4

OverviewTranscribeVersionsHelp

Facsimile

Transcription

Status: Complete

ceila que murió de evacuaciones. Se burlan de
los boletines de V. E. poniendo de manifiesto sus
falsedades y ya no nos queda arbitrio para a¬
lucinar a nadie. La palabra de Conquistador
que V. E. adoptó como palabra mágica, no nos
surte efecto; todos los pueblos reciben con pla¬
cer y estimación a los libertadores que como V.
E. ha confesado en la proclama de Sihuas de¬
rraman con profusión el oro de Bolivia, mien¬
tras que a nosotros nos miran como a unos pi¬
ratas y huyen las gentes nuestra presencia de
un modo tan claro que debiéramos avergon¬
zarnos.

Negron. Señores: el Des....

Quiroga. No embrome U. Señor Negron--
Señores, ¿Querémos mayor desengaño que el que
hemos tocado en Arequipa? Mugeres, niños, frai¬
les y clerigos han emigrado, y hasta las mon¬
jas han tenido la tentación de seguir al Illmo.
Obispo que ha huido nuestra presencia.

Yo por mi parte nada tengo que temer.
Las circunstancias me mezclaron contra mi vo¬
luntad en esta revolución, pero una conduc¬
ta decente me ha hecho acreedor a las con¬
sideraciones de mis enemigos. Ellos me las
han ofrecido expresamente y estoy seguro de
que no me faltarán, pero ciertos miramientos
debidos al decoro me han hecho llegar
hasta este punto esperando un mejor desen¬
lace: mas ya esto no tiene hechura y se va a
levantar el telón de la tragedia. Señores.
Estáis, pensando en el Desaguadero? (Negron
no Señor) Mucho haréis en esperar aquí 24
horas. El Jeneral Santa-Cruz ya viene sobre
nosotros y sino volamos tenemos que dejar el
campo cubierto de mixtura y caramelos.

Aquí empieza Salaverri al disimulo, a ase¬
gurar bien los broches de su capa colorada.

Laiseca muy inquieto. Basta por dios señor
que el tiempo urge ¿Qué hacemos señor Jefe
Supremo? No perdamos tiempo.

Negron. ¿Y yo qué he firmado tantos bo¬
letines....?

Monleya. ¿Y U. qué me metió a mi en tan¬
tas batallas y qué me ha hecho mentir contra
mi gusto.

Negron. Eso yo no lo he hecho sino el
Jefe Supremo.

Laiseca. ¿Y a mi qué me meten en danza

poniendome como Jefe de división....

Placencia. Eso qué tiene? Yo si, pobre
extranjero que ha estado firmado tanto impro¬
perio contra los extranjeros.

Laiseca. Pero para qué me han metido a mi
en este barullo como Jefe de división si yo
no he mandado más que mi cuerpo?

Placencia. Tu cuerpo pues, era división.

Laiseca. No señor. Si mi cuerpo no era
cuerpo de soldados: era mi cuerpo gentil, mi
personita sola y yo no tenía más división que
la de mis mienbros. ¿Para qué me han he¬
cho figurar como hombre grande?

Valle. Ami sí que me han embromado ha¬
ciendome salir de heroe plantador de estan¬
dartes en el corazon de Bolivia.

Quiroga. Señores: no hay que aturdirse:
el enemigo ha dado pruebas de su generosi¬
dad la suerte de UU. no sera la de Goizue¬
ta y Giraldez. Vamos a ver con calma como
salimos de esto.

Negron. ¿Qué calma Señor, si ya el Je¬
neral Santa-Cruz está cerca?

Salaverri. Señores: Yo no aflojo. Mis tro¬
pas son mas valientes que las de Leonidas.
Si se atreven a venir esos cobardes, los pul¬
verizaremos con una mirada: corramos con un
valor indómito a embarcarnos y un poco más
tranquilos en los mares, deliberaremos de nues¬
tra suerte.

Salaverri monta a caballo y sale a galope
a la cabeza de sus corazeros, y al verlo salir
se juntan por las calles de Arequipa muchas
bandadas de muchachos que le van gritando.

FELIPITOY, FELIPITOY.... ¡Guay!

Ya se va Felipitoy
Ya se va ño Fiera-bras
No empezado por delante
Y acabado por detrás.--

Imprenta libre por Pedro Evaristo Gonzalez.

Notes and Questions

Nobody has written a note for this page yet

Please sign in to write a note for this page