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LA REVISTA.

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El contrato para la conducción de la mala del Pacífi-
co que tambien los defensores del monopolio han llama-
do fabuloso, ha sido aprobado por el gobierno inglés y el
almirantazgo. La correspondencia para Valparaiso tar-
dará la mitad ménos de tiempo que ántes, y la compañía
queda obligada á hacer el servicio por diez años mas. La
subvencion que el gobierno pagará á esta compañía du-
rante ese tiempo será de 24,000 libras esterlina al año.

Los hechos han venido á darnos razon como lo habia-
mos anunciado muchas veces.

Lo que se ha llamado fabuloso por los monopolistas se
realiza al fin.

En vez de interrumpirse nuestra comunicación con la
Europa se hace mas frecuente, pues en adelante tendré-
mos noticias cada quince dias.

Lejos de terminar el contrato de la subvencion inglesa
como se habia anunciado que sucedería, se renueva por
diez años.

Las líneas de vapores se aumentan en vez de disminuir
como se habia anunciado que sucedería faltando la base
del privilegio.

¿Temerán todavia los cemerciantes de Valparaiso por
la interrupción de sus comunicaciones con la Europa?

¿Sostendrán todavia los defensores del monopolio que
es conveniente que Chile lo conceda, para cerrar sus
puertos al vapor y á la libertad de industria?

¿Habrá quien levante la pesada losa bajo la cual que-
da enterrado para siempre el monopolio?»

La navegación por vapor debe llegar mui
pronto hasta Australia. Parece que el gobierno
británico ha hecho ya algunos arreglos con la com-
pañía Peninsular y Oriental de vapores, para el
establecimiento y sosten de la mala llevada en
buques de vapor á Australia.

Como este pais se ha hecho últimamente una de
las colonias mas florecientes de la Gran Bretaña,
daremos algunas noticias que no dejarán de intere-
sar á nuestros lectores.

La Australia comprende á Nueva Zelandia y
Van Diemen's Land. Estas posesiones británicas
están situadas en los límites asiáticos del Pacifico
cuya latitud varía de 20 á 4o S., y cuya lonjitud se
estiende de 115 á 175 E.

La lista siguiente comprende estas varias colo-
nias y los nombres de sus puertos principales,
1a. Nueva Gales meridional Sydney.
2a. Victoria ó puerto Philipo Melbourne
Rio Swan, Perth.

das, siendo independientes entre si; pero están si-
tuadas en el gran territorio insular de la Austria.
Nueva Gales meridional ocupa el lado oriental de

cedia el puesto á la veneración y acatamiento. Aquellos
hendían el espacio con aclamaciones de júbilo: estotros
humillaban la frente, clavando en tierra los hinojos.

En tan devota postura, y en la cumbre del Humi-
lladero, ó del Humilladoiro, según se llama en el dialec-
to del pais, al ocultarse el sol al estremo del monte Pe-
droso y detras de las negras torres de Altamira, que re-
saltaban vigorosamente en el vivo rosicler de los celajes
de primavera, veíase un jóven peregrino descubierta la
cabeza, poblada de larga cabellera negra y lustrosa, cual
desatadas trenzas de seda; pero naturalmente rizada en
bucles, que hubiera envidiado la mas apuesta dama de
la córte de doña Urraca de Castilla, de su marido don
Alfonso el Batallador, ó del jóven Príncipe don Alfonso,
hijo de la primera; personas todas, como se vé, íntima-
mente unidas con los vínculos del parentesco, y que á
la sazon vivian completamente separadas, con su córte
y sus cortesanos, con sus partidarios, y derechos, y en-
contradas pretensiones.

Pero volviendo al noble peregrino, y así lo llama-
mos, puesto que lo largo y adobado del cabello nos está
indicando que salia de la esfera vulgar de villanos y pe-
cheros; no debemos pasar en silencio una circunstancia
que depone en pró de su estremada piedad, y es que
vuelto el compungido rostro hácia las torres de Compos-
tela, el bordon inclinado al brazo y ambas manos al pe-
cho, dejaba caer perennes lágrimas de sus ojos sobre la
blanca piedra en que estaba arrodillado, y sobre el an-
cho sombrero que al lado yacia.

