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(Núm. 103.) VIERNES 10 DE ENERO DE 1851. (Un real)
LA REVISTA.

CONDICIONES DE LA SUSCRICION.

Este Periódico sale á luz todos los dias por la ma-
ñana; escepto los Domingos y dias festivos de cos-
tumbre.

Se encuentra de venta en la tienda del Señor Do-
rado, calle de Judios, y solo se admiten suscricio-
nes en esta Imprenta, calle de la Pescadería, 127.

Todo anuncio que no esceda de diez lineas, pagara
4 reales por la primera vez y 2 reales por cada una
de las siguientes,

Los precios de los anuncios mas estensos y de los
remitidos, serán convencionales.

Precios — EN EL PERU Y EN EL ESTRANGERO.
Un mes…2 os. –Un trimestre 5 ps. 4 rs. –Un se-
mestre 10 ps. 4 rs. –Un año 20 ps.

Correos.

ENTRAN. SALEN.
Ica...1 y 16 Ica...4 y 19
Valles...8 y 23 Valles...11 y 26
Cuzco...14 y 29 Cuzco...2 y 17
Pasco...Jueves Pasco...Lunes.

El correo de Pasco llega hasta Huánuco los lúnes
1° y 2° de cada mes.

DIARIO DE POLITICA, ECONOMIA, CIENCIAS, LITERATURA, RELIGION, ARTES, etc.

del

Peruano el nombr.imñnto

Cbipoco Rivero para presidente de la Go rte
Superior de Trujillo.

Dr. D. José

INSTRUCCION

~LA

BENEFICENCIA,.

REVISTA.

mento decimos, creeríamos inútil
ahora sostiene ta administración en

1

\

la dependencia que
la calle de Mercade¬

á nuestro entender es un origen de gastos y cuya
suspension no perjudicaría al público. Si esto se creyese
oportuno y si pudiesen introducirse otras economias en
el servicio,acaso podría también llevarse ácabo la rebaja
de los portes al punto que facilitara la comunicación y
que dejase satisfecho el deseo que creemos general.
Siguiendo en la mención de las reformas interiores
que deben efectuarse, cita el periódico oficial el sistema
que está eu práctica en los pueblos de Europa y que
tampoco se ha olvidado en muchos de América, para
que ¡as correspondencias se trasladen á los domicilios
particulares por medio de carteros sostenidos por la
misma renta.
E3ta innovación sería sumamente pro¬
vechosa, y de antemano podemos asegurar que los ha¬
bitantes de Lima desean que cuanto antes se ponga en
práctica. Hasta ahora, según el periódico citado, no
hay para toda la población de Lima, sino un solo carte¬
ro
y no sabemos porque añade que estos empleados son
casi siempre hombres ancianos, pues noes esto segura¬

