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ac at Jan 29, 2021 10:41 PM

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los medios digitales cada vez más hacen referencias entre ellos. Descubrir cómo mostrar y documentar estos enlaces, de manera automatizada, proporcionará una gran cantidad de metadatos descriptivos potencialmente valiosos. Es probable que también sea la única forma en que podamos trabajar a escala el contenido digital.

De Catalogador a Data Wrangler

La asequibilidad de los objetos digitales presenta la oportunidad para repensar cómo los organizamos y describimos. La naturaleza de base de datos de la información digital hace que algunos aspectos para la organización sean mucho más directos. Es posible permitir a los usuarios finales asumir muchas más responsabilidades para filtrar y clasificar el contenido de la manera que les sea útil en un momento dado. Al mismo tiempo, las formas en que recopilamos y fragmentamos ese contenido crean algunas formas únicas de abordar otras. Sigue siendo crítico considerar cómo se organiza la información digital, pero el énfasis es la lección sobre la individualidad del objeto y más respecto a la creación de agregados útiles.

Afortunadamente, la lógica de la computación insiste en diferentes niveles de metadatos incrustados en los objectos digitales. En cierto nivel, todos los objetos digitales son autodescriptivos. Vienen con nombres de archivo, extensiones de archivo, marcas de tiempo, etc. Todos esos metadatos son lo que permite a los profesionales del resguardo del patrimonio cultural y a sus usuarios manipularlos y trabajar rápidamente con ellos. La complejidad de los objetos digitales; sus copias variantes, el patrón de enlaces e interrelaciones, proporciona una considerable partícula para ordenar las relaciones en red que existen entre ellos. En este contexto, el establecimiento de los límites de los objetos digitales en relación con la intención de conservación se vuelve primordial.

Nos estamos alejando de un mundo en el que un archivista o un catalogador establece a una descripción orden y autores para ir a un mundo en donde el archivista y catalogador apalancan las disputas para dar sentido los flujos de información. Esto se trata menos de aplicar descripciones o imponer organización y más de descripciones generales y de aclarar y decidir qué orden dentro del contenido digital privilegia. En muchos casos, los roles también están cambiando para permitir que varios tipos de usuarios describan y organicen contenido. En este espacio, se vuelve cada vez más crítico tomar las lecciones de un enfoque More Product Less Process de la teoría de archivo y aplicarlo a los enfoques y prácticas que nos permiten trabajar en niveles más altos de organización y descripción y dejar para empezar que los aspectos de nivel más bajo de organización y descripción estén cubiertos por metadatos incrustados y las formas de orden y estructura que vienen con todo tipo de objeto digital.


Translation

los medios digitales cada vez hacen más referencias entre sí. Descubrir cómo mostrar y documentar estos enlaces de manera automatizada proporcionará una gran cantidad de metadatos descriptivos potencialmente valiosos. Es probable que también sea la única forma en que podamos trabajar en la escala del contenido digital.

De catalogador a data wrangler

Las posibilidades de acción de los objetos digitales presentan oportunidades para repensar cómo los organizamos y describimos. La naturaleza de base de datos de la información digital hace que algunos aspectos de la organización sean mucho más directos. Se puede permitir a los usuarios finales asumir mucha más injerencia en el filtro y clasificación del contenido de la manera que les sea útil en un momento dado. Al mismo tiempo, las formas en que se recolecta y fragmenta el contenido pueden privilegiar unas formas de abordarlo sobre otras. Sigue siendo crítico considerar cómo se organiza la información digital, pero el énfasis es menos sobre el objeto individual y más sobre la creación de conjuntos útiles.

Afortunadamente, la lógica de la informática insiste en que existan diferentes niveles de metadatos incrustados en los objetos digitales. A cierto nivel, todos los objetos digitales se autodescriben ya que vienen con nombres de archivo, extensiones de archivo, marcas de tiempo, etc. Todos esos metadatos son lo que permite a los profesionales del patrimonio cultural y a sus usuarios manipularlos y trabajarlos rápidamente. El desorden de los objetos digitales; sus copias variantes, el rizoma de enlaces e interrelaciones, proporciona una gran cantidad de elementos para resolver las relaciones en red que existen entre ellos. En este contexto, establecer los límites de los objetos digitales en relación al propósito de la preservación se vuelve primordial.

Estamos dejando atrás un mundo en el que un archivero o un catalogador establecía un orden y redactaba una descripción, en aras de un mundo donde los archiveros y catalogadores influencían, reúnen y dan sentido a los flujos de información. Se trata menos de aplicar descripciones o imponer arreglos y más sobre traer a la superficie ciertas descripciones y de aclarar y decidir qué orden dentro del contenido digital será privilegiado. En muchos casos, los roles también están cambiando para permitir que varios tipos de usuarios describan y organicen contenido. En este espacio, se vuelve cada vez más crítico tomar las lecciones del enfoque de Más Proceso Menos Producto de la teoría de archivo y aplicarlo a los enfoques y prácticas que nos permiten trabajar en niveles más altos de organización y descripción para dejar que los aspectos de nivel más bajo de organización y descripción sean cubiertos por los metadatos incrustados y las formas de orden y estructura que vienen con todo tipo de objetos digitales para empezar.