Mientras con tanta devoción, al parecer, oraba el
mozo de la negra cabellera, otro peregrino, que debia
ser compañero suyo, porque con él se habia detenido,
entregábase con no ménos fervor á un ejercicio, si no tan
santo, mas sustancioso y nutritivo, cual era el de des-
pachar al estómago tasajos y lonjas de cecina ahumada
y seca, que de un zurrón de pellejo de cabra iba sacan-
do: y suavizaba la aspereza dé la vianda con menudos
tragos de vino de Valdehorras, que en la calabaza traia.

Para ejecutar esta operación con la comodidad posi-
ble en un páramo tan solo poblado de antiquísimos ro-
bles, de tiernos helechos, de puntiagudos tojos ornados
de amarillas flores; el segundo peregrino, á quien sin
duda los años habían secado á la par el jugo de los
cabellos y de la devocion, habíase acomodado en las tos-

la isla como Australia occidental el lado opuesto,
mientras que Victoria y Australia meridional, ocu-
pan la parte intermedia del sur.

En la parte opuesta esta situada una isla que
por sí sola constituye una quinta colonia, á saber
Van Diemen's Land, cuyo puerto principal es 11o-
bert Town. Las tres islas inmediatas forman una
sesta colonia bajo el nombre de Nueva Zelandia:
está dividida en cuatro provincias y sus puertos
principales son Auckland y Wellington.

La importancia comercial de estos paises con-
siste en sus exportaciones de lana, cáñamo, aceite
de ballena, sebo, cueros etc. cedro, pino y otros
materiales de construcción, minerales y víveres.

NOTICIAS VARIAS DE LA CAPITAL.

¡Pobres animales!—No se puede evitar es-
ta exclamacion al ver como los carretoneros, los agua-
dores y todos los que manejan bestias, tratan á estas
infelices continuamente. Es necesario que no quede
en el alma un resto de compasion para mirar con indi-
ferencia la manera con que se hace caminar á las acé-
milas y á las bestias de tiro por los que mas deberian
cuidar de su conservacion. Continuamente se están
viendo en las calles de esta ciudad animales con la piel
hecha pedazos, el lomo en carne viva y á veces chor-
reando sangre. Estos brutales escesos no pueden de-
jar de ser vistos por los ajentes de policía, ni es posible
que se oculten á los ojos de la autoridad; por lo tanto se
hace necesario, indispensable un pronto y eficaz remedio

Caso no raro--A la una de la mañana del dia de
ayer, segun publica el Comercio, ha sido asaltada por ca-
torce facinerosos la casa núm. 80 de la calle de la Tor-
recilla, que la ocupa D. Nicolas Concha, á donde logra-
ron introducirse por medio de un forado que abrieron al
pié de una ventana de reja y robaron 300 pesos y varias
especies de oro y plata, lograndose tomar por la Policia á
Eujenio Santamaria y Juan Sagal que se encontraron á
esas inmediaciones amarrados. La Intendencia ha puesto
en la cárcel á los dos individuos mencionados á disposi-
ción del Sr. Dr. Carrillo con su parte respectivo.

Ventanas y tropiezos---De luengo tiem-
po acá se quejan los hombros, los brazos y á veces las
cabezas de los habitantes de esta capital, de las contu-
siones que reciben en las ventanas bajas que invaden
una parte de las aceras. Con la composicion que últi-
mamente se ha hecho á varias de estas, era de esperar
que las ventanas hubiesen tenido igual reforma, pero
lejos de eso, tenemos el sentimiento de haber visto, entre
otras, en la calla del Mascaron una casa que se es-

de la pared como es corriente para mal del pró-
jimo, sino que ademas han puesto dos enormes taru-
gos que parecen colocados á propósito para romper las
rodillas de algun mal encaminado quidam, ó bien la ca-
beza de algun inocente que no comprenda como se debe
dirijir la obra de una casa.

cas escaleras que servian de base á una cruz de granito,
no sin haber ántes depositado una piedra que tradicio-
nalmente arrojan los romeros, diz que para echar un pe-
so mas sobre los espíritus infernales que allí están opri-
midos y sepultados mientras los fieles visitan el sepul-
cro del santo Apóstol; única muestra de piedad que dió
el anciano.