5T

res,que

INSTRUCCION PUBLICA. Resolución, declarando, á
consecuencia de una consulta de la Junta Central, el
Lima, Enero 10 de 1851.
modo como debe aplicarse la pena de expulsion dios
En el número del Peruano, correspondiente al sá¬
alumnos de los establecimientos del ramo.
bado, 4 del actual, se ha publicado un, artículo refe¬
Lima, á 30 de Diciembre de 1850.
rente á correos que por mas de un título debe llamar la
Siendo fundadas las razones que motivan esta con¬ atención de nuestros lectores.
Varias veces nos ha
servido
este
asunto
de
materia
sulta; se resuelve: que se tenga como adicionales al de¬
para recomendar algu¬
creto de I V de Junio último, en la parte relativa á las fa¬ nas reformas de que juzgamos necesita este interesante
cultades de las Juntas de Instrucción pública, las si¬ ramo en el Perú y no podernos menos de sentir cierta
satisfacción al ver que las mejoras indicadas por el pe¬
guientes:
,
1.a Siendo por su naturaleza grave y trascendental riódico oficial vienen en gran parte á coincidir con lo
ála juventud que se educa la pena de expulsion; y de¬ que hemos significado lijeramente en númefos anterio¬
biendo adoptarse por lo mismo como la última y con las res de la Revista.
Si no nos falta la memoria, muy á
formalidades y precauciones convenientes: no podrá im¬ los principios de nue Ira publicación expusimos entre
ponerse por solo los maestros y direcetores en ninguno otras la úúiidad que reportaria el público y el erario jun¬
de lofe establecimientos públicos ó particulares de ins¬ tamente disminuyendo el precio de los portes de cartas, mente lo que nos ha mostrado la experiencia en otras
extrañando que una carta sencilla cueste desde el Ca- capitales y ciudades del uno y el otro continente.
trucción de la República.
2.a
La pena de expulsion será temporal ó absoluta: llao á Lima y viceversa un real, cuando ia misma car- con ir atrio, los encargados de la distribución dé ias car¬
para imponer la primera intervendrá la Junta-de instruc¬ j ta traída de cualquier otro punto de la
no tas sf>h casi siempre y deben ser jóvenes, tuertes y lis¬
ción local respectiva, como llama1
ó, valorizar la delin¬ escede del mismo precio en el puerto. Entonces indi¬ tos; menos importante puede considerarse la repartición
cuencia del educando, y solo con su acuerdo podrá im¬ camos también los medios de que para evadir este pa¬ de un
periódico y es operación mas fácil y
ponerla el maestro ó director del ¿••-ablecirniento á que go, qué parece exorbitante, se valen ó pueden valerse compromiso que la entrega de una carta, y sin
aquel perleuezca.
algunas personas enviando su correspondencia abierta go, las empresas de este género tienen un
es¬
3.a Para la aplicación de la segunda, la solicitarán hasta el Callao; y por último,usando'de argumentos se¬ pecial de que sus repartidores sean gente activa y
los maestros ó directores, exponiendo las causales que mejantes á ios que toca el Peruano, intentamos manifes¬ ágiles disposiciones, aunque, desgraciada nente no
la motivan, á la Junta local, la que previas las averigua¬ tar cuanto mas útil es para los intereses del ramo de pre se pife de conseguir. En nuestra opinion
ciones convenientes, expedirá su informe y lo remitirá correos un porte barato que uno excesivo, puesto que ber tantos carteros co no carteles ó distritos dividen á la
por conducto de la Prefectura del Departamento á la Jun¬ necesariamente promueve la frecuencia de las comuni¬ capital y, como dice muy bien el Peruano,
ta Central, que es á quien compete deferir á la expulsion caciones como ha sucedido en Inglaterra desde la in¬
imponérseles la condición de distribuir la
ó desecharla; elevando el expedienta con la debida expo¬ troducción del porte de un penique.
cia en el término de dos horas y sin exacción alguna.
sición al Gobierno para su aprobación.
Hace algunos dias hemos anunciado la traslación
Dura hacer efectiva esta reforma y la de que por
4.a Aplicada en esta forma la expulsion absoluta á de la administración de correos dé Lima á un local mas indicación anticipada del señor administrador
correos
un alumno, se expedirán por el Ministerio del ramo las céntrico del que ocupa en la actualidad, y posteriormen¬ se
especifique en los 9obres de las cartas la
órdenes respectivas para que el penado no sea admitido te el Peruano ha ratificado aquella noticia.
Desde el de las personas á quienes se destinan, es
tam¬
en ningún colegio ni escuela de Estado ó de particulares,
momento que se efectúe de un «Iodo la traslación, por bién otro trabajo que el periódico citado hace presente
á fin de evitar la inmoralidad y cor -upcion de dichos mas que se considere temporal, pires no (rodemos creer y sobre el cual hemos «.
i%-rentes • ccts, ^en¬
eU*b'ceiir.:.r,Tt?3. €onturrfq¿lese"jí.kzlíqucseRub> > que deje de buscarse ó de construirse un edificio per¬ riendónos á la ciudad de Litna^Tat es el suprimir la co¬
-ea de S. E. Mar
fectamente adecuado al objeto propuesto, desde tal mo¬ piosa nomenclatura de cuadras'y calles y el disponer un

y

•ir

Al

.

