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LA AURORA PERUANA.

Cual luce la aurora
En pos la tormenta,
La patria ya ostenta
Noble dignidad.

Este periodico que se publicaba en Lima dos veces a la semana, no tendra
por ahora periodo fijo, pero cuando menos saldra una vez a la semana. Se
admiten suscripciones en esta Imprenta, calle del Carmen Alto casa del Cura,
donde se hallara de venta.

MUM. 15.) HUARAZ, DOMINGO 3 DE FEBRERO DE 1839 (UN REAL.

LA AURORA.

Publicamos a continuación, como ofrecimos en
nuestro nùmero extraordinario de 20 del mes ùltimo,
el parte detallado de la batalla que en aquel fausto
dia tuvo lugar en Punyan, Pan de Azùcar y Ancach.

Este completo triunfo obtenido contra las armas
del jeneral Santa-Cruz, y que se debe al valor sin ejem-
plo del Ejèrcito Unido Restaurador, ha dado en tierra
con la tirànica dominacion de aquel; puesto que los
pocos jefes, oficiales y soldados que escapàron con
la fuga, de aquella horrenda catàstrofe, van cayendo
en poder de los vencedores. Dìgase lo que se quie-
ra, tenemos por imposible que el autòcrata de Boli-
via organice un ejèrcito capaz de sostener el arro-
gante y loco empeño de sojuzgar nuevamente al Perù.

A pesar de que esta nuestra opinion esta fun-
dada en hechos que el mas osado partidario de la
usurpación no podría desmentir, no faltan ilusos que
aun esperan, como los fanàticos judìos la redencion
de su adorado Mesìas; o al mènos si de buena fè no
la esperan, gustan mecerse en fantàsticos sueños,
para atenuar algun tanto la negra desesperacion que
los confunde.

Restituido el Perù al goce de sus usurpados de-
rechos, con la caida de la Confederacion Perù-Boli-
viana, nuestro deber de escritores nos impele a diri-
jir en estos momentos nuestra voz, no para recon-
venir al vencido guerrero, ni mucho mènos para in-
sultar al partido destrozado, sinò para ilustrar sobre
sus verdaderos intereses a los hombres que van a fi-
gurar en el drama polìtico, cuya primera y grandio-
sa escena empezò en las cercanìas de Yungay.

Arrojado hasta de su ùltima guarida el audaz
enemigo de nuestras glorias, perseguidos por todas
partes y desechos los restos de sus falanges, aterra-
dos los sotenedores del exòtico sistema que acaba de
desplomarse, la patria recobra su dignidad soberana,
y la justicia y el imperio de las leyes, deben suce-
der al reinado de la conquista y la tiranìa.

Afortunadamente el Perù tiene en su Constitu-
cion de 1834, que los pueblos juràron gustosos, el
padron de su dicha futura. Cooperar pues a que se
restablezcan y consoliden la paz y la concordia, de-
seadas con tanto anhelo, a fin de que las leyes ejer-
zan su benèfica influencia, es el deber de todo Perua-
no amante de su patria; echar en eterno olvido las
pasadas ofensas, ahogar los miserables rencores, acallar
el eco insultante de las pasiones, romper para siempre
esa cadena de intereses y aspiraciones personales, causa
constante è innegable de nuestros infortunios, es lo que
exijimos con el acento del patriotismo mas sincero.

esperan, como los fanáticos judíos la redención
de su adorado Mestas; o al menos si de buena fe no
la esperan, gustan de mecerse en fantásticos sueños,
para atenuar algún tanto la negra desesperación que
gante y

A pesar

los confunde.

Restituido el Peril al goce
rechos, con la caída de la

de sus usurpados de¬

Confederación Perú-Boli¬
viana, nuestro deber de escritores nos impeje a diri¬
gir en estos momentos nuestra voz, no para recon¬
venir al vencido guerrero, ni mucho menos para in¬
sultar al partido destrozado, sino para ilustrar sobre
verdaderos intereses a los hombres que van a fi¬
gurar en el drama político, cuya primera y grandio¬
empezó en las cercanías de Yungay.
Arrojado hasta de su ultima guarida" el audaz
enemigo de nuestras glorias, perseguidos por todas
partes y desechos los restos de sus falanges, aterra¬
dos los sostenedores del exótico sistema que acaba de
sus

sa escena

desplomarse, la
y la justicia y

patria recobra su dignidad soberana,
el imperio de las leyes, deben suce¬

reinado de xa conquista y la tiranía.
Afortunadamente el Peru tiene en su
de 1834, que los puebles juraron gustosos,

der al

Constitu¬

el
padrón de su dicha futura. Cooperar pues a que se
restablezca» y consoliden la paz y ia concordia, de-

tion

fin de que las leyes ejer¬
cl deber de todo P rua¬
patria; echar en cierno olvido ias
anhelo,

scadas

con

zan

benéfica influencia, es

su

tanto

de

arriante

no

Publicamos

W^mÊM0Íi

¡IX RFAL.

1839.

su

a

pasadas ofensas, ahogar los ulcerables rencoreSj acallar
el eco insultante de las pasiones, romper para siempre
esa cadena de intereses y aspiraciones personales, causa
constante è innegable de nuestros infortunios, es lo que
ex
j unos con el acento del patriotismo mas sincero.
Sin este sacrificio, si tal puede llamarse obliga¬
ción tan sagrada, el despotismo extranjero habrá sin
duda desaparecido; peio le habremos sustituido la
procelosa y voraz anarquía, mil veces mas funesta
que aquel, y los Pueblos de esta Republica infehee,
correrán de desgracia en desgracia para sumerjirse,
después de tan fatigosa lucha, en el abismo de su ruina.
Nada, empero, nos induce a sospechar que tan
horrible sea nuestro destino, ni ha i razón alguna pa¬
ra creer
que el Peru sea el objeto desventurado de
la maldición del Omnipotente.
Lejos de eso vemos
todos sus hijos dispuestos a jencrosos desprendi¬
i

a

y prontos a todo
de que la patria vuelva a
que desaparecieron a

mientos,
El

valor y la

aquellos dias felices

impulsos de las revoluciones.
constancia han comenzado la

rejeneracíon; el patriotismo
darle
cima, y de este modo ai
soldados de la Restauración, los cooperado¬

obra augusta

y

linaje de sacrificios, a fin

gozar

de nuestra

las virtudes deben

volver los
res

de nuestra ventura

al suelo patrio,

sus heroicos y
bendiciones de un pueblo

premio de

EJÉRCITO UNIDO
Cuartel Jeneral

en

RESTAURADOR.

Iluaraz a

28 de Enero de

EXMO.

1839.

nMariscal
arOrS

Al Ex/no.

D. Agustin
visorio de la

lleva ran en

desinteresados esfuerzos las
dichoso y agradecido.

,ar Presidente
amaG
Pro¬

República.

SR.

continuar mi marcha hacia el Sur,
para aprovecharme ite las ventajas reportadas en la
memorable batalla de ANCACll, que ha desquicia¬
Obligado

a

Peru-Bob vi an a y echa¬
de su autor, no me fué
V. E». imparte detallado de ella e$

do la obra de la Confederación
do por tierra las esperanzas

posible pasar a