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los medios digitales cada vez más hacen referencias entre ellos. Descubrir cómo mostrar y documentar estos enlaces, de manera automatizada, proporcionará una gran cantidad de metadatos descriptivos potencialmente valiosos. Es probable que también sea la única forma en que podamos trabajar a escala el contenido digital.

De Catalogador a Data Wrangler

La asequibilidad de los objetos digitales presenta la oportunidad para repensar cómo los organizamos y describimos. La naturaleza de base de datos de la información digital hace que algunos aspectos para la organización sean mucho más directos. Es posible permitir a los usuarios finales asumir muchas más responsabilidades para filtrar y clasificar el contenido de la manera que les sea útil en un momento dado. Al mismo tiempo, las formas en que recopilamos y fragmentamos ese contenido crean algunas formas únicas de abordar otras. Sigue siendo crítico considerar cómo se organiza la información digital, pero el énfasis es la lección sobre la individualidad del objeto y más respecto a la creación de agregados útiles.

Afortunadamente, la lógica de la computación insiste en diferentes niveles de metadatos incrustados en los objectos digitales. En cierto nivel, todos los objetos digitales son autodescriptivos. Vienen con nombres de archivo, extensiones de archivo, marcas de tiempo, etc. Todos esos metadatos son lo que permite a los profesionales del resguardo del patrimonio cultural y a sus usuarios manipularlos y trabajar rápidamente con ellos. La complejidad de los objetos digitales; sus copias variantes, el patrón de enlaces e interrelaciones, proporciona una considerable partícula para ordenar las relaciones en red que existen entre ellos. En este contexto, el establecimiento de los límites de los objetos digitales en relación con la intención de conservación se vuelve primordial.

Nos estamos alejando de un mundo en el que un archivista o un catalogador establece a una descripción orden y autores para ir a un mundo en donde el archivista y catalogador apalancan las disputas para dar sentido los flujos de información. Esto se trata menos de aplicar descripciones o imponer organización y más de descripciones generales y de aclarar y decidir qué orden dentro del contenido digital privilegia. En muchos casos, los roles también están cambiando para permitir que varios tipos de usuarios describan y organicen contenido. En este espacio, se vuelve cada vez más crítico tomar las lecciones de un enfoque More Product Less Process de la teoría de archivo y aplicarlo a los enfoques y prácticas que nos permiten trabajar en niveles más altos de organización y descripción y dejar para empezar que los aspectos de nivel más bajo de organización y descripción estén cubiertos por metadatos incrustados y las formas de orden y estructura que vienen con todo tipo de objeto digital.


Translation

los medios digitales cada vez hacen más referencias entre sí. Descubrir cómo mostrar y documentar estos enlaces de manera automatizada proporcionará una gran cantidad de metadatos descriptivos potencialmente valiosos. Es probable que también sea la única forma en que podamos trabajar en la escala del contenido digital.

De catalogador a data wrangler

Las posibilidades de acción de los objetos digitales presentan oportunidades para repensar cómo los organizamos y describimos. La naturaleza de base de datos de la información digital hace que algunos aspectos de la organización sean mucho más directos. Se puede permitir a los usuarios finales asumir mucha más injerencia en el filtro y clasificación del contenido de la manera que les sea útil en un momento dado. Al mismo tiempo, las formas en que se recolecta y fragmenta el contenido pueden privilegiar unas formas de abordarlo sobre otras. Sigue siendo crítico considerar cómo se organiza la información digital, pero el énfasis es menos sobre el objeto individual y más sobre la creación de conjuntos útiles.

Afortunadamente, la lógica de la informática insiste en que existan diferentes niveles de metadatos incrustados en los objetos digitales. A cierto nivel, todos los objetos digitales se autodescriben ya que vienen con nombres de archivo, extensiones de archivo, marcas de tiempo, etc. Todos esos metadatos son lo que permite a los profesionales del patrimonio cultural y a sus usuarios manipularlos y trabajarlos rápidamente. El desorden de los objetos digitales; sus copias variantes, el rizoma de enlaces e interrelaciones, proporciona una gran cantidad de elementos para resolver las relaciones en red que existen entre ellos. En este contexto, establecer los límites de los objetos digitales en relación al propósito de la preservación se vuelve primordial.

Estamos dejando atrás un mundo en el que un archivero o un catalogador establecía un orden y redactaba una descripción, rumbo a un mundo donde los archiveros y catalogadores influencían, reúnen y dan sentido a los flujos de información. Se trata menos de aplicar descripciones o imponer arreglos y más sobre traer a la superficie ciertas descripciones y de aclarar y decidir qué orden dentro del contenido digital será privilegiado. En muchos casos, los roles también están cambiando para permitir que varios tipos de usuarios describan y organicen contenido. En este espacio, se vuelve cada vez más crítico tomar las lecciones del enfoque de Más Proceso Menos Producto de la teoría de archivo y aplicarlo a los enfoques y prácticas que nos permiten trabajar en niveles más altos de organización y descripción para dejar que los aspectos de nivel más bajo de organización y descripción sean cubiertos por los metadatos incrustados y las formas de orden y estructura que vienen con todo tipo de objetos digitales para empezar.