Hepúhlico

i

de rúenos
embar¬
cuidado
de
siem¬
debería ha¬

habría de
corresponden¬

*

de
dirección,
forzoso

FOLLETIN
UN

MISTERIO.

—Por mí no temais ya desgracias un ese matrimonio,
mio; la felicidad que le deberé me las loará olvidar todas,

amigo j
acepto

¡ pues sin vacilar el esposo que me proponéis!
í —Hija mia, dijo la marquesa; estoy algo cansada. Me parece
que debe ser tarde. Y ^ademas, añadió creyendo estar sola con

general á cada una en parti¬
seria
justo y mas diver¬
cocerían á fuego len'o, y á
burla la felicidad, dejando á
sus doblones

—En enriquecerlas á todas en
y
cular..
r puso Florencir; esto
mas
tido
Se disputarían a Creso, le
los seis meses espiaria entre la
y
diez viudas desconsoladas que se repartirían

noche; es preciso ¡Oh suerte envidiable!
lo mas que nos queda
—Señor Florencio, dijo Victoria con aire afectado; estais pre¬
novela niSTORICA.
para concluirle
1 dicando una moral espantosa, y no sois mas que un gran li¬
—No temas, hija mia, dijo Mr. de Saint-Laurent á Blanca al bertino, por ahora!
Pero, con el tiempo ya lo verémos!
POR B. DE SAISVT-GEORGES,
El don Juan del estudio de Mr. Bonami no tuvo tiempo de
despedirse, dándole un beso en la frente; dentro de ocho dias
contestar á la virtuosa Victoria; porque una de las muchachas
Autor del Espía del Gran Mundo.
tendrás trescientos mil francos de renta.
que hacia algún tiempo que habia salido de casa para una dili¬
—¿Le habéis visto á ese príncipe de las mil y una noches?
El sol mas hernioso de invierno vibraba sus rayos en las gencia. volvió á entrar sin aliento, gritando:
porque al menos debe ser un sultan de las Indias, en busca de
ventanas del taller de la señorita Prudencia.
—Señoritas, señoritas, aquí está.... es él.... el hombre de los
una pobre hada, que debe librarle del génio del mal.
La jóvenes trabajadoras se deleitaban con su dulce calor, co¬ dulces y chocolate! nuestro viejo amigo, el tio Daquin!
—No le he visto, contestó Mr. de Saint-Laurent; pero me han
—¿EÍ tío Daquin?
preguntaron todas las demás asomán¬
mostrado su retrato, y bajo palabra de honor, aseguro que ja¬ mo las rosas de mayo que con tanto primor imitaba sus ágiles
dose
unas á la ventana que daba á la calle y otras al tramo del
dedos,
y
mientras
la
impotente
dueña
del
almacén
recorria
la
más vi semblante mas noble ni facciones mas encantadoras.
cobrando sus cuentas, las muchachas se indemnizaban de primer piso de la escalera.
—¡Ah! me alegro!
esclamó Blanca cediendo á su pesar á ciudad
sus largas horas de silencio, con una conversation ¿c las mas
Efectivamente, Antonio Daquin subir por la esclera, des¬
un transporte de gozo que no pqdo contener; luego, avergon¬
animadas.
zada y confusa, púsose tan colorada como una hermosa cereza
pués de haberse apeado de un magnífico coche tirado por dos
La señorita Victoria peinada con coquetería y vestida de mo¬ soberbios caballos tordos, que guiaba un cochero vestido de
y abrazó al caballero para que no lo reparara.
do que manifestaba sus grandes proyectos de conquista, atendia gran gala.
—¡Hija mia, díjole entonces con gravedad el anciano; no sin á todos
los ruidos de fuera para conocer antes que ninguna los
Pero la cara, las maneras y hasta el trage del anciano ha¬
razón te hablaba hace poco de.un enlace casi feliz; porque el
pasos del bello Florencio Simoi et. Este, que no se habia vana¬ bían esperimentado completa motamórfosis.
que le propongo es enteramente de esa especie
al menos por
Sus facciones siempre, cáusticas y malignas, habian toma¬
ahora
El noble y rico esposo de que se trata, solo puede dar¬ gloriado de la triste embajada de su querida tia, después de ha¬
ber gemido durante tres semanas por el doble chasco que ex¬ do cierta espresion interesante de dignidad; su cuerpo parecia
te su fortuna y su nombre, porque el mismo dia de vuestra
su amor y sus altas pretensiones, resolvió por úl¬ menos encorvado; habia reemplazado á su vieja casaca, un frac
union, se separará de tí por mucho tiempo
¡para siempre, perimentaron
timo hacerse cargo de la razón, como se lo aseguraba á su tia
negro hecho ája francesa por el que se asomaba rica pecheia
tal vez!
Tu nuevo estado será tan solitario como el que has
alarmada en un principio por sus pesares.
de eneage de Inglaterra.
tenido desde tu infancia; será preciso que te contentes con la
La razón del bello Florencio consistia en cometer mil locu¬
Una placa de diamantes, condecoración extrangera, brillaba
ternura de tu madre, y con mi afecto sin límites!
Reflexiona ras para embriagar su corazón, según décia, para distraerse de
