La linda poblana: zarzuela en dos actos

está de premio, vea este confundido en la desgracia. Dadme licencia que tengo de descubrirle la cara . . . . ----------------------------------------------------------- Descubre ã Amador, y assi que lo recono= ce lo abraza con el afecto mas tierno. ----------------------------------------------------------- Ynfeliz ahora . . . . ¿Que miro? ¡Amador! Amad. ... ¡Antonio! Los 2. .... ¡Ho Sacra Providencia! Seb. . . . . Cada vez mi confusion aumentada me sorprende. ¿Como asi? :: - Ant. . . . Señor. ¿Que malicia insana pudo infamar la inocencia para verla? : : - Pero aguarda que primero aquestos lazos mis propias manos deshagan. Ni opriman ã un otro yo; ã una amistad realzada al ultimo grado. A un hombre por quien fino derramara toda mi Sangre. ¡Amador! ¿Que estrella tan inhumana assi te puso? Amad. . . El engaño. La sospecha temeraria de haver sido tu Homicida.

Quince años por esta Causa hé padecido. No importa Viviendo tu me son gratas las penas, las afflicciones, los travajos, y desgracias. Ant. . . Yo hé sido aunque involuntario tu tirano. No pensaba las consequencias funestas del silencio que guardaba. En fin, ya te hallas conmigo: sabes mi fineza rara, y : : - Pero Padre y Señor: ¿Donde está mi vella hermana? Seb. . . Con mi Esposa: que otra vez me casé, hallando una Santa por muger; virtuosa, humilde y admirable. Adentro se hallan. Y otra hermanita, nacida en tu aucencia dilatada. Mas hijo mío: primero que ã sus tiernos brazos bayas. te pido por el amor que nos une, me deshagas las tinieblas del discurso dandome noticia exacta de donde has andado: y como lograste condecoraras esas insignias que ostentas ã tu persona bizarra.

Amad. ... Y si mi amistad añade algun valor ã la instancia paternal, Antonio amado, has lo que tu Padre manda. Ant. . . . . No es posible resistir dos afectos que me arrastran. Oid mi peregrina historia en brebe recopilada. Ya te acuerdas me dejaste en los montes de Xalapa quando me aparte de ti, guiado de una lozana jubentud que ã vezes corre sin freno inconsiderada. No hube andado el corto trecho de una media legua escasa, "para mostrame el supremo "Juez como le desagrada "la inobedencia en los hijos "ã los Padres. ¡Quien pensara "que la pena esta en la culpa "ciertamente disfrasada!" Yo lo vi, pues al medir los senos de una barranca, soi sorprendido de quatro salteadores que amenazan con revolucion mi pecho pidiendo lo que llevava. Bien fuese la pesadumbre

que iba con migo, la airada turba de pasiones, ó noble valentía heredada me hizo poner en defenza con intrepides gallarda. Pero en vano pues cediendo el valor ã la ventaja, me mataron el caballo, quando la tierra bañada con su Sangre, y con la mia, hizo lecho de escarlata ã su triunfo, y mi desmayo. Sin que ã piedad obligara verme cubierto de heridas, hasta de la ropa blanca me despojaron, é impios penetrando en la intricada espesura me llevaron arrastrando. Asegurada ya con soledad la Scena de su atrocidad malvada, en un tronco me ligaron, para que assi presenciara el repartimiento que hiso su codicia vil y vaxa. Observé como mis ropas, por estar ensangrentadas despreciaron, pues su culpa patente manifestaban.

Dejaronme moribundo y con barbaras risadas fueron celebrando verme en las postrimeras ansias. Llegó la noche, cubierta de lobregas nubes pardas, arrojando de su seno rayos, y dilubios de agua. Contempla mi situacion que yo no basto ã pintarla. Solo diré que las fieras con trines voces llamava, para que la poca vida que tenia me quitaran por no padecer. Asi estube hasta la mañana, en que unos pobres arrieros por la espesura buscaban una mula. Me encontraron y turbados se mostraban en sus compasivos ojos la lastima que causava el espectaculo triste que mi destino enseñaba. Desataronme, creyendo que en el momento espirava. Entre sus brazos me llevan al hato: sobre una carga