor¬
tados á Chachapoyas; y omitiendo muchos aten¬
tados cometidos contra personas que por hallarse
perseguidas por Gamarra se vieron precisadas
á salir del territorio de la República, harémos
memoria de la escandalosa espatriacion del se¬
ñor Telleria Presidente del Senado y Diputado
á la Convencion. A los planes anunciados por
la prensa acompañaban las medidas de terror
que servian para facilitar su egecucion.

Con motivo de la espulsion del señor Te¬
lleria convocó el Egecutivo á Congreso extraor¬
dinario para darle cuenta, como él decia, de la
conducta que habia tenido con el Presidente del
Senado, cargando sobre si la responsabilidad de
este procedimiento, segun consta de una de las
notas que pasó en contestacion al Consejo de
Estado. (Doc. nùm. 88 y 89). Todos aguarda¬
ban con impaciencia la reunion del Congreso,

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