en su pecho.
pues sobre esta posición singular, sobre esta viudez anticipada las
penas secretas, para olvidar en fin!
Precedido de un lacayo, subia con lentitud, y cuando llegó
que debe empezar al salir del altar para entristecer toda tu exis¬
Pero como aquel corazón sensible necesitaba un amor hon¬ al cuarto
principal, vióse repentinamente rodeado por las jó¬
tencia y acabar sin duda con ella!
rado para los dias de descanso, de lluvia ó de soledad, un amor venes que saludándole con gritos de alegría y con mil confusas
Blanca, aturdida, casi espantada, escuchaba pálida y tré¬
sitmpre amano que pudiera encontrar en casa de su maternal reconvenciones por su ausencia, esperaban \eile entiai como de
mula.
tia, habia puesto los ojos en lasentim ntal Victoria. A esta ba¬ costumbre en el taller para vaciar las enormes laltiiqueras, ver¬
Todas las palabras del caballero refluían en e! alma de la hía destinado el
empico lisongero de llenar los vacíos de su alma dadero almacén de confitero.
jóven los sentimientos tiernos y felices que la primera parte de y colmar las lagunas de sus pasiones esteriores.
Pero á la vista del lacayo lleno de galones, del imponente as¬
la relación le habia hecho concebir.
La señorita Victoria creia ser la única querida, y vivia en
pecto de su viejo amigo y de su rica condecoración, todas las
El horizonte tan halagüeño; la esperanza de ser amada por la firme
esperanza de que las flores del himeneo reemplazarían al* lenguas callaron, y aquellas niñas quedáronse petrificadas al
un esposo.... encantadores sueños que se descogen como hermo¬
gun dia las de los amores.
ver"que Antonio Daquin continuaba gravemente su camino hásas flores en la primavera de la vida en el corazón de las jóve¬
De repente abrióse la puerta del taller, y Florencio, entran¬
cia eí segundo piso que ocupa la marquesa de Montaran; no sin
nes mas castas é inocentes, todo se desvanecia en un instante do como un
huracán, echó su sombrero encima del mostrador y haber
correspondido antes con sencillo y afectuoso saludo á las
para la pobre Blanca!
con voz de chantre resfriado, esciamó:
amabilidades que acababan de prodigársele.
De aquel edificio de felicidad elevado con tanta pompa, no
—¡Hoy si que las traigo buenas-!
El tioDaquinse casa!
—¡Ya estoy, esclamó el segundo pasante d? notario volviendo
quedaba mas que un título y dinero!
Ese viejo caracol sin cáseará, oue no puede menos de disfrutar á entrar en el taller y dando un puñetazo en el mostrador con
—Pero, ¿por qué me ha de abandonar? preguntaba llena de del atributo mas
respetable del matrimonio
El tio Daquin un gesto de furioso despecho; es la paloma en cuestión. Ese vie¬
amargura.
sienta plaza en ia brigada de San Marcos
Me preguntareis
—jAy, hija mia! contestó tristemente el caballero, es tal tai vez, continuó imitando la voz de los vendedores de antídoto; jo gavilán quiere casarse con vuestra antigua compañera la
marquesita
Está visto, los millones han producido sj.
nuestra situación en este asunto, que podemos rehusarle; peque hará..... Hará, señoritas, todo lo que puede hacerse cuan¬ efecto.
re no preguntar, ni querer averiguar el significado de este sin¬
do se poseen seis docenas de primaveras con sus correspondien¬
Á1 mismo, tiempo, Mariana abria la puerta de cuarto se¬
gular enigma!
Mucho he trabajado, te lo juro, para descifrar tes inviernos
y otoños!
cuando se disfruta de una colección
todas las condiciones de este matrimonio; todas las condiciones;
gundo y Mr. Antonio Daquin entró en el salon de madama de
de reumatismo capaz de hacer la dicha de un hospital entero!
¿lo oyes?.... y apoyó en esta palabra; pero una voluntad de hier¬ cuando se añade un catarro, un asmá y algunos placeres mas de Montaran, en donde Blanca, la marquesa y el caballero se ha¬
ro no se ha dejado doblar .... Pagarán el valor de tu mano con
llaban reunidos.
igual clase!.... Pues bien, amadas oyentes mías, esta amable mo¬
un título brillante y una inmensa fortuna.... A tí te toca decidir;
—Señorita, dijo Antonio Daquin después de haber saludado ¿
mia va á unir su suerte con la de una criatura de la mitad mas
tu amor filial debe resolver si quieres ceder semejante tesoro
Blanca
con el mayor respeto; siento que la posición de la seño¬
bella del género humano!
Y lo sé de buena tinta; porque é!
por ese precio.
ra
marquesa
no me permita dirigirme ô ella en la grave circuns¬
mismo vino ayer á encargar un contrato de matrimonio á casa de
—¡Mi buena mamá! dijo Blanca con un profundo suspiro, mi
tancia
que

