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ac at Jan 23, 2021 10:44 PM

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Muchos de los objetos más antiguos de la historia humana que han logrado preservarse hasta el presente en registros. El mantenimiento de estos registros es, en sí mismo, parte de la base del desarrollo de los sistemas de escritura. Las tabletas cuneiformes babilónicas eran objetos utilizados para registrar inventarios en graneros. Igualmente, hay registros de observaciones astronómicas llevadas a cabo desde el antiguo Egipto y China y todavía se utilizan como parte de los datos con los que trabajan hoy los astrónomos. En esos dos ejemplos, ya podemos apreciar cómo algunas diferencias en los marcos de preservación, desempeñado un papel. Las tabletas cuneiformes resultan ser uno de los medios más duraderos para codificar información. Tenemos acceso a esa información codificada porque el medio en el que se codificó fue tan duradero, que podría sobrevivir a una cantidad importante de negligencia benigna. Por el contrario, la información en los registros astronómicos de todo el mundo ha persistido en gran medida porque la información fue tan útil y vital, que de manera continua se ha copiado y migrado con frecuencia hacia nuevos medios.

La práctica de la archivística moderna es bastante pragmática en términos de preservación de sus registros. Centrándose en mejorar las condiciones de almacenamiento para evitar la descomposición de los objetos materiales, los registros se codifican con el auxilio de técnicas de apoyo, como la microfilmación de preservación, que crea copias de documentos en microfilms que, en condiciones de almacenamiento adecuadas, están en capacidad de durar casi mil años. En esta dualidad de estrategias, podemos apreciar consideración tanto al objeto material como al informacional. Sin embargo, las consideraciones al objeto material son menores respecto a sus cualidades artefactuales y más sobre tratar de asegurar de manera económica, la longevidad de la información almacenada en el objeto.16

El enfoque en el objeto informacional en los registros también es evidente en la tradición de preservación de registros conocida como edición documental. Usted podría pensar en películas documentales, este campo se centra en la edición y publicación de ediciones de registros textuales. LaAssociation for Documentary Editing señala que el proyecto Papers of Thomas Jefferson, comenzó en Princeton en 1943, lo que en parte provocó que los Archivos Nacionales de los Estados Unidos crearan la National Historical Publications Commission.17 Los proyectos de edición documental conservan los registros mediante la publicación, tomando las copias de cartas originales transcribiéndolas a texto que posteriormente pueden imprimirse y compartirse. Vale la pena destacar que este enfoque para publicar registros, es en sí mismo mucho más antiguo que la edición documental moderna. Por ejemplo, los esfuerzos detrás del Thesaurus Graecae Linguae se remontan a la obra del erudito y editor francés Henri Estienne en el siglo XVI.18 En muchos casos, las únicas copias existentes de varias fuentes primarias persisten como resultado de su publicación en estos volúmenes.

En este contexto, podemos mirar la publicación de registros después del advenimiento del tipo móvil como contigua a las tradiciones de manuscritos mucho más antiguas a través de las cuales se escriben textos meticulosamente copiados, más o menos desde la llegada de la escritura misma. Esto subraya el proceso continuo mediante el cual los interesados en la preservación de la información han explorado y explotado las posibilidades de nuevos medios. Cuando la tecnología de microfilm se desarrolló en la década de 1930, los bibliotecarios, archiveros e historiadores estaban encantados con la posibilidad de reproducir las fuentes.19

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16 Para una discusión más detallada de estos puntos, vea el Capítulo 2 en Bearman, Archival Methods.

17 Esta referencia se puede encontrar en el sitio web de la Association for Documentary Editing, “About Documentary Editing.”

18 La historia del Thesaurus Graecae Linguae original se describe brevemente en el contexto del trabajo más reciente para ampliar y desarrollar aún más la misma visión del proyecto Thesaurus Linguae Graecae, "Thesaurus Linguae Graecae - Historia".

19 El historiador Ian Tyrrell usó la misma retórica que a menudo usada con respecto a la digitalización y la web, para describir el microfilm en los años 30. En sus palabras, el microfilm "democratizó el acceso a las fuentes primarias en la década de 1960 y, por lo tanto, le dio importancia a la investigación original y los enfoques monográficos. Tyrrell, historiadores en público.