Mientras el zurron de cabra suministraba entrete-
nimiento á sus blanquísimos y bien afilados dientes, y la
calabaza jugo para humedecer la garganta, ni el mozo ni
el viejo se daban prisa en levantarse, ambos sin duda
bien hallados con su oracion y su merienda; mas apenas
el de la cruz, metiendo en el zurron la mano, despues de
un escrupuloso registro, por vez primera la sacó vacía;
apenas de la calabaza empinada sintió caer á sus labios
a tan solo gotas cada vez mas lentas y flacas, el santo va-
ron comenzó á removerse, erguirse y desperezarse, y á
dar por último fuertes patadas en el suelo, menos por sa-
car el frio que por distraer á su compañero de aquella
devocion, que ya tenia sus puntas y ribetes de arro-
bamiento.

Pero como ninguno de estos medios le sirviese para
conseguir su intento, acudió á otro mas directo y eficaz,
cual fué el de llegarse bonitamente por la espalda y ti-
rarle de la oreja con aquella suavidad que podia espe-
rarse de sus callosas manos, diciéndole al mismo tiempo
con un acento, que bien daba á entender salia de un
cuerpo recientemente refocilado:

¡Ola! ¡ola! señor peregrino, para un paje de obispo
Que conoce estes andurriales mas que los lobos de la
montaña; que ha cogido en los tejados de la catedral
mas gorriones que palomas el azor de un cabellero, y
manoseado la estatua de piedra del Apóstol mas que los
monaguillos que le quitan el polvo, devocion es esa que
tanto tiene de singular como de pesada.

El mozo se levantó silenciosamente, y cogiendo el
sombrero se lo encasquetó hasta los ojos, enjugóse dos
lágrimas que se quedaron detenidas en sus mejillas, tos-
tadas del sol, y casi avergonzado de su debilidad, respon-
dió al anciano con alterada voz:
—Andemos.
—Sí, sí, que ya se pone el sol tras de ese castillo de
Altamira, que no parece sino fantasma del mal aguero,
según lo negro que á la vista se ofrece. Una legua tene-

Beneficio del Sr. Rendon.= Aunque
nos es imposible ocuparnos en estos momentos de la
función á que acabamos de asistir , queremos sin em-
bargo decir dos palabras acerca de este beneficio.
Desde casi las seis de la tarde y aun antes de es-
tar alumbrado el local, estaba ya éste ocupado por uña
inmensa concurrencia. El drama como habíamos
anunciado, es bellísimo y nada ha dejado que desear al
público. Algunos actores, francamente, pudieran haber
sabido mejor sus papeles, ó salir con mas lucimiento; el
Sr, Rendon corno esperábamos , ha comprendido
bien el carácter que debia representar, y ha tenido
momentos felices. Por último, la pareja Casanova ha
bailado muy bien, y las dos veces, la nueva Jota, y Pa¬
quita quiso parecer al público mejor que nunca.

NOTICIAS VARIAS DEL EXTRANGERO.

Historia de la industria de la seda.
Según los anales chinos, la muger lejítima del empe-
rador Hoang, llamada Si-Ling-Chi, comenzó á criar los
gusanos de seda, (unos 2700 años antes de nuestra era).
Si-Ling-Chi, hizo reunir una gran cantidad de dichos
insectos, que se propuso alimentar ella misma en un lu-
gar que destinó únicamente á este uso; y no tan solo en-
contró el modo de propagarlos, sino tambien el de hilar
su seda y emplearla en hacer telas. En reconocimien-
to, la posteridad colocó á Si-Ling-Chi en el rango de los
espíritus celestes concediendo a su memoria honores
particulares bajo el nombre de la Diosa de los gusanos
de seda.