este momento me trae cerca de vos; pero el ca¬
respetable principal, Mr. Bonami.
buscando en su alma fuerza y valor paia aceptar una suerte que
Una risa general siguió al magnífico discurso de Mr. Simo- ballero de Saint-Laurent que os hace veces de tutor y de pa¬
la horrorizaba á su pesar.
net y todas las muchachas á lo vez, se burlarou de la felicidad dre, ha tenido la bondad de autorizarme para manifestaros Ios—Tu madre, repuso el caballero que guardaba un arma de¬
votos de que soy intérprete.
de la novia, cuyo nombre ignoraba Florencio.
cisiva para obtener la victoria; tu madre, gracias á esa fortuna,
Luego, acercándose á la jóven con eí aire mas noble y dig¬
—Daria todo lo que tengo por conocerla!
..dijo Juliana.
encontraria tal vez el término de su doble enfermedad.
no añadió:
—Y yo le daria la euorabuena
añadió
Josefina.
Y Mr. de Saint-Laurent contó á Blanca todo lo que el doc¬
—Tengo el honor de pediros la mano para mi ahijado y am
—Y yo Ia animaria ¿ casarse con ese bueu hombre, dijo Vic¬
tor Louis le habia dicho del médico aleman y de sus curas ma¬
go
S. A, el principe Odoarte Metzerski.
toria,
que
dejando
aparte
el
físico
de
Mr
Daquin,
tenia
nua
afi¬
ravillosas.
ción
muy
pronunciada
á
los
millones
que
le
suponían;
porque
El caballero no se habia engañado.
Al oír sus palabras, Blanca se levantó de repente, le mostró ¿en qué puede emplearse el diner o de un viejo mejor que en
enriquecer á una júven honrada?
su madre y estíamó con acento de sublima ternura:
¿tanca,

ya se
economizar

ha quemado bastante aceite esta
El mes apenas empieza y
son cuarenta francos.

...

a

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