Translation

Muchos de los objetos preservados más antiguos de la historia humana son los registros. La creación de registros es, en sí misma, parte de la base del desarrollo de los sistemas de escritura. Las tabletas cuneiformes babilónicas eran objetos utilizados para registrar inventarios en graneros. Igualmente, hay registros de observaciones astronómicas llevadas a cabo desde el antiguo Egipto y China y todavía se utilizan como parte de los datos con los que trabajan hoy los astrónomos. En esos dos ejemplos, podemos apreciar cómo algunas diferencias en los marcos de preservación ya desempeñan un papel. Las tabletas cuneiformes resultan ser uno de los medios más duraderos para codificar información. Tenemos acceso a esa información codificada porque el medio en el que se codificó fue tan duradero, que podría sobrevivir a una cantidad importante de benigna negligencia. Por el contrario, la información de los registros astronómicos de todo el mundo ha persistido en gran medida gracias a que la información era tan útil y vital, que de manera continua se copió y migró hacia nuevos medios.

La práctica de la archivística moderna es bastante pragmática en términos de preservación de sus registros. Centrándose en mejorar las condiciones de almacenamiento para evitar la descomposición de los objetos materiales, los registros se codifican con el auxilio de técnicas de apoyo como la microfilmación de preservación, que crea copias de documentos en microfilms que, en condiciones de almacenamiento adecuadas, están en capacidad de durar casi mil años. En esta dualidad de estrategias, podemos apreciar tanto la consideración al objeto material como al informativo. Sin embargo, las consideraciones al objeto material son menores respecto a sus cualidades artefactuales y más sobre tratar de asegurar de manera económica la longevidad de la información almacenada en él.16

El enfoque en el objeto informativo de los registros también es evidente en la tradición de la preservación de registros conocida como edición documental. Aunque se puede pensar en las películas documentales, en realidad este campo se enfoca en la edición y publicación de las ediciones de los registros textuales. La Association for Documentary Editing cita el proyecto Papers of Thomas Jefferson que comenzó en Princeton en 1943 y que provocó en parteque los Archivos Nacionales de los Estados Unidos crearan la National Historical Publications Commission.17 Los proyectos de edición documental conservan los registros mediante la publicación, por ejemplo, transcriben el texto de cartas originales de manera que puedan ser impresas y compartidas. Vale la pena destacar que esta estrategia de la publicación de registros es mucho más antigua que la edición documental moderna. Por ejemplo, los esfuerzos detrás del Thesaurus Graecae Linguae se remontan a la obra del erudito editor francés Henri Estienne en el siglo XVI.18 En muchos casos, las únicas copias existentes de varias fuentes primarias persisten como resultado de su publicación en estos volúmenes.

En este contexto, podemos empezar a ver la publicación de registros a partir de la llegada del tipo móvil como una continuación de la muchísimo más antigua tradición manuscrita con la que los escribanos copiaban meticulosamente los textos desde el advenimiento de la escritura misma. Esto subraya el proceso continuo mediante el cual los interesados en la preservación de la información han explorado y explotado las posibilidades de los nuevos medios. Cuando la tecnología de microfilm se desarrolló en la década de 1930, los bibliotecarios, archiveros e historiadores estaban encantados con la posibilidad de reproducir las fuentes.19

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16 Para una discusión más detallada de estos puntos, ver el Capítulo 2 en Bearman, Archival Methods.

17 Esta referencia se puede encontrar en el sitio web de la Association for Documentary Editing, “About Documentary Editing.”

18 La historia del Thesaurus Graecae Linguae original se describe brevemente en el contexto del trabajo más reciente para ampliar y desarrollar aún más la misma visión del proyecto Thesaurus Linguae Graecae, "Thesaurus Linguae Graecae - Historia".

19 El historiador público Ian Tyrrell utilizó la misma retórica comunmente utilizada sobre la digitalización y la web para describir el microfilm en los años 30. En sus palabras, el microfilm "democratizó el acceso a las fuentes primarias en la década de 1960 y, por lo tanto, le dio un valor agregado a la investigación original y a los enfoques monográficos. Tyrrell, Historians in Public.

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Muchos de los objetos más antiguos de la historia humana que han logrado preservarse hasta el presente en registros. El mantenimiento de estos registros es, en sí mismo, parte de la base del desarrollo de los sistemas de escritura. Las tabletas cuneiformes babilónicas eran objetos utilizados para registrar inventarios en graneros. Igualmente, hay registros de observaciones astronómicas llevadas a cabo desde el antiguo Egipto y China y todavía se utilizan como parte de los datos con los que trabajan hoy los astrónomos. En esos dos ejemplos, ya podemos apreciar cómo algunas diferencias en los marcos de preservación, desempeñado un papel. Las tabletas cuneiformes resultan ser uno de los medios más duraderos para codificar información. Tenemos acceso a esa información codificada porque el medio en el que se codificó fue tan duradero, que podría sobrevivir a una cantidad importante de negligencia benigna. Por el contrario, la información en los registros astronómicos de todo el mundo ha persistido en gran medida porque la información fue tan útil y vital, que de manera continua se ha copiado y migrado con frecuencia hacia nuevos medios.

La práctica de la archivística moderna es bastante pragmática en términos de preservación de sus registros. Centrándose en mejorar las condiciones de almacenamiento para evitar la descomposición de los objetos materiales, los registros se codifican con el auxilio de técnicas de apoyo, como la microfilmación de preservación, que crea copias de documentos en microfilms que, en condiciones de almacenamiento adecuadas, están en capacidad de durar casi mil años. En esta dualidad de estrategias, podemos apreciar consideración tanto al objeto material como al informacional. Sin embargo, las consideraciones al objeto material son menores respecto a sus cualidades artefactuales y más sobre tratar de asegurar de manera económica, la longevidad de la información almacenada en el objeto.16

El enfoque en el objeto informacional en los registros también es evidente en la tradición de preservación de registros conocida como edición documental. Usted podría pensar en películas documentales, este campo se centra en la edición y publicación de ediciones de registros textuales. LaAssociation for Documentary Editing señala que el proyecto Papers of Thomas Jefferson, comenzó en Princeton en 1943, lo que en parte provocó que los Archivos Nacionales de los Estados Unidos crearan la National Historical Publications Commission.17 Los proyectos de edición documental conservan los registros mediante la publicación, tomando las copias de cartas originales transcribiéndolas a texto que posteriormente pueden imprimirse y compartirse. Vale la pena destacar que este enfoque para publicar registros, es en sí mismo mucho más antiguo que la edición documental moderna. Por ejemplo, los esfuerzos detrás del Thesaurus Graecae Linguae se remontan a la obra del erudito y editor francés Henri Estienne en el siglo XVI.18 En muchos casos, las únicas copias existentes de varias fuentes primarias persisten como resultado de su publicación en estos volúmenes.

En este contexto, podemos mirar la publicación de registros después del advenimiento del tipo móvil como contigua a las tradiciones de manuscritos mucho más antiguas a través de las cuales se escriben textos meticulosamente copiados, más o menos desde la llegada de la escritura misma. Esto subraya el proceso continuo mediante el cual los interesados en la preservación de la información han explorado y explotado las posibilidades de nuevos medios. Cuando la tecnología de microfilm se desarrolló en la década de 1930, los bibliotecarios, archiveros e historiadores estaban encantados con la posibilidad de reproducir las fuentes.19

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16 Para una discusión más detallada de estos puntos, vea el Capítulo 2 en Bearman, Archival Methods.

17 Esta referencia se puede encontrar en el sitio web de la Association for Documentary Editing, “About Documentary Editing.”

18 La historia del Thesaurus Graecae Linguae original se describe brevemente en el contexto del trabajo más reciente para ampliar y desarrollar aún más la misma visión del proyecto Thesaurus Linguae Graecae, "Thesaurus Linguae Graecae - Historia".

19 El historiador Ian Tyrrell usó la misma retórica que a menudo usada con respecto a la digitalización y la web, para describir el microfilm en los años 30. En sus palabras, el microfilm "democratizó el acceso a las fuentes primarias en la década de 1960 y, por lo tanto, le dio importancia a la investigación original y los enfoques monográficos. Tyrrell, historiadores en público.


Translation

Muchos de los objetos más antiguos de la historia humana que han logrado preservarse hasta el presente son registros. La creación de registros es, en sí mismo, parte de la base del desarrollo de los sistemas de escritura. Las tabletas cuneiformes babilónicas eran objetos utilizados para registrar inventarios en graneros. Igualmente, hay registros de observaciones astronómicas llevadas a cabo desde el antiguo Egipto y China y todavía se utilizan como parte de los datos con los que trabajan hoy los astrónomos. En esos dos ejemplos, podemos apreciar cómo algunas diferencias en los marcos de preservación ya desempeñan un papel. Las tabletas cuneiformes resultan ser uno de los medios más duraderos para codificar información. Tenemos acceso a esa información codificada porque el medio en el que se codificó fue tan duradero, que podría sobrevivir a una cantidad importante de negligencia benigna. Por el contrario, la información en los registros astronómicos de todo el mundo ha persistido en gran medida porque la información fue tan útil y vital, que de manera continua se ha copiado y migrado con frecuencia hacia nuevos medios.

La práctica de la archivística moderna es bastante pragmática en términos de preservación de sus registros. Centrándose en mejorar las condiciones de almacenamiento para evitar la descomposición de los objetos materiales, los registros se codifican con el auxilio de técnicas de apoyo, como la microfilmación de preservación, que crea copias de documentos en microfilms que, en condiciones de almacenamiento adecuadas, están en capacidad de durar casi mil años. En esta dualidad de estrategias, podemos apreciar consideración tanto al objeto material como al informacional. Sin embargo, las consideraciones al objeto material son menores respecto a sus cualidades como artefacto y más sobre tratar de asegurar de manera económica, la longevidad de la información almacenada en el objeto.16

El enfoque en el objeto informacional en los registros también es evidente en la tradición de preservación de registros conocida como edición documental. Aunque usted podría pensar que se refiere a películas documentales, este campo se enfoca en la edición y publicación de ediciones de registros textuales. La Association for Documentary Editing cita el proyecto Papers of Thomas Jefferson, que comenzó en Princeton en 1943, lo que en parte provocó que los Archivos Nacionales de los Estados Unidos crearan la National Historical Publications Commission.17 Los proyectos de edición documental conservan los registros mediante la publicación, tomando las copias de cartas originales transcribiéndolas a texto que posteriormente pueden imprimirse y compartirse. Vale la pena destacar que este enfoque para publicar registros, es en sí mismo mucho más antiguo que la edición documental moderna. Por ejemplo, los esfuerzos detrás del Thesaurus Graecae Linguae se remontan a la obra del erudito y editor francés Henri Estienne en el siglo XVI.18 En muchos casos, las únicas copias existentes de varias fuentes primarias persisten como resultado de su publicación en estos volúmenes.

En este contexto, podemos mirar la publicación de registros después del advenimiento del tipo móvil como contigua a las tradiciones más antiguas de los manuscritos, en el cual los escribanos copiaban meticulosamente los textos, más o menos desde la llegada de la escritura misma. Esto subraya el proceso continuo mediante el cual los interesados en la preservación de la información han explorado y explotado las posibilidades de nuevos medios. Cuando la tecnología de microfilm se desarrolló en la década de 1930, los bibliotecarios, archiveros e historiadores estaban encantados con la posibilidad de reproducir las fuentes.19

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16 Para una discusión más detallada de estos puntos, vea el Capítulo 2 en Bearman, Archival Methods.

17 Esta referencia se puede encontrar en el sitio web de la Association for Documentary Editing, “About Documentary Editing.”

18 La historia del Thesaurus Graecae Linguae original se describe brevemente en el contexto del trabajo más reciente para ampliar y desarrollar aún más la misma visión del proyecto Thesaurus Linguae Graecae, "Thesaurus Linguae Graecae - Historia".

19 El historiador Ian Tyrrell usó la misma retórica que a menudo usada con respecto a la digitalización y la web, para describir el microfilm en los años 30. En sus palabras, el microfilm "democratizó el acceso a las fuentes primarias en la década de 1960 y, por lo tanto, le dio importancia a la investigación original y los enfoques monográficos. Tyrrell, Historians in Public.