En el libro de las ceremonias chinas, se lee:

*Al acercarse la conclusion de la primavera, la jó-
ven Emperatriz se purifica y ofrece un sacrificio al es-
"píritu de los gusanos de seda; va al campo y recoje las
"hojas de la morera; prohibe á sus damas que se ador-
"nen con galas, y dispensa á sus esclavas de las labores
"de costura y bordado, á fin de que puedan dedicarse
"con todo esmero al cuidado de los gusanos de seda.»

El Chon-King, uno de los libros canónicos de los
chinos dice: "El primer dia de la luna del último mes
"de la primavera, la muger del príncipe lava en el rio la
"simiente de los gusanos de seda.»

Desde la China que parece haber sido la cuna de la
industria de la seda, se estendió á la India y á la Persia;
porias conquistas de Alejandro el grande sé propagó en
el resto del Asia; fué llevada segun testimonio de
Aristóteles por Pánphila hija de Latoüs á la antigua Cos,
hoy Isla de Staucho cerca de las costas de Anatolia:
por la denominación de los emperadores romanos en
Oriente, se conocieron en Europa las moreras y los gu-
sanos de seda.

Poblacion de Rusia.---La población de
la Rusia europea segun el censo que se acaba de hacer

menos que 54.092,300 personas. La densidad de la po
blacion ofrece muchas variaciones: asi en cuatro pro-
vincias es de 2,000 á 2,200 habitantes por milla cua-
drada, en siete de 1,500 á 1809; en 17 de 1,000 á 1,400;
en 11 de 500 á 850; en 8 de 150 á 450 y en tres solo de
unos 100.

mos que andar todavía, hijo mio; y de buenos trajinan-
tes es llegar presto á la posada.—¿Sabeis que se me ocur-
re una cosa, Ramiro? saltó de repente el buen anciano,
á quien el vino de Valdehorras habia infundido cierta
facundia: ¿sabéis que los honrados vecinos de Santiago,
ó de Compostela, como le llaman los clérigos y monjes,
han de creer, al veros con ese aire compungido, que os
he trocado por cualquiera alma en pena allá en Estre-
madura, en la córte de nuestro señor Príncipe don Al-
fonso VII, cuya vida conserve el cielo mas años que ho-
jas tienen estos robles?

—Amen! repuso el paje, quitándose respetuosamente
el sombrero; pero os advierto que hayais en cuenta el
sitio en que nos hallamos para tener á raya vuestra len-
gua. En aquel castillo que allí veis mora don Ataulfo de
Moscoso el Terrible, rico hombre partidario de la Reina:
al Monarca de Aragon y de Navarra, su marido, tampo-
co le faltan adictos dentro de los muros de la ciudad; y
por demas me parece advertiros que el obispo, mi señor,
es acérrimo defensor del Príncipe niño, su ahijado, á
quien acabamos de ver en Mérida. En esta encrucijada
de partidos me parece muy sano consejo el vivir aper-
cibídos, no sea que los contrarios nos asalten y cometan
con nosotros algun desaguisado.

—Consejo asaz prudente, en efecto, y mas propio de
una cabeza como la mia, á quien la edad y el capacete
le han robado á porfía su ornamento, que no de la vues-
tra, de donde brota el cabello tan espeso como los ma-
torrales en este monte.—Pero eso es precisamente lo
que iba diciendo, añadió el anciano, clavando el regaton
de su báculo en tierra y apoyándose en él algo encorva-
do, con trazas de permanecer en aquella postura mucho
tiempo: os saqué de Santiago alegre, vivaracho, travie-
so, pendenciero y mas inclinado á vestiros la cota que la
casulla, el yelmo que el bonete; y os llevo ahora, así
Dios me salve, taciturno, lloron, sesudo y con vocacion
de canónigo, y quizá quizá de monje benito de San Mar-
tin Pinario. Como soy, que vuestra anciana madre doña
Nuña va a decirme, cuando me vea entrar con vos por
las puertas de su casa: «¡Cómo! ¿ese es el hijo que me
traeis de la tierra llana? Volvéosle á llevar, que no es
mi Ramiro.»

(Continuará.)

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