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do que la tiene y puede tambien creer
que se halla en posesion de este bien
inestimable, llevando la cerviz encon-
vada bajo el yugo del despotismo. Pa-
ra no equivocarse, pues, en asuntos de
tanta trasendencia es menester ilustrar
la razon.
La ambicion por otra parte siem-
pre va disfrazada con mascaras seduc-
toras.--El amor a la equidad y a la
justicia, la subordinacion a las le-
yes, el odio implacable al vicio, el
ejercicio de las virtudes que aconseja
la prebidad, el respeto sagrado a la
propiedad, suelen ser otras tantas fra-
ses que juegan muy a menudo en el
lenguaje de los impostores y otros tan-
tos resortes de que se vale su endia-
blada politica. Para conocerlos y dis-
tinguirlos como son en si, es necesaria
la luz de la ilustracion.--A veces es-
ta en los intereses del despotismo obs-
truir o inficionar las fuentes de donde
emanan los conocimientos humanos; mas
nunca en las conveniencias de un go-
bierno paternal, sino fomentarlos para
que la patria tenga ciudadanos honra-
dos, lejisladores sabios, majistrados in-
tegros, y defensores ilustres de su li-
bertad.
Si pues la educacion publica es la
fuente de salud y felicidad de los pue-
blos, que alagueña esperanza no debe-
mos tener a vista del decidido empe-
ño con que la administracion actual se
ocupa en elevar a la altura que mere-
cen los establecimientos de instruccion
